Cuando vuelva el de?fin
No creo en la reencarnaci¨®n. Ah, pero si creyese, me gustar¨ªa volver a este valle de l¨¢grimas y berrinches a mediados (o en todo caso a fines) del siglo XXI. Una suerte de Earth revisited. Seg¨²n los egipcios, la idea de metempsicosis los llevaba a creer que el hombre, una vez cumplido su ciclo vital, reencarnaba en diversos animales. No es improbable que dentro de medio siglo esa fantas¨ªa sufra restricciones, ya que, seg¨²n los ¨²ltimos datos del curso antiecol¨®gico, dentro de algunos decenios tal vez no haya elefantes ni ballenas ni rinocerontes ni osos ni ping¨¹inos. Lo ¨²nico seguro es que habr¨¢ cucarachas. Esta es una de las razones que me alejan de la metempsicosis: una cosa es regresar como ping¨¹ino y otra muy distinta volver como cucaracha. Con un Gregorio Samsa ya es suficiente.Si a uno lo dejaran elegir, la conversi¨®n ser¨ªa m¨¢s sencilla. No dudo que alg¨²n intelectual quiera volver como pavo real; alg¨²n pol¨ªtico, como rinoceronte; alg¨²n fil¨®sofo, como b¨²ho; alg¨²n atleta, como gamo; alg¨²n banquero (bolsa m¨¢s, bolsa menos), como discreto marsupial; alg¨²n bur¨®crata, como gal¨¢pago. Personalmente, preferir¨ªa integrarme con los delfines. No para jugar al b¨¢squetbol o hacer acrobacias o curar a ni?os autistas, como se estila en los delfinarios de Occidente, sino para captar qu¨¦ est¨¢ ocurriendo verdaderamente en el mundo circundante.
Siempre tuve la impresi¨®n de que los delfines (o marsopas o toninas, que de ¨¦stos y otros modos se los etiqueta) son una suerte de computadoras de ¨²ltima generaci¨®n que todo lo registran en su memoria expandida. Con su talante aparentemente alegre, d¨®cil y juguet¨®n, en realidad son eruditos en conductas humanas e inhumanas. Por algo las viejas monarqu¨ªas llamaban delf¨ªn al probable sucesor. Tambi¨¦n, por extensi¨®n o mimetismo acostumbran hacerlo los l¨ªderes pol¨ªticos: simplemente aspiran (casi siempre, en vano) a que el futuro beneficiario posea la perspicacia, la intuici¨®n y la inteligencia de los sabios paradigmas acu¨¢ticos. Sobre tales delfines de imitaci¨®n, las verdaderas marsopas tienen la ventaja de no pertenecer a ning¨²n partido pol¨ªtico, ni a vanguardias ni a retaguardias, ni a casas reales ni a irreales, ni a mayor¨ªas absolutas ni a minor¨ªas impolutas. Independientes de vocaci¨®n, aun cuando los confinan en zool¨®gicos o parques de diversiones, siempre son reconocibles su sonrisa ir¨®nica y su mirada socarrona.
Vaya a saber si dentro de medio siglo seguir¨¢n existiendo los delfines. Acaso la metempsicosis del futuro tambi¨¦n los incluya y entonces regresen, ya no como cet¨¢ceos pisc¨ªvoros (simp¨¢tico y doble esdr¨²julo con que los define el Diccionario de la Real Academia, edici¨®n de bolsillo), sino como antrop¨®logos, viceministros o ¨¢rbitros de f¨²tbol. De todos modos, como delf¨ªn o proletario, como cucaracha o crimin¨®logo, ser¨¢ interesante echar un vistazo a los distintos jalones del nuevo siglo, cuando el s¨ªndrome de Estocolmo haya sido definitivamente reemplazado por el s¨ªndrome de Chiapas. En el 2092, por ejemplo, con motivo del Sexto Centenario (ora pro nobis), se presume que el pobre Col¨®n volver¨¢ a descender de sus m¨²ltiples estatuas, aunque esta vez no para tripular fotocopias de carabelas, sino para recordarnos d¨®nde quedaba la Amazonia antes de que la afeitara la civilizaci¨®n. Para entonces se sabr¨¢ qui¨¦n acab¨® primero: si la historia o Fukuyama. Ya imaginar¨¢ el lector cu¨¢ntas mesas redondas, seminarios, cursos internacionales de verano y cumbres alternativas tendr¨¢n lugar en lo que quede entonces del mundo a fin de sopesar las consecuencias psicosom¨¢ticas de esa pugna. Por su parte, los ep¨ªgonos de Kohl estar¨¢n empe?ados en reconstruir, ladrillo a ladrillo, el muro de Berl¨ªn, en tanto que en Mosc¨² algunos pocos turistas de Texas, Fall River y Peoria visitar¨¢n con desgana el mausoleo de Yeltsin. Mucho antes, en el 2068, habr¨¢ tal vez grandes celebraciones en Par¨ªs, ya que por fin se erigir¨¢ un monumento a la ¨²nica v¨ªctima del lejano mayo de otro 68: aquel modesto ciudadano que huyendo de los flics cay¨® al Sena y, puesto que en la Sorbonne no le hab¨ªan ense?ado artes natatonas, pero s¨ª la frase proverbial romana fluctus in simpulo, se ahog¨® en un vaso de agua.
