Gonzalo Su¨¢rez vuelve a la literatura con los relatos de 'El asesino triste'
"Lo subversivo es la mirada", asegura el escritor y cineasta
Gonzalo Su¨¢rez ha vuelto a ser un asesino triste. Es decir, ha escrito un nuevo libro de relatos, El asesino triste (Alfaguara). Como toda la obra de este escritor y cineasta, cuya ¨²ltima pel¨ªcula, El detective y la muerte, se estrenar¨¢ en septiembre, es un intento de atrapar la vida con la creaci¨®n para que ni las palabras mueran al ser escritas ni las im¨¢genes al ser filmadas.
"Cuando te pones a escribir, en general no tienes nada mejor' que hacer. Escribir es matar la vida, salvo que reconviertas en vida el movimiento mental y emocional que presupone concatenar palabras, dejarte llevar por escribo me gusta dejarme llevar para ir buscando, convirtiendo la literatura en instrumento para ver lo que hay al otro lado. En ese aspecto, quiero creer que este libro tiene ese aliento de vida. Mi hast¨ªo de la literatura proven¨ªa de que ve¨ªa que un alto porcentaje de los libros se. convert¨ªan en cosa muerta", dice Su¨¢rez, (Oviedo, 1934).
Ha pasado m¨¢s de una d¨¦cada desde que Su¨¢rez public¨® su ¨²ltimo libro, Gorila en Hollywood. Abandon¨® la literatura por el cine quiz¨¢s por la angustia que le produce sentarse ante una m¨¢quina de escribir. Esa traici¨®n a la letra impresa ha producido una de las obras m¨¢s personales e inquietantes del panorama cinematogr¨¢fico espa?ol, con filmes como Ep¨ªlogo, Remando al viento o Don Juan en los infiernos. Tanto sus im¨¢genes como sus palabras est¨¢n marcadas por una lucha contra la inocencia de la mirada. "Yo no tengo ninguna voluntad de romper nada. Nunca me he sentado a una mesa para decir voy a romper estructuras, pero creo que lo subversivo es ver lo que tienes delante de otra forma a como est¨¢ descrito habitualmente. Esto de la realidad viene de la visi¨®n un¨ªvoca del rey. Viendo las cosas de diferente manera conseguimos cambiarlas. Ese poder de la mirada es algo que me apasiona, porque es una apuesta, quiz¨¢s la ¨²ltima. que nos queda, para tener esperanza de que no somos s¨®lo sujetos pasivos."
La exclusiva del diablo
Los relatos de El asesino triste est¨¢n cargados de iron¨ªa, de sentencias, de juegos, de sorpresas, de personajes que se pierden y demonios que se aparecen a periodistas para conceder entrevistas. Es una lucha contra la mirada un¨ªvoca. No en vano, el creador de Ditirambo y Rocabruno se lament¨® de que "todos los ejemplares del libro se pareciesen". Entre sus relatos hay algunos escritos hace a?os (como el que da t¨ªtulo al libro). Otros, como La verdadera historia de H. y J. (o tras la trama de un tapiz), son una reiprentaci¨®n personal del mito literario del Doctor Jekyll y M¨ªster Hyde, algo que tambi¨¦n hizo en Remando al viento con Byron y Mary Shelley o en Don Juan en los infiernos. "Inevitablemente estoy abocado a buscar un material de trabajo que utilizo como punto de partida. Me sirve para plasmar un sentimiento que vivo como una expresi¨®n del mundo actual. El tema de Jekyll y Hyde me persegu¨ªa, no es algo que surge espont¨¢neamente en el libro, me interesaba mucho. El mal y el bien son como accidentes y uno est¨¢ en condiciones de tomar partido, pero no m¨¢s. Tengo m¨¢s bien la impresi¨®n de que se ha desencadenado todo y que nosotros estamos ah¨ª como piezas muy secundarias de una gran partida, que no se quien juega". "Los actos del ser humano han dejado de tener importancia. ?Y yo me aburro", dice el diablo en uno de los relatos, que en manos de Su¨¢rez, se ha convertido en un tipo inocente, casi pat¨¦tico. "Las figuras del diablo y Hyde quedan irrisorias, han quedado desfasados. El mal del que habla Stevenson es una fabulaci¨®n, pero hoy ha sido tan superado, hay tantos ejemplos de maldad mucho m¨¢s perversa..."
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