"Le dejamos creer que manda, pero mandamos mi madre y yo"
Diez alumnos de primero de bachillerato, de 14 y 15 a?os de edad, del instituto Felipe II, que dirige Manuel Vell¨®n en Moratalaz: Eduardo, Elena, Francisco Javier, Iv¨¢n, Silvia, Ra¨²l, C¨¦sar, Blanca, Tamara y Vanesa han debatido durante m¨¢s de dos horas con EL PA?S sobre la figura del padre, con esa mezcla de pasi¨®n y de ambivalencia t¨ªpicas de la adolescencia. Del debate apareci¨® claro que les gustar¨ªa un padre m¨¢s "presente y dialogante", pero que, de ning¨²n modo pierda su "autoridad". M¨¢s decididas las chicas en la defensa de la madre y m¨¢s a favor de la figura paterna los muchachos. Algunas de las frases m¨¢s salientes del debate, en el que a veces hablaban los diez juntos, son sintom¨¢ticas de la imagen que han interiorizado de la figura paterna:"Con mi padre no hablo porque pasa ol¨ªmpicamente de m¨ª".
"Lo que no soporto es que, cuando quiero decirle algo, me responda: 'Ya me lo dir¨¢s ma?ana, que ahora estoy cansado".
"Han sido siempre dictadores, pero ahora ya no pueden ser como antes".
"Le dejamos creer que manda ¨¦l, pero en realidad mandamos mi madre y yo".
"Est¨¢n cambiando un poco; porque mi abuelo, si no lo obedec¨ªas, garrotazo limpio".
"Amo m¨¢s a mi madre, pero estimo m¨¢s a mi padre".
"Me gustar¨ªa que estuviera m¨¢s en casa; pero si est¨¢ en plan borde, mejor que se vaya".
"El padre es como un ni?o que cuando llega a casa lo ¨²nico que quiere es que le demos de comer y le dejemos dormir en paz".
Lo que m¨¢s aprecian del padre es la "simpat¨ªa", que se pueda "discutir con ¨¦l", que tenga "sentido del humor", que sea "culto". Y lo que m¨¢s detestan: que "tenga genio", que "les eche la culpa de todo", que "se le crucen los cables" y que est¨¦ en casa "como si no estuviera, porque no se le puede hablar".
En lo que hubo m¨¢s unanimidad fue en el tipo de "padre nuevo" que les gustar¨ªa -una mezcla de antiguo y moderno-, y que describieron as¨ª:
"Que sea m¨¢s asequible, pero no otra madre".
"Que tenga autoridad, pero que sepa tambi¨¦n compartirla".
"Que exija respeto, pero que respete ¨¦l tambi¨¦n".
"Que permita m¨¢s di¨¢logo, pero que se haga respetar".
S¨®lo cuando uno de los chicos dijo que el padre "debe tener m¨¢s autoridad que la madre", las chicas se les echaron encima. Una alz¨® la voz sobre las dem¨¢s y grit¨®: "Oye, guapo, que mi madre trabaja todo el d¨ªa y despu¨¦s tiene que soportar al capullo de mi padre, que no da golpe en casa. ?Por qu¨¦ debe tener ¨¦l m¨¢s autoridad?". Los chicos no renunciaron: "Pues porque es ley de vida, porque siempre ha sido as¨ª, y seguir¨¢ si¨¦ndolo", y uno de ellos dijo muy expresivamente: "Porque si mi padre me dice que tengo que ir a comprar el pan, tengo que ir corriendo en pijama".
En caso de una separaci¨®n, ?con qui¨¦n querr¨ªan quedarse? Dos no quisieron responder; otros dos dijeron: "Mejor no pensar en eso". Otro, que depender¨ªa de la edad; un chico y dos chicas se ir¨ªan con la madre, y un chico y una chica, con el padre. Ellas demostraron temer m¨¢s a la madre que al padre, y los chicos al rev¨¦s. Y lo que no parec¨ªan soportar las chicas es que sus madres sean m¨¢s severas con ellas que con sus hermanos en sus relaciones con el sexo opuesto. "Claro", dice una de ellas, "?como los chicos no pueden quedar embarazados!".
?Trabaja m¨¢s el padre que la madre? "Ambos trabajan mucho", dijeron. Uno a?adi¨®: "Cada uno de ellos dice que es ¨¦l quien m¨¢s trabaja". Y por lo que se refiere a si el padre debe o no participar a las tareas de la casa, son las chicas quienes est¨¢n m¨¢s convencidas de que s¨ª, aunque muchos puntualizaron: "Lo que pasa es que cuando nuestro padre o nosotros nos ponemos a hacer algo, enseguida la madre se queja de que lo hacemos todo mal, que tenemos las manos rotas. Y, claro, se te quitan las ganas de ayudar".
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