Trabajar por el empleo
C?NDIDO M?NDEZEl recientemente nombrado secretario general de UGT pide un cambio radical y contundente en la pol¨ªtica econ¨®mica y laboral del Gobierno que ha llevado a "una deplorable situaci¨®n"
Con alarma creciente, en este Primero de Mayo los sindicatos tenemos que denunciar de nuevo la grave situaci¨®n en que se encuentra el mundo del trabajo.Con m¨¢s de 3,6 millones de parados y ninguna perspectiva de mejora, con una precariedad en el empleo que triplica la media comunitaria europea y que genera mayor inseguridad entre los trabajadores, al tiempo que una descualificaci¨®n profesional cada vez m¨¢s extendida, con una siniestralidad laboral que desborda con mucho los l¨ªmites de lo inevitable, la UGT y el conjunto del movimiento sindical exigimos hoy una actuaci¨®n pol¨ªtica contundente que vaya inequ¨ªvocamente dirigida a cambiar de forma radical esta deplorable situaci¨®n. Los trabajadores est¨¢n movilizados frente a la progresiva dualizaci¨®n de la sociedad, a la descohesi¨®n social, al aumento de las desigualdades y de la exclusi¨®n, dram¨¢ticos fen¨®menos que son el resultado natural de una pol¨ªtica injusta y profundamente equivocada.
Una pol¨ªtica que el Gobierno surgido de las pasadas elecciones no s¨®lo no ha reconsiderado, sino que, condicionado por el apoyo que recibe de la derecha nacionalista, ha agravado a¨²n m¨¢s. La injusta atribuci¨®n a los costes laborales y a los gastos sociales de todas las culpas de la crisis ha servido de pretexto para emprender una aut¨¦ntica ofensiva contra garant¨ªas y derechos b¨¢sicos de los trabajadores y para ejecutar recortes dr¨¢sticos en el sistema p¨²blico de protecci¨®n social.
Bajo el eufemismo de negociar un pacto por el empleo se pretende, con el contento de la CEOE, imponer unilateralmente unas medidas que rompen el relativo equilibrio existente -logrado por consenso- y socavan los cimientos de nuestro insuficiente Estado de bienestar.
Se ha optado por un modelo de sociedad que los sindicatos y muy amplios sectores sociales rechazamos. Entre otras cosas, porque significa retroceder, abandonar valores y conquistas que constituyen el n¨²cleo de la cultura social europea, conseguida a lo largo de decenios de luchas por la justicia y la igualdad. ?ste es el sentido de la contrarreforma laboral en curso, basada en la desregulaci¨®n del mercado de trabajo, los contratos basura y la mayor facilidad de despido. En este Primero de Mayo de 1994 los trabajadores y trabajadoras urgimos al Gobierno a que cambie la orientaci¨®n de su pol¨ªtica econ¨®mica y afronte con valent¨ªa el problema del paro, que no va a mejorar, sino a empeorar, con las medidas que est¨¢ tomando ni con otras recetas neoliberales condenadas al fracaso.
No es posible seguir impasibles ante la destrucci¨®n del tejido industrial (que no es coyuntural y est¨¢ llevando a un paro irremediable a decenas de miles de personas) y no es posible degradar todav¨ªa m¨¢s el mercado laboral y seguir cargando todo el peso de la crisis sobre la clase trabajadora.
Tenemos ante nosotros un proceso de negociaci¨®n colectiva que este a?o va a ser crucial; un proceso que pr¨¢cticamente est¨¢ sin empezar porque lo tiene bloqueado la patronal a la espera de que entre en vigor la contrarreforma laboral, de la que, l¨®gicamente, espera grandes ventajas. Que nadie se llame a enga?o: si la reforma laboral sigue adelante, si la actitud y disposici¨®n de la patronal y del Ejecutivo no var¨ªan sustancialmente, la negociaci¨®n colectiva para 1994 va a ser, inevitable y lamentablemente, tensa y conflictiva.
Como he se?alado recientemente, la UGT, y creo que el conjunto del sindicalismo, conscientes del cr¨ªtico momento en que el pa¨ªs se encuentra, estamos abiertos al di¨¢logo y a la negociaci¨®n, estamos dispuestos a los esfuerzos que nos correspondan, siempre que sea en un marco de solidaridad efectiva en que se garantice la equidad y la eficacia: de no ser as¨ª, no podr¨ªa hablarse de negociaci¨®n, sino de imposici¨®n de medidas agresivas y sin contrapartidas, como viene ocurriendo con la reforma laboral. Y la deseable negociaci¨®n implica tambi¨¦n asegurarse de que se van a cumplir los acuerdos que se alcancen. En este sentido, el Gobierno tiene que demostrar su buena fe promulgando la Ley de Huelga en los t¨¦rminos aprobados por el anterior Parlamento y convirtiendo asimismo en ley el compromiso concreto que asumi¨® con los sindicatos en materia de salud laboral.
En cuanto a la necesaria actuaci¨®n en el plano de la Uni¨®n Europea, los sindicatos apoyamos los objetivos de creaci¨®n de empleo fijados en el Libro Blanco de Delors, contra la actitud de los Gobiernos nacionales que pretenden desnaturalizarlo. Es imprescindible coordinar mucho m¨¢s las pol¨ªticas de los Estados y buscar la convergencia real de las econom¨ªas si de verdad se quiere combatir el paro, renovando para ello la econom¨ªa europea. Necesitamos con urgencia la construcci¨®n de la Europa social, empezando por dotar de plena efectividad a la Carta Social comunitaria y llevar a la pr¨¢ctica el principio de cohesi¨®n recogido en el Tratado de la Uni¨®n. Como objetivo inmediato, la CES exige la promulgaci¨®n de las directivas que se encuentran paralizadas, singularmente la relativa a los comit¨¦s de empresa europeos.
En este Primero de Mayo, los trabajadores y las trabajadoras de Espa?a, como de todo el mundo, nos manifestaremos masivamente por la solidaridad y el empleo, por una protecci¨®n social p¨²blica suficiente y digna, por el Estado de bienestar y por una sociedad m¨¢s integrada que rechace el racismo y combata la exclusi¨®n social. Por ello y para ello, consideramos impostergable una decidida pol¨ªtica de reanimaci¨®n econ¨®mica que genere de inmediato un crecimiento sostenido y sostenible, lo que constituye hoy d¨ªa una clamorosa exigencia de las poblaciones y de la clase trabajadora en todo el planeta.
C¨¢ndido M¨¦ndez es secretario general de la Uni¨®n General de Trabajadores.
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