Puede que uno de los cambios m¨¢s espectaculares tenga lugar en la Iglesia, s¨ª, por ejemplo, tras la asunci¨®n de un Papa costarricense o camerun¨¦s (decididamente, no polaco, pero, eso s¨ª, casado por la Iglesia) y la consiguiente beatificaci¨®n de Ogino, cada parroquia decidiera repartir preservativos dominicales. Si bien las mujeres habr¨¢n por fin accedido al sacerdocio, todav¨ªa persistir¨¢n los ecos de la pol¨¦mica desatada por la promulgaci¨®n de un onceno mandamiento, que a partir del 2057 prohibir¨¢ a la mujer codiciar al hombre de su pr¨®jima. En el mundo musulm¨¢n, en cambio, la novedad ser¨¢ el triunfo del feminismo fundamentalista, cuya consecuencia primordial quiz¨¢ consista en el establecimiento de harenes de hombres para las mujeres que as¨ª lo deseen (y sean capaces de financlarlos). En el ex Kuwait y en la ex Arabia Saud¨ª, nuevos integrantes del Sadamhuseinato, ya no se ahorcar¨¢ a los ad¨²lteros confesos, como se hac¨ªa en el retr¨®grado siglo XX, sino que se les pasar¨¢ una pensi¨®n alimenticia.
Hacia el 2045, el paro seguir¨¢ siendo un problema cardinal, pero con un agravante: los parados superar¨¢n holgadamente a los trabajadores. Uno de los factores determinantes de ese desempleo universal y gigantesco ser¨¢, como es l¨®gico, la proliferaci¨®n de robots, que, al reproducirse sin prisa y sin pausa, har¨¢n necesario el uso obligatorio de condones de acero inoxidable.
Los otrora inquietantes ovnis habr¨¢n pasado a llamarse ovis, por haber sido absolutamente identificados, y hasta llegar¨¢n a nuestro c¨¢ndido planeta en excursiones bien organizadas, con el prop¨®sito prioritario de fotografiar a la Mona Lisa (que ya no sonreir¨¢, vaya a saber por qu¨¦) y el ca?¨®n del Colorado, y probablemente regresar¨¢n decepcionados a sus bases al enterarse de la muerte anunciada del Disney World de Par¨ªs. En el 2047, los investigadores sociales comprobar¨¢n una apreciable mejor¨ªa en los medios period¨ªsticos, como consecuencia de la Cumbre Internacional de Ministros de Ortograf¨ªa. En el 2051 se celebrar¨¢ en Gran Breta?a, con gran pompa, un nuevo cumplea?os de Margaret Thatcher, aparentemente recobrada de la p¨¦rdida de Gibraltar y la final europea de rugby. Aquende los Pirineos, en cambio, a¨²n no se habr¨¢n acallado las discusiones con motivo de la cesi¨®n espa?ola de la e?e (s¨®lo se seguir¨¢ usando en Hispanoam¨¦rica) a cambio de la recuperaci¨®n del Pen¨®n (antes Pe?¨®n).
