?Qui¨¦n es el Oso Mayor?,
Disuelto el grupo antidroga de Vitoria al comprobarse que intentaba abortar una investigaci¨®ninterna por cuatro acusaciones judiciales contra su jefe
La ca¨ªda en bloque del grupo antidrogas del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa en Vitoria echa el tel¨®n a toda una ¨¦poca. Procesados unos y trasladados otros, el caso ha alcanzado su punto culminante despu¨¦s de que tres polis enca?onaran y zarandearan a otro de Asuntos Internos cuando todav¨ªa estaba fresco el recuerdo de un an¨®nimo amenazante contra un juez. Las sombras sobre el caso se acrecientan cuando algunas operaciones antionarc¨®ticos culminan sin esperar a que la droga llegue a su destino. Y el morbo lo pone el desconocido Oso Mayor -citado en las conversaciones intervenidas al grupo-, al que ocultan datos.Tiene todos los ingredientes de una novela negra, pero ambientada en una ciudad poco usual para el g¨¦nero, que s¨®lo ha servido de marco a las pel¨ªculas de Juanma Bajo Ulloa. El argumento para la trama es perfecto. El jefe de la unidad antidroga local, Gerardo G. F-. se enfrenta a tres presuntos delitos de tr¨¢fico de drogas, prevaricaci¨®n y escuchas ilegales. Una vez detenido y encarcelado, despu¨¦s de una larga investigaci¨®n de Asuntos Internos, se suceden una serie de hechos que revolucionan los ambientes judicial y policial. Una amenaza an¨®nima contra el juez, unos polic¨ªas que coaccionan a otro para intentar romper la investigaci¨®n, y rumores de que adem¨¢s coaccionan a posibles testigos para que enmudezcan.
En unas grabaciones telef¨®nicas realizadas al grupo policial los interrogantes adquieren tina dimensi¨®n mayor. En las conversaciones aparece el misterioso Oso Mayor, y los agentes que investigan el contenido de las escuchas se preguntan por qu¨¦ algunas de las operaciones del grupo relacionadas con el caso se desencadenaron antes de su l¨®gico final.
Probablemente lo menos americano se a el inicio de todo el asunto, que hay que situarlo en M¨®stoles. Dos j¨®venes procedentes de esa localidad madrile?a fueron detenidos antes de llegar a Vitoria, como sospechosos de llevar coca¨ªna. Primero fueron conducidos a dependencias policiales, de all¨ª salieron para el hospital para hacerles una radiograf¨ªa, y finalmente fueron puestos en libertad porque estaban limpios.
Sin embargo, unos d¨ªas despu¨¦s un agente encontr¨® en las dependencias policiales un preservativo que conten¨ªa 50 gramos de coca¨ªna de gran pureza y que presuntamente habr¨ªa sido abandonado all¨ª por la pareja de detenidos. El jefe del grupo antidroga Gerardo G. F. orden¨® silencio. Era la primer semana del pasado mes de abril.
Seg¨²n fuentes policiales, los primeros interrogantes se suscitaron al comprobar que en las intervenciones telef¨®nicas se hablaba de un destinatario de la coca¨ªna al que denominaban con un diminutivo. Y sin embargo, en vez de seguir al traficante hasta el lugar de la entrega, le detuvieron antes incluso de llegar a la capital alavesa. No era, adem¨¢s, la primera vez que llegaban a Vitoria j¨®venes procedentes de M¨®stoles y la historia se repet¨ªa.
Estas grabaciones est¨¢n siendo estudiadas por la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa para ordenar las sanciones administrativas oportunas, despu¨¦s de comprobar que Gerardo G.. F. estableci¨® numerosos contacto telef¨®nicos con traficantes, proxe?etas y contrabandistas.
En las grabaciones, los agentes investigados por miembros de la Bigada de Interior de Madrid se refieren en varias ocasiones al Oso Mayor, un personaje desconocido al que la polic¨ªa atribuye un lugar privilegiado en el escalaf¨®n.
Disoluci¨®n
La disoluci¨®n pr¨¢cticamente total del grupo lleg¨® a ra¨ªz de un incidente entre tres estupas y un miembro de Asuntos Internos de Madrid, el pasado 4 de mayo. En una c¨¦ntrica calle de la capital alavesa, los polic¨ªas del grupo antidroga de Vitoria simularon una identificaci¨®n para enca?onar, zarandear y conminar con muy malos modos al polic¨ªa enviado de Madrid a que se machara de Vitoria y pusiera fin a la investigaci¨®n. El incidente, al que se le quit¨® importancia desde el Gobierno Civil de ?lava, provoc¨®, sin embargo, una serie de protestas en cadena que saltaron de despacho en despacho que y que han acabado con la casi total desmembraci¨®n del grupo.
En lo que parece una estrategia para ganar tiempo para sus clientes, los abogados defensores de los agentes implicados han pedido la recusaci¨®n del juez encargado de instruir el proceso, el mismo que recibi¨® un an¨®nimo insultante que levant¨® las iras de los jueces de Vizcaya y ?lava, as¨ª como de los magistrados integrantes de la asociaci¨®n Jueces para la Democracia y del Colegio de Abogados de ?lava. De momento la instrucci¨®n judicial de los hechos est¨¢ paralizada y a la espera de resolver la recusaci¨®n.
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