"Cre¨ªmos que todo hab¨ªa quedado aclarado"
El ex ministro de Econom¨ªa Miguel Boyer, que ocup¨® la cartera desde diciembre de 1982 a julio de 1985, en el primer Gobierno de Gonz¨¢lez, dirigi¨® ayer al director de EL PA?S la siguiente carta:"Se?or director:
Durante dos a?os he deseado que el juzgado n¨²mero 21 terminase las diligencias abiertas por el caso Ibercorp en el invierno de 1992, con el total convencimiento de que -por lo menos en el caso de mi mujer y m¨ªo que yo conoc¨ªa completamente- el resultado de esas diligencias ser¨ªa el sobreseimiento. Esa confianza no s¨®lo estaba fundada en mi conocimiento de los hechos que nos afectaban, sino en que, en septiembre de 1992, el propio letrado Rodr¨ªguez Men¨¦ndez, que ejerc¨ªa la acusaci¨®n en nombre de un grupo de accionistas de Sistemas Financieros, declar¨® a nuestro abogado y a la prensa que iba a retirar la querella contra nosotros porque le parec¨ªa, despu¨¦s de nuestras declaraciones en el juzgado, que carec¨ªamos de responsabilidad.
Ahora, en medio de un clima de crispaci¨®n y de sospechas generalizadas, se cierran las diligencias judiciales y, contra lo que yo esperaba, se abre procedimiento contra nosotros, adem¨¢s de contra otras personas. Ello me obliga -y, adem¨¢s, puedo hacerlo- a explicar de nuevo los hechos y su justa proporci¨®n, como hice reiteradamente en 1992, por todos los medios a mi alcance.
A principios de 1990, ped¨ª al se?or De la Concha que vendiera mis acciones de Sistemas Financieros, propiedad de mi mujer y m¨ªas, y me dijo que no ser¨ªa posible hasta junio porque, al provenir estas acciones de una conversi¨®n reciente de Obligaciones, no estaban todav¨ªa admitidas a cotizaci¨®n en Bolsa. En junio de 1990, me llam¨® para decirme que ya se pod¨ªan vender las acciones y atender mi anterior orden en tal sentido. As¨ª lo hizo y yo no supe nunca que estas acciones las adquir¨ªa la propia sociedad para su autocartera -pr¨¢ctica que dentro de ciertos l¨ªmites es legal-, en vez de venderse en el mercado abierto, y no percib¨ª ninguna diferencia que pudiera extra?arme entre el precio de venta y el que ven¨ªa rigiendo en el mercado de acciones antiguas a lo largo del a?o. Gan¨¦ cinco millones de pesetas antes de impuestos y 2,5 millones netos -y lo mismo mi mujer-, tras cumplir correctamente, el a?o siguiente, las obligaciones del impuesto sobre la renta de las personas fisicas. Repito estos detalles para situar en su justa proporci¨®n cuantitativa nuestro lucro -2,5 millones de pesetas mi mujer y lo mismo yo-, as¨ª como para recalcar que cumplimos escrupulosamente nuestra ¨²nica obligaci¨®n -declarar los beneficios a la Hacienda- y ello sin ning¨²n resquemor, puesto que consider¨¢bamos completamente normal y regular la operaci¨®n, sin albergar dudas al respecto.
La primera noticia de las irregularidades la conocimos por un diario en febrero de 1992, con total sorpresa, al enterarnos de que adem¨¢s el despacho de De la Concha hab¨ªa truncado nuestros segundos apellidos y los de otras personas al comunicar las operaciones a la Comisi¨®n del Mercado de Valores, pienso que creyendo evitarnos las consecuencias posibles de unas irregularidades que desconoc¨ªamos (compra de las acciones para la autocartera de la sociedad, que se volvi¨® desastrosa con la ca¨ªda de la Bolsa en agosto de 1990, tras la crisis del golfo P¨¦rsico, que hizo imposible recolocar esa autocartera en el mercado). El se?or De la Concha asumi¨® la responsabilidad de estas irregularidades, verbalmente y por escrito, ante nosotros y en el juzgado, con un gesto que le honra en estas dif¨ªciles circunstancias y por ello, mi mujer y yo, cre¨ªmos que todo hab¨ªa quedado aclarado, tanto m¨¢s cuanto que no volvieron a practicarse m¨¢s diligencias contra nosotros, despu¨¦s de nuestra ¨²nica comparecencia y hasta ahora, ni aparici¨®n de hecho nuevo alguno relativo a nosotros en estos dos a?os.
Habr¨¦ cometido errores y torpezas en mi vida. Nunca me he sentido menos responsable y m¨¢s inocente de algo -y lo mismo le ocurre a mi mujer- que de estos hechos por los que ahora aparecemos inculpados. Y ¨¦sta es la verdad".-
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