Rinc¨®n y el toreo de verdad

Toreando con emoci¨®n y verdad triunf¨® C¨¦sar Rinc¨®n. Tambi¨¦n destac¨® Finito de C¨®rdoba con su sinfon¨ªa del arte de torear al sexto de la tarde.Ortega Cano mostr¨® p¨¢nico bailando durante cuatro minutos alrededor del fiero astado que abri¨® plaza y tratando de espantarle las moscas. Con el cuarto, que termin¨® tardo, hizo su labor muy retirado del corn¨²peta. Al final de un largo trasteo en el que escuch¨® un aviso, pudo controlar sus nervios y se acopl¨®, logrando realizar su toreo cadencioso. Pero el buen sabor se perdi¨® al pedir en voz alta que la m¨²sica le tocara, provocando silbidos del p¨²blico.

Al agresivo segundo, que empez¨® col¨¢ndose, C¨¦sar Rinc¨®n lo domin¨® a base de quietud y valor. Lo llev¨® a los medios y all¨ª le ejecut¨® una faena con aguante, temple y mando, ante el delirio de la concurrencia. Pero la apoteosis vendr¨ªa al poderle a la bravura seca del quinto. Cuaj¨® una faena de su estilo: citar de largo, dar el pecho con la muleta cuadrada, cargar la suerte, embarcar al enemigo en la panza del enga?o y ganarle el terreno.

Finito tuvo detalles al cruzarse al soso tercero, encel¨¢ndolo y logrando que le embistiera. Al alegre y noble burel que cerr¨® plaza le instrument¨® series de ligados naturales, toreando con verticalidad, giro de cintura Y arrastrando la pa?osa por la arena.