"Esto es un infierno, hagan algo por nosotros" suplica por la radio el alcalde de Gorazde
ENVIADO ESPECIAL, "Se oyen explosiones por toda la ciudad", desesperado Ismet Baige, alcalde de Gorazde. "Hay muchos muertos y heridos en las calles. Tirados e inm¨®viles. Los francotiradores serbios no nos dejan acercarnos a sus cuerpos para rescatarles. Delante de m¨ª hay dos caballos reci¨¦n reventados por una granada. Su sangre se mezcla con la humana. Esto es un infierno. Nos est¨¢n matando a todos. ?Hagan algo, por favor, hagan algo por nosotros!", suplica tembloroso el alcalde. Una diminuta estaci¨®n de radioaficionado, le une dos veces al d¨ªa con Sarajevo. Seg¨²n el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), ayer fue una jornada dram¨¢tica en Gorazde. La infanter¨ªa serbia comenz¨® ayer a entrar.
Desde la una de la tarde del jueves hasta la misma hora del viernes han muerto 99 personas, siete de ellas ni?as, y otras 273 han resultado heridas. Las fuerzas militares serbias, impert¨¦rritas en su desaf¨ªo al mundo entero, iniciaron ayer por la ma?ana movimientos de infanter¨ªa sobre la margen derecha del r¨ªo Drina, apoyadas por la artiller¨ªa y carros de combate. Se lucha casa por casa.El hospital de Gorazde ha quedado incomunicado. Igual que los centros de refugiados que est¨¢n en sus alrededores. Su suerte es un misterio. En las cercan¨ªas se libraba ayer una dur¨ªsima batalla por el control de los barrios situados a la derecha del r¨ªo Drina. Seg¨²n las organizaciones humanitarias que cuentan con personal dentro del enclave en algunos puntos se lucha casa por casa. La Armija, Ej¨¦rcito bosnio de mayor¨ªa musulmana, diezmado por los reveses de las ¨²ltimas tres semanas en otras zonas del enclave, pugna por resistir, por convertir Gorazde en una nueva Numancia.
La actual ofensiva serbia ha estado precedida de un intenso fuego artillero con el fin de facilitar el avance a pie. El hospital, v¨ªctima en los ¨²ltimos d¨ªas de varios ataques criminales, volvi¨® a ser alcanzado ayer de pleno por obuses de artiller¨ªa que ocasionaron un n¨²mero indeterminado de muertos. Los trabajadores de ACNUR sobre el terreno rechazan la acusaci¨®n serbia de que el hospital es un centro militar.
En el ataque de ayer resultaron alcanzadas numerosas casas, entre ellas el edificio que ocupa la Cruz Roja, abarrotado de refugiados. Cerca del edificio de ACNUR yac¨ªan ayer tres cad¨¢veres, dos a causa de la onda expansiva de una granada de mortero y una tercera, una mujer de edad, por los disparos de los francotiradores.
Desde el inicio de las hostilidades en el enclave de Gorazde el pasado 29 de marzo han perdido la vida un total de 535 personas, 54 de ellas ni?os y ancianos. "No tenemos otra opci¨®n que luchar o m¨¹rir", proclam¨® Ismet Baige, el alcalde de Gorazde, que se ha convertido estos d¨ªas en la voz de los 65.000 habitantes sitiados.
La ciudad est¨¢ invadida de humo negro. Sucio y azufrado. Esta vasta ofensiva de los serbios bosnios sobre una zona en la que presumen tener derechos hist¨®ricos, estuvo precedida el jueves de un extra?o ultim¨¢tum a la poblaci¨®n civil y a los defensores musulmanes para que abandonasen inmediatamente esa margen derecha del r¨ªo. Una advertencia que fue valientemente ignorada.
Convoy de ayuda retenido
El convoy m¨¦dico-militar compuesto por 141 cascos azules de la Fuerza de Protecci¨®n de las Naciones Unidas (Unprofor), que deb¨ªa desplegarse como fuerza de interposici¨®n en Gorazde, seg¨²n los acuerdos firmados con los serbios, ha tenido que renunciar a su objetivo. Detenido desde la tarde del jueves, a s¨®lo 20 kil¨®metros de Gorazde, por una orquestada manifestaci¨®n espont¨¢nea, ha tenido que darse por vencido Decenas de mujeres y ni?os serbios convencieron al general Michael Rose, jefe m¨¢ximo de Unprofor en Bosnia, quien dio la orden de regresar a Sarajevo. Un portavoz de Unprofor asegur¨® ayer que la decisi¨®n de hacerles volver se debe a la evidencia contumaz de que las autoridades serbias no est¨¢n dispuestas a permitir el paso del convoy hasta Gorazde.
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