El Bar?a se administra en M¨®naco
El equipo azulgrana jugar¨¢ la semifinal frente al Oporto en el Camp Nou
![Ramon Besa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F042b42c5-ca63-411a-883d-cb74d8d0d911.jpg?auth=3ea973647cbe92600acf20aba2329a6d83143025ecc0001b5b83e4d6be68bb1e&width=100&height=100&smart=true)
ENVIADO ESPECIAL El Barcelona ejerci¨® de administrador en el principado de los ricos. La generosidad ha dado paso a la racaner¨ªa en el equipo de Cruyff. No fue ayer un grupo desprendido como exig¨ªa su paso por el casino de M¨®naco. Sabedor de su bot¨ªn -le bastaba con no perder-, ni dilapid¨® su fortuna ni se enriqueci¨®, sino que actu¨® como cualquier turista conservador. Regres¨® a casa sin un duro m¨¢s ni una peseta de menos. No recogi¨® ning¨²n nuevo adjetivo ni se quit¨® ning¨²n adverbio. Solvent¨® el choque con la simplicidad propia de los que tienen cr¨¦dito para viajar sin dinero en el bolsillo.
El f¨²tbol champagne del M¨®naco no resisti¨® el juego avinagrado del Barcelona. Ninguno de los vips que abandonaron su sesteo en la Costa Azul pudo emborracharse de f¨²tbol. No est¨¢ el Barcelona como para divertir. Ha llegado al final del ejercicio con la lengua fuera y la nevera vac¨ªa. Dado que la Liga ya flirtea con el Deportivo no hab¨ªa otra salida que comprar el billete para jugar la semifinal de la Liga de Campeones en el Camp Nou.
La trascendencia de la contienda qued¨® reflejada en la alineaci¨®n. Cruyff apost¨® por el grupo que carg¨® con la responsabilidad de redimir a todo el colectivo despu¨¦s de la goleada en Zaragoza. Un conjunto armado de mucho m¨²sculo, con una cabeza bic¨¦fala (Koeman y Guardiola), los pies de seda de un son¨¢mbulo (Romario) y el alma (Laudrup) en el palco. Wenger replic¨® con un conjunto cargado de trampas: aparentemente s¨®lo hab¨ªa un punta (Klinsmann). Detr¨¢s del alem¨¢n, sin embargo, se escond¨ªan los perfiles de falsos centrocampistas de largo recorrido y mucha capacidad ofensiva (Gnako, Djorkaeff, Scifo).
La disposici¨®n del equipo monegasco desangel¨® al Barcelona. Ferrer se movi¨® hacia el ombligo del campo para coger a Scifo, y el flanco derecho azulgrana qued¨® virgen para las correr¨ªas de los interiores locales, ante los ojos de Stoichkov y los pulmones de Iv¨¢n. Pudo el M¨®naco abrir el encuentro por este carril con balones cruzados que pillaron a la zaga barcelonista con los pies clavados en el c¨¦sped. El partido discurr¨ªa de acuerdo con la filosof¨ªa de Wenger: presionar al rival muy arriba hasta aislar a Romario y atacar por banda para dinamitar el cemento de los centrales.
El laborioso y coqueto quehacer del representante franc¨¦s qued¨®, sin embargo, destrozado en un santiam¨¦n por la frescura mental de Guardiola y la carrera de Stoichkov. El b¨²lgaro puso de vuelta y media a la zaga del M¨®naco en d¨¦cimas de segundo. El gol azulgrana aval¨® el trabajo defensivo de todo el equipo. Qued¨® quieto y parado en su campo el cuadro de Cruyff mientras el M¨®naco languidec¨ªa con impotencia.
Es el de Wenger un equipo muy blando, demasiado tibio, pese a su condici¨®n de semifinalista de la Liga de Campeones, condici¨®n que ha adquirido con cierto intrusismo por la exclusi¨®n del Marsella. Tiene, sin embargo, m¨¢s cartel como visitante que como local. Justamente lo contrario del Barcelona. El azulgrana es un colectivo sedentario que impone su curr¨ªculo cuando act¨²a como forastero. Le vendr¨¢ bien jugarse el pase a la final en su hogar.
La prontitud con que resolvi¨® la contienda de ayer puso a salvo el cap¨ªtulo de desperfectos que se le adivinan al cuadro azulgrana, que ha ganado en oficio. Por eso impuso su superioridad y experiencia sin muchos apuros.
La indolencia del rival qued¨® reflejada en una acci¨®n concreta: Cruyff tard¨® medio partido en subsanar la aver¨ªa surgida en el lateral derecho (Amor pas¨® a esta zona y Stoichkov a la izquierda) y, sin embargo, el equipo monegasco fue incapaz de marcar. Los retoques que pintaron despu¨¦s uno y otro t¨¦cnico no cambiaron el tono mon¨®tono del encuentro. No le interesaba al Bar?a correr sobresaltos y el M¨®naco s¨®lo amenaz¨® con un disminuido ej¨¦rcito a¨¦reo.
La alineaci¨®n local, en cualquier caso, nunca vol¨® lo suficientemente alto y el Barcelona finiquit¨® la contienda con un saldo interesante: una victoria y una sola tarjeta. Quiz¨¢ para cuando llegue la semifinal contra el Oporto, hasta Romario habr¨¢ despertado de su letargo. Nadie le vio ayer en M¨®naco.
Dice Cruyff que el brasile?o s¨®lo est¨¢ para finalizar y que si no interviene es que el equipo no juega. Tal conclusi¨®n permite asegurar que el Bar?a no jug¨® en M¨®naco al nivel que exig¨ªa su condici¨®n de croupier del grupo.
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