3.000 huevos para dulces 'tontos' y 'listos'

Cuenta la tradici¨®n que cerda de la pradera de San Isidro vivi¨® una mujer que, durante las fechas en que se festejaba al santo, hac¨ªa pastas para los que asist¨ªan a las romer¨ªas. Esa se?ora se llamaba Javiera y sus dulces eran conocidos por todos los madrile?os como las rosquillas de la T¨ªa Javiera. Ya no se llaman as¨ª, pero las pasteler¨ªas de Madrid contin¨²an por San Isidro la tradici¨®n que inici¨® esa mujer y llaman rosquillas tontas y rosquillas listas a los productos que venden en estas fechas.Las tontas lo son porque son m¨¢s sosas que las dulces, que van cubiertas con una espesa capa de azucar. En la antigua pasteler¨ªa del Pozo, que lleva vendi¨¦ndolas 163 a?os, las empiezan a preparar a mediados de abril y contin¨²an vendi¨¦ndolas de la tienda hasta principios de junio. Y en todo ese tiempo se gastan nada menos que 3.000 huevos en su fabricaci¨®n.

?ngel Villamil es el maestro cocinero de la pasteler¨ªa del Pozo. Aprendi¨® la receta de las rosquillas tontas y de las listas hace 23 a?os, cuando entr¨® a trabajar de aprendiz: huevos, az¨²car, harina, aceite y an¨ªs en grano. "Parece que la tonta es m¨¢s sosa que la lista, pero lleva mucha m¨¢s az¨²car", cuenta ?ngel Pascual, encargado de la tienda. Y explica que lo que se le hace a las listas es "castigarlas" con zumo de lim¨®n para que el ba?o de az¨²car panosa que llevan no se engrane.

"Todo Madrid celebra San Isidro con una rosquilla y una copita de vino", asegura Pascual, y afirma tambi¨¦n que se venden much¨ªsimo, "aunque se nota que ahora les ha dado a las mujeres por no comer dulce", a?ade.