Cannes mantiene el rodillo del acaparamiento franc¨¦s con m¨¢s pel¨ªculas irrelevantes
La ausencia de Hollywood convierte al festival en un desierto de 'estrellas'
ENVIADO ESPECIAL Un filme franc¨¦s realizado en Camboya, Gente del arrozal, dirigida por Rithy Panh; y otro rodado en Tel Aviv, pero tambi¨¦n francesa, Los patriotas, de Eric Rochant, coparon ayer el festival. Ambas son correctas, pero destinadas al olvido. Un nuevo cap¨ªtulo de autopromoci¨®n de la industria francesa, pues uno de cada dos d¨ªas de un festival supuestamente internacional son s¨®lo franceses y, pese a ello, no ofrecen m¨¢s que obras insignificantes. Para redondear el vac¨ªo, en La Croisette, otros a?os llena de estrellas, hay noche nublada.
Durante los pocos respiros que permite la, agenda de proyec ciones no se habla apenas de rostros conocidos. Hay pocos Clint Eastwood juega a ser el hombre- invisible y parece que -salvo John Travolta y Bruce Willis, que llegaron ayer para defender hoy el filme indepen diente norteamericano Puip Fiction; y Kathleen Tumer, a quien se espera el lunes en la pel¨ªcula de clausura- apenas hay carnaza para los pescadores de estrellas.En los alrededores de este olimpo sin inquilinos, la gente festivalera se ve por ello obligada a discutir y cotillear casi monogr¨¢ficamente sobre cada nuevo cap¨ªtulo del ins¨ªpido culebr¨®n ¨²ltranacionalista que est¨¢n representando Gilles Jacob, jefazo de este tinglado, y sus muchachos, como aqu¨ª llaman al equipo directivo de Cannes 94. Un culebr¨®n al que hay que echarle sal unas veces en forma de cr¨®nica negra -"dos gorilas de la sala Debussy dieron ayer de tortas a una periodista con acreditaci¨®n azul, que da derecho a gallinero, que se intent¨® colar en butaca"-, o de chistes envenenados -si ayer los franceses inventaron el neologismo cannite, lo que suena a cainita, hoy los italianos han peinado dos letras de esta ciudad y la han reducido a Cane y poder decir de ella aut¨¦nticas perrer¨ªas-.
Por ejemplo, ayer, los paneles de estrellitas donde algunos cr¨ªticos acreditados aqu¨ª califican las pel¨ªculas en concurso, revelaron que de los 14 cr¨ªticos franceses que figuran en ellos tan s¨®lo uno hab¨ªa visto, y por tanto calificado, la pelicula mexicana La reina de la noche; y que de los 22 cr¨ªticos no franceses que participan en este juego sumar¨ªsimo s¨®lo cinco pudieron asistir a la proyecci¨®n de esta pel¨ªcula. L¨®gico: Gilles Jacob y sus muchachos proyectaron est¨¢ notable obra en horario de castigo -en una sala peque?a y en horas de escribir la cr¨®nica del d¨ªa- para de esta manera despejar los horariosde lujo en provecho de sus compatriotas.
Abochornados
Y mientras tanto, abochornados por este virulento sarampi¨®n nacionalista, profesionales franceses presentes en la Quincena de los Realizadores manifiestan en viva voz su indignaci¨®n, y este contraataque de la Francia abierta e independiente vuelve a encontrar un altavoz en las p¨¢ginas del diario Liberation, que ayer volvi¨® a dar un duro golpe a las c¨²pulas de la Francia cerrada y autosatisfecha con un reportaje de Edotiard Waintrop sobre C¨®mo ve la cr¨ªtica extranjera nuestras pel¨ªculas.Este reportaje cubre inesperadamente la laguna de la ignorancia de lo ajeno que caracteriza siempre a la moral chovinista con una bater¨ªa de resumenes de dur¨ªsimos, algunos incluso sangrientos, comentarios cr¨ªticos sobre la p¨¦sima calidad del cine franc¨¦s actual aparecidos en los ¨²ltimos meses en The New York Times, Variety, Hollywood Reporter, S¨¹ddeutsche Zeitung, La Repubblica, Village Voice, Die Welt, Time, Sunday Telegraph, TheGuardian, The Times y EL PAIS.
Esta inteligente y libre iniciativa editorial posee, si se tiene en cuenta el marco de histeria nacionalista en que aparece, una raz¨®n y una l¨®gica demoledoras: la l¨®gica de un timbre de alarma y la raz¨®n de la imparcialidad y la neutralidad. Las c¨²pulas de Cannes 94, impermeables siempre a lo ajeno, probablemente se sintieron ayer debajo de un chaparr¨®n, al leer en Liberation palabras un¨¢nimes y afiladas como navajas barberas, contra la mediocridad de un cine que ellos est¨¢n proponiendo estos d¨ªas desp¨®ticamente como el mejor de Europa, cuando hoy es considerado por voces imparciales como uno de los peores.
Respecto de las dos pel¨ªculas francesas que consursaron ayer, nada que destacar salvo lo que Gente del arrozal tiene, en su primera mitad, de veraz documento sobre la miseria de los campesinos camboyanos.
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