Las cooperativas agrarias comienzan a vender directamente sus productos

Se ha inaugurado la primera, pero no ser¨¢ la ¨²ltima, seg¨²n espera la Uni¨®n de Cooperativas Agrarias Madrile?as (UCAM). Ayer se abri¨® en Campo Real la primera tienda de lo que quiere ser una red de venta de los alimentos producidos por los agricultores. Los promotores quieren difundir sus productos para paliar las dificultades de acceso al gran comercio. Y es que en Madrid no s¨®lo se cultivan oficinas.

Ja¨¦n est¨¢ a 38 kil¨®metros de la cap?tal, rumbo al Este. Las lomas de olivos anuncian la llegada a Campo Real: 2.231 habitantes, muchas aceitunas y una pujante industria de quesos.Desde ayer, tambi¨¦n cuenta con una tienda de productos madrile?os. Vinos, aceite, huevos, ajos, miel, leche La Colmenare?a. Todo, del pueblo que tambi¨¦n hay en Madrid.

La UCAM se ha decidido por esta v¨ªa para comercializar los productos de las cooperativas. El primer paso es aprovechar las propias tiendas de las agrupaciones para vender en ellas los productos de los asociados. "Somos como un peque?o David luchando contra Goliat", dice el vicepresidente de la UCAM, Jes¨²s P¨¦rez.

Si los resultados son buenos, David proyecta abrir tiendas similares en San Mart¨ªn de Valdeiglesias, Chinch¨®n y Colmenar Viejo. "A¨²n no pensamos abrir tienda en la capital. El p¨²blico tiene que identificar primero el producto madrile?o de calidad", sostiene la gerente de la UCAM, Mar¨ªa del Mar Fern¨¢ndez. Si eso ocurre, se plantear¨¢ la instalaci¨®n en el centro.

Leche fresca

"Ahora estamos olvidados, porque la gente de Madrid no sabe que en la regi¨®n hay productos muy buenos", se lamenta el gerente de la cooperativa lechera La Colmenare?a, Fernando Colmenares."Las tiendas son reacias a tener leche del d¨ªa y los h¨ªper quieren siervos en lugar de proveedores. Uno de ellos nos cobraba 300.000 pesetas por colocar nuestro producto en sus estanter¨ªas. Dijimos que no", se?ala este cooperativista de Colmenar Viejo.

En Chinch¨®n (cinco millones de kilos de ajos al a?o), la modernidad trae concesiones. Seg¨²n explican socios de Aulagar, el peque?o ajo local cede espacio a las plantaciones de Valladolid y de Francia, de mayor demanda.

Pese a las dificultades, los agricultores madrile?os siguen a pie de campo. Son 25.000 personas, que aportan 50 c¨¦ntimos de cada 100 pesetas que se producen en Madrid. "Su peso econ¨®mico puede parecer peque?o, pero tambi¨¦n tienen un trabajo ecol¨®gico. Sin ellos, la regi¨®n ser¨ªa un erial", dice el director general de Agricultura, Ismael D¨ªaz Yubero.