"Bona nit" en la Arganzuela
La Generalitat de Catalu?a invit¨® ayer a los madrile?os a celebrar la fiesta de Sant Jordi
Las madrile?as se saltaron la tradici¨®n. En Catalu?a, el d¨ªa de San Jorge, las parejas intercambiaban una rosa y un libro: las damas recib¨ªan la flor, y los caballeros, el tomo. Las azafatas que atendieron ayer a los miles de invitados que congreg¨® la Generalitat catalana en el invernadero del Palacio de Cristal de la Arganzuela ten¨ªan orden de mantenerse en la m¨¢s estricta ortodoxia: rosa para ellas y lectura para ellos. Con lo que no contaban era con que las mujeres se rebelaran y exigieran su raci¨®n de cultura gratuita. "?Qu¨¦ pasa? ?Que nosotras no leemos?", se desga?itaba una se?ora ante uno de los puestos. Tras frustrados intentos de explicaci¨®n, las azafatas repartieron ya sin condicionarse por el sexo del destinatario.Con los regalos y el cava se cerr¨® la celebraci¨®n del d¨ªa del patr¨®n de Catalu?a en Madrid, que hab¨ªa abierto el orfe¨®n de Flix (Tarragona). El C¨ªrculo Catal¨¢n hab¨ªa mandado invitaciones a todos los catalanes que viven en la capital, pero finalmente el acto se convirti¨® en una fiesta de entrada libre que desbord¨® a camareros y azafatas. Adem¨¢s del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y numerosos consejeros del Gobierno catal¨¢n, asistieron a la celebraci¨®n tres ministros: el de Obras P¨²blicas y Transportes, el catal¨¢n Jos¨¦ Borrell; el de Comercio, Javier G¨®mez-Navarro, y el de Educaci¨®n, Gustavo Su¨¢rez Pertierra. Otros pol¨ªticos que se sumaron al d¨ªa de San Jorge fueron el popular Rodrigo Rato; el presidente del Senado, el socialista Juan Jos¨¦ Laborda, y el portavoz de CiU en el Congreso, Miquel Roca. Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano tambi¨¦n se apunt¨® al festejo. Faltaron concejales de la oposici¨®n y altos cargos regionales.
Tras el orfe¨®n, el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, dio la bienvenida a sus hu¨¦spedes y les agradeci¨® la deferencia de celebrar en Madrid una fiesta tan importante para Catalu?a. "Hemos escuchado la lengua catalana con el placer con el que nos gustar¨ªa se oyera el castellano en Catalu?a", espet¨® el edil madrile?o entre aplausos y algunos bravos: los de una mujer de chaqueta Chanel y gafas oscuras que empu?aba una pancarta en la que se le¨ªa Terrorismo cultural.
Los gritos de aprobaci¨®n de la se?ora se convirtieron en protestas cuando le toc¨® el turno al presidente de la Generalitat. Pujol record¨® que uno de los s¨ªmbolos del d¨ªa de San Jorge, el libro, supone un homenaje a las lenguas, especialmente a la catalana, "que es un elemento sustancial de la personalidad de Catalu?a, para nosotros irrenunciable". Las voces de la mujer en contra de la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica del Gobierno catal¨¢n se vieron ahogadas por los aplausos, y la se?ora escuch¨® el resto del discurso ce?uda, sin pancarta y estrechamente vigilada por los escoltas. Pujol, al que el incidente no le hizo perder la calma -aunque se le escap¨® una palabra en catal¨¢n-, termin¨® anunciando que esta celebraci¨®n se har¨¢ el a?o que viene en otra capital europea.
Tras los discursos, los afortunados que lograron arrancar un volumen de las manos de las cada vez m¨¢s despeluchadas azafatas se lanzaron a personalizarlo con la firma de un famoso. Miquel Roca fue el m¨¢s solicitado y atendi¨® con buen humor a una apasionada que le espet¨®: "Yo soy suya".
Miguel Salvo, madrile?o, y su esposa, Pilar Rod¨¢, catalana, lograron hacerse con libro, copa y obsequio floral. Pilar, que lleva 38 a?os en Madrid, relat¨® orgullosa que, de sus dos hijas, la que naci¨® en Barcelona es castellanohablante y la que naci¨® en Madrid vive en Barcelona casada con un catal¨¢n.
Finalizado el cava y vac¨ªas las cajas de libros, los invitados desfilaron sobre copas rotas hacia la calle empapada de lluvia donde a¨²n aguantaban el chaparr¨®n algunos cooperativistas de PSV bajo la atenta mirada de los antidisturbios.
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