El barroco espa?ol y austriaco, reconstruido con grabados y pinturas

Los lazos sangu¨ªneos y los festejos desenfadados unieron a las cortes espa?ola y austriaca en el siglo XVII. Tres siglos despu¨¦s, la fiesta vuelve a Madrid con la exposici¨®n Barroco espa?ol y austriaco, inaugurada ayer en el Museo Municipal. El p¨²blico, adem¨¢s de grabados, libros y dibujos que dan un testimonio fiel de la ¨¦poca, encontrar¨¢ un camino directo para llegar a la m¨¦dula del barroco. "Hemos creado un recorrido did¨¢ctico para que los visitantes entren en la exacerbaci¨®n que signific¨® ese momento hist¨®rico", promete Jos¨¦ Mar¨ªa Diez Borque, uno de los comisarios.

Es una exposici¨®n dif¨ªcil. No hay objetos, ¨²nicamente grabados, dibujos y libros que dan cuenta del boato de las cortes. Un bast¨®n de mando de marfil, un arn¨¦s austr¨ªaco y una maqueta de un auto sacramental en el estanque del Palacio del Buen Retiro son las ¨²nicas piezas. El resto de la exposici¨®n est¨¢ construida a partir de grabados y cuadros de colecciones espa?olas y austriacas.La ¨²ltima planta del Museo Municipal ha sido dividida en seis bloques que definen con claridad los distintos aspectos del barroco. "Hay que dejarse llevar por los grabados y meterse en ¨¦poca. Afortunadamente, no ser¨¢ muy dif¨ªcil, pues vivimos una crisis econ¨®mica parecida a la de entonces. Las fiestas del barroco eran, en gran parte, para ocultar la miseria", afirma D¨ªez Borque, catedr¨¢tico de la Universidad Complutense.

La exposici¨®n Barroco espa?ol y austriaco forma parte de los festejos del s¨¦ptimo centenario de la Complutense. La Embajada de Austria y varios museos y bibliotecas austriacas han colaborado en el proyecto. Incluso Karl Rudolf, el segundo comisario, ha aportado parte de su colecci¨®n privada: una genealog¨ªa del siglo XVII y un grabado de Madrid, ambos adquiridos en subastas en Viena.

El recorrido did¨¢ctico comienza descubriendo la imagen de ambas cortes con los retratos de los monarcas. Impresiona un cuadro de Juan de la Corte, del fondo municipal, que representa un paseo real por la plaza Mayor. Queda patente que los s¨²bditos eran meros espectadores de los festejos reales.

La arquitectura ef¨ªmera viene a continuaci¨®n. "Los palacios y las casas se adornaban con tapices y poes¨ªas escritas en carteles que colgaban de los balcones. Delante de las fachadas reales se colocaban p¨®rticos temporales que se quitaban cuando acababa la fiesta", explica Diez Borque. Los ¨²nicos testimonios de tales desprop¨®sitos en tiempos de estrechez son los grabados. Las construcciones -de madera o escayola- no han sobrevivido.

Costos¨ªsimas fiestas

Los motivos de estas costos¨ªsimas fiestas eran variados: el nacimiento de un heredero, una coronaci¨®n o el feliz parto de la reina. Ni siquiera la muerte era motivo de introspecci¨®n.

La muerte de un miembro de la familia real tambi¨¦n era ocasi¨®n para ostentar. Los dibujos de t¨²mulos y catafalcos dan buena fe de ello tanto en Viena como en Madrid.

Otro cap¨ªtulo es la fiesta sacramental. La estrella invitada es un aut¨®grafo de Calder¨®n de la Barca prestado por la Biblioteca Hist¨®rica de Madrid. En Viena, las representaciones de ¨®pera son un ejemplo de la grandiosidad de los festejos barrocos. Teatros y escenograf¨ªas se construyen especialmente para acontecimientos tales como la llegada a Viena de la infanta espa?ola Margarita Teresa. Su visita se deb¨ªa a su inmediato matrimonio con el emperador austr¨ªaco Leopoldo I.

Barroco espa?ol y austriaco. Museo Municipal (Fuencarral, 78), de martes a viernes, de 9.30 a 20.00; s¨¢bados y domingos, de 10.00 a 14.00. Hasta el 12 de junio.