Memoria e imaginaci¨®n

El sexo est¨¢ de moda y, si es con ciertas dosis de violencia y oscuridad, mejor; a veces se usa de ¨¦l gratuitamente, pero entonces resulta bien dosificado, cumple una