Contra la LOGSE..., el 'dicurso del m¨¦todo'
"La filosof¨ªa es ciertamente una guerra..., una guerra contra la estupidez". Quien con tal radicalidad glosaba hace unas semanas en Par¨ªs una conocida frase de Hegel es un catedr¨¢tico de Matem¨¢ticas (el profesor G. Chat¨ºlet) y, por consiguiente, no un fil¨®sofo sospechoso de intenciones corporativistas en su elogio de la disciplina. Hace poco m¨¢s de un a?o, este universitario franc¨¦s participaba en Espa?a en un congreso indiscutiblemente filos¨®fico, y asumido como tal, que reun¨ªa a representantes eminentes de disciplinas que van desde la f¨ªsica te¨®rica a la reflexi¨®n musical contempor¨¢nea, pasando por la investigaci¨®n matem¨¢tica de punta. Vaya por delante que en este congreso nadie pretend¨ªa reivindicar un saber interdisciplinar, si ¨¦ste se concibe como mera acumulaci¨®n en una persona de los diferentes saberes especializados. Todo el mundo part¨ªa de la razonable convicci¨®n de que ya es dif¨ªcil ser especialista en una sola materia y, por consiguiente, vano el pretender serlo en varias. Simplemente, se reivindicaba la existencia de puntos de intersecci¨®n que ser¨ªan algo m¨¢s que meros accidentes. Por el contrario, en ellos encontrar¨ªa explicaci¨®n el hecho de que el investigador inmerso en lo m¨¢s genuino de una tarea cient¨ªfica o art¨ªstica en ocasiones se encuentra formulando interrogantes que parecen m¨¢s bien propios de una disciplina paralela. Problem¨¢tica, desde luego, poco novedosa, respecto a la cual quiz¨¢ no sea ocioso traer a colaci¨®n algo bien sabido.Descartes escribe un tr¨ªptico cient¨ªfico (Geometr¨ªa, Di¨®ptrica, Meteoros), cuya publicaci¨®n no concibe por separado. Para justificar tal exigencia, reivindicativa de la unidad de la raz¨®n, redacta (a petici¨®n de su editor) un pr¨®logo cuyo t¨ªtulo es... el Discurso del m¨¦todo. Pues bien, imag¨ªnese la desolaci¨®n del autor si hubiera llegado a constatar que en ciertas instituciones (las de letras) se ense?a tan s¨®lo el Pr¨®logo de su obra, mientras que en otras (las de ciencias) se ense?a exclusivamente, y en orden disperso, el temario. Poco ser¨ªa su consuelo al ver los lazos tan inesperados como grotescos que entre ambos polos llegan a fraguarse; as¨ª, cuando moralistas cronistas sociales se a¨²nan a meros adivinos para realzar con su verbo los grafos de la M¨¢quina de la verdad, popularmente identificados a la severidad de la ciencia.
Frente a esta barbarie se alza ciertamente la filosof¨ªa, pues aun separada de las referencias cient¨ªficas que le dan vida, la lectura de Pr¨®logo cartesiano que constituye el Discurso del m¨¦todo alienta una exigencia de reencontrar el contenido del saber sin sacrificar una visi¨®n unitaria portadora de sentido. El adolescente, estudiante de Bachillerato, no renuncia as¨ª totalmente a la exigencia de lucidez que Arist¨®teles sit¨²a como rasgo genuino de la condici¨®n humana. Todo ello con el consiguiente peligro para su inserci¨®n en un horizonte profesional en el que bajo el eufemismo de especializaci¨®n lo que realmente impera es el principio de "cac1a loco con su tema".
De ah¨ª que el legislador, y en el mareo de la llamada LOGSE, haya puesto en marcha un dispositivo legal que, con alg¨²n disimulo, apunta a la liquidaci¨®n (te la filosof¨ªa, encasill¨¢ndola definitivamente como mar¨ªa (optativa) adscrita en exclusiva al Bachillerato de Humanidades. Por el momento, y de modo experimental, parece que ser¨¢ suprimida de la llamada Selectividad. Pues bien, que el legislador no se conf¨ªe.
El futuro estudiante de Matem¨¢ticas o de Arquitectura acabar¨¢ leyendo el Discurso del m¨¦todo fuera de la docencia impuesta, descubriendo en ¨¦l ese aroma de frescura que, ya antes que al actual legislador, inquiet¨® y pareci¨® subversivo al te¨®logo de la Sorbona. En tal lectura no estar¨¢ solo: contar¨¢ con la complicidad del artista y del cient¨ªfico que (en los momentos aut¨¦nticamente creadores de su actividad) experimentan que su esfuerzo particular desemboca en lo universal, que su exigencia (le intelecci¨®n de tal o tal aspecto se ha convertido en exigencia de intelecci¨®n de algo que concierne a todos los aspectos.
V¨ªctor G¨®mez Pin es catedr¨¢tico de Filosof¨ªa en la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
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