La crisis econ¨®mica mundial, que en el 2055 seguir¨¢ tan campante, ocasionar¨¢ un impresionante ahorro de vocales en nombres propios e impropios. Un importante simposio sobre el tema La desvocalizaci¨®n del Primer Mundo, a realizarse en Tegucigalpa, tratar¨¢ en sendas ponencias la supresi¨®n de la primera A en Maastricht, la segunda U en WeItanschauting y la ¨²nica O en el PSOE. La grave crisis no afectar¨¢ de modo inmediato a las consonantes, pero la amenaza ya habr¨¢ puesto en estado de alerta a Polonia, cuyo legado cultural (con sus Goszczynski, Swietochowsky, Andrzejewski y Szczepkowski) se ver¨ªa seriamente afectado. En materia de burocracia, los despidos masivos debidos al avance incontenible de la robotizaci¨®n y la hiperinform¨¢tica habr¨¢n incidido en la paulatina formaci¨®n de un lumpensekretariat y la consiguiente e imparable emigraci¨®n de los afectados a naciones como Brasil y Argentina, cuyas favelas y villas miseria tienen al menos una larga tradici¨®n. En uno y otro pa¨ªs, los reci¨¦n llegados, denominados gen¨¦ricamente nordacas, cumplir¨¢n el rito de dejar ofrendas florales en los respectivos monumentos a Pel¨¦ y Maradona. Ya que provienen de pa¨ªses de impronta religiosa, acudir¨¢n de inmediato a la iglesia m¨¢s cercana para rogarle al Se?or que no permita que se dicte en esas tierras alguna ley de extranjer¨ªa.
?C¨®mo ser¨¢n entonces las relaciones entre Estados Unidos y Am¨¦rica Latina? Hay quien pronostica que en el 2060 habr¨¢ acabado casi inadvertidamente el bloqueo a Cuba, sobre todo porque ya nadie le har¨¢ caso. Tal como evolucionan los ¨ªndices de natalidad al norte del r¨ªo Bravo
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Cuando vuelvael delf¨ªn
y/o Grande, para ese entonces ya habr¨¢ all¨ª m¨¢s negros e hispanos que rubios genuinos y ojiazules y en consecuencia es posible que el presidente sea tan negro como Louis Armstrong, aunque algo menos ronco. Y si es as¨ª, tal vez algo cambie. ?Habr¨¢ que esperar tanto? No hay duda que ser¨¢ interesante echarle un vistazo al siglo Y-XI. Hoy, en pleno 1994, parece bastante probable que la tan mentada globalizaci¨®n de la econom¨ªa acabe en una globalizaci¨®n de la basura; que el todav¨ªa llamado "fascismo suave" se endurezca y trate otra vez de aniquilar a Europa; que el capitalismo salvaje siga careciendo de frenos y de escr¨²pulos; que la destrucci¨®n ecol¨®gica proseguir¨¢ sin pausa; que el abismo entre sociedad, opulenta y sociedad menesterosa ser¨¢ cada vez m¨¢s hondo; que el Primer Mundo seguir¨¢ viviendo a expensas del ex Segundo, el Tercero y el Cuarto. Y sin embargo.Sin embargo, creo que los decididores de este mundo injusto no lo tienen tan f¨¢cil. En distintas ¨¦pocas, la humanidad ha pasado por t¨²neles de oprobio, de abyecci¨®n, de degradaci¨®n, de ignominia, y siempre ha recobrado el aire, las razones de vida. Aunque no hayan sido filmadas por Spielberg, hay muchas y variadas listas de Schindler en la historia del g¨¦nero humano. Es dif¨ªcil y hasta irrisorio hacer pron¨®sticos para cuando uno ya no est¨¦. No obstante, los pol¨ªticos, los soci¨®logos, los economistas, los entrenadores deportivos, no tienen remilgos en hacerlos. Personalmente, no tengo cortedad en expresar mi confianza en que la humanidad (no s¨¦ c¨®mo ni cu¨¢ndo, o sea que mi vaticinio es bastante chapucero) se repondr¨¢ de este modesto apocalipsis. Y m¨¢s a¨²n: si all¨¢ por el 2050 o el 2090, alg¨²n delf¨ªn emerge de las aguas con su cabeza sabedora y prudente, pienso que se encontrar¨¢ con un mundo en el que el hombre ya no sentir¨¢ verg¨¹enza de s¨ª mismo; entre otras razones, porque ya no privar¨¢ de su libertad a pr¨®jimos y a delfines.
es escritor uruguayo.
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