Contra corriente

Cuando el mi¨¦rcoles pasado aterric¨¦ en Barajas, despu¨¦s de haber estado tres semanas en Sur¨¢frica, tuve la impresi¨®n de que en el pa¨ªs se hab¨ªa perdido por completo la cordura y que nos est¨¢bamos deslizando por una pendiente aut¨¦nticamente demencial.La casi unanimidad que percib¨ª en solicitar la dimisi¨®n del presidente del Gobierno me dej¨® perplejo. Que tal solicitud viniera de ciertos sectores pol¨ªticos y period¨ªsticos, no puede sorprender a nadie y no me sorprendi¨®. Pero que viniera de otros me result¨® incomprensible.

Los ciudadanos tienen que saber que si el presidente dimite, no puede dejar a "otro socialista", como ha dicho Aznar, en el puesto. Al d¨ªa siguiente, el Rey tiene que iniciar las consultas con los representantes de. los distintos grupos parlamentarios y proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno, que tiene que acudir al Congreso de los Diputados, hacer un debate de investidura sobre su programa de gobierno y solicitar la confianza de la C¨¢mara.

Tal como est¨¢ el patio y con la aritm¨¦tica parlamentaria surgida de las elecciones del 6 de junio, ?es que hay alguien que pueda hacerlo? ?Hay alguien en su sano juicio que piense que se puede hacer realmente un debate de investidura en este momento con la finalidad de cubrir la Presidencia del Gobierno? ?Hay alguien que piense que hay un candidato socialista o popular que pueda obtener la mayor¨ªa de la C¨¢mara?

Si el candidato propuesto por el Rey no alcanza la mayor¨ªa necesaria en la C¨¢mara, tiene que repetirse la operaci¨®n a lo largo de dos meses con sucesivos candidatos y si transcurridos ¨¦stos no hay presidente del Gobierno, se procede a la disoluci¨®n autom¨¢tica del Parlamento. Esto ¨²ltimo, de haber aceptado el presidente la idea de la dimisi¨®n, hubiera tenido que ocurrir en los primeros d¨ªas de julio, teniendo que celebrarse las elecciones en los ¨²ltimos d¨ªas de agosto o primeros de septiembre.Someter al pa¨ªs a dos meses de procesos de investidura fallidos y a una campa?a electoral en los meses de julio y agosto es sencillamente absurdo.

El presidente del Gobierno no puede hacer, pues, m¨¢s que lo que dijo el jueves que iba a hacer. No dimitir y no descartar la presentaci¨®n de una cuesti¨®n de confianza. Porque tampoco puede presentar una cuesti¨®n de confianza sin tener la seguridad de que va a tener el apoyo parlamentario suficiente para que prospere. Eso ser¨ªa pol¨ªticamente tan fr¨ªvolo como presentar la dimisi¨®n, porque conducir¨ªa al mismo resultado.

No cabe duda de que estamos en un momento dificil y de que hay una alarma social plenamente justificada. Justamente por eso es por lo que los pol¨ªticos y quienes de alguna manera contribuyen a crear opini¨®n p¨²blica no pueden perder los nervios y tienen que ser conscientes de qu¨¦ propuestas son las que hacen y a d¨®nde pueden conducir.

?sta es la raz¨®n por la que me qued¨¦ el jueves muy tranquilo cuando vi la rueda de prensa del presidente del Gobierno. En medio de la histeria colectiva y de la confusi¨®n reinante, Felipe Gonz¨¢lez dio una lecci¨®n de lo que es ser el presidente del Gobierno de la naci¨®n. Con un coste personal tremendo, contra corriente y muy probablemente con poco ¨¦xito en el corto plazo, porque la crisis abierta es muy grave, Felipe Gonz¨¢lez demostr¨® que un presidente del Gobierno "por mucho calor que haga, no se puede salir de la cocina", como dijo en su d¨ªa el presidente Truman.