La antigua Hispaniola navega a la deriva
Santo Domingo ha sido la mayor beneficiaria del embargo internacional dictado contra Hait¨ª
Las verjas fronterizas que unen Hait¨ª y la Rep¨²blica Dominicana como si fueran dos hermanos siameses han quedado definitivamente selladas. El embargo total decretado por la comunidad internacional contra la parte occidental de la. isla, Hait¨ª, que entra hoy en vigor, repercute como un latigazo en su vecino dominicano, que hasta ahora ha sacado partido tanto del contrabando fronterizo como de la masiva oleada de inmigrantes haitianos. Una comisi¨®n de las Naciones Unidas intenta asegurarse de que a partir de ahora los 460 kil¨®metros de frontera no sean violados. La antigua Hispaniola navega a la deriva.Nicol¨¢s est¨¢ que trina. Desde octubre del a?o pasado, en que se reimplant¨® el embargo internacional contra el r¨¦gimen del general haitiano Raoul C¨¦dras, s¨®lo puede conseguir combustible para llenar una vez al d¨ªa su motocicleta. Los vecinos de Jiman¨ª, el mayor paso fronterizo entre la Rep¨²blica Dominicana y Hait¨ª, tienen racionada la gasolina para evitar el contrabando al pa¨ªs vecino. "Los militares nos dan cien galones diarios para todo el pueblo. Los tenemos que comprar a tres hombres". Esos tres hombres, Recio, Marco y El Negro, cobran 40 pesos por gal¨®n (unos cuatro litros y medio), el doble del precio normal.
En poblaciones cercanas, como Duverg¨¦, las estaciones venden combustible sin atender al acento del comprador. Pero los habitantes de Jiman¨ª necesitan un permiso militar para comprar gasolina fuera de su pueblo. Las carreteras de las provincias fronterizas est¨¢n salpicadas de controles que registran los autom¨®viles para ver si esconden combustible. No a todos. Un veh¨ªculo con matr¨ªcula dominicana, pero ocupado por una pareja haitiana, ha podido recorrer los tres controles que separan la ciudad de Neiba de la frontera sin detenerse ni una vez. Finalmente han cruzado la verja sin los que soldados les hayan registrado.
"Por la noche", cuenta Nicol¨¢s, "puedes ves pasar la frontera a camiones grandes cargados con combustible y los militares ni les paran". Las formas de saltarse el embargo son variopintas. A peque?a escala, numerosos dominicanos y haitianos cargan los bidones de gasolina en barcas o en burros. Otros, con mejores contactos; entran al pa¨ªs con veh¨ªculos matriculados en la Rep¨²blica Dominicana, compran y salen sin ser molestados.
"Mi auto funciona con gas y gasolina", dice sonriente Tom¨¢s, un taxista que trabaja en Barahona, a unos 200 kil¨®metros al este de Santo Domingo. Tom¨¢s confiesa que ha cruzado la frontera con los dep¨®sitos llenos y ha vaciado la gasolina en Hait¨ª. No quiere decir cu¨¢ntas veces ni lo que cobra por el combustible.
La comisi¨®n de la ONU llegada el jueves a la Rep¨²blica Dominicana tratar¨¢ de impermeabilizar 460 kil¨®metros de una frontera monta?osa surcada por r¨ªos. Las expectativas de ¨¦xito son escasas. "El embargo ha servido para. demostrar que desde la Rep¨²blica Dominicana se puede mantener Hait¨ª", dice un funcionario internacional.
Algunos observadores relacionan el ¨¦xito de la aplicaci¨®n del embargo con el desenlace de las elecciones presidenciales dominicanas, que a¨²n est¨¢ en el aire tras descubrirse un fraude de grandes proporciones.
"Si Joaqu¨ªn Balaguer sigue de presidente, el embargo nunca funcionar¨¢. Desde el punto de vista pol¨ªtico, ha sido el ¨²nico Gobierno que no conden¨® el golpe de Estado de Cedr¨¢s. Y en el terreno econ¨®mico, el embargo ha enriquecido a muchos dominicanos pr¨®ximos al poder. La Rep¨²blica Dominicana se ha convertido en el abastecedor caro de productos prohibidos", explica un pol¨ªtico que prefiere mantenerse en el anonimato. "Existe una complicidad delictiva de una parte de la derecha dominicana para beneficiarse d¨¦ los problemas haitianos", concluye.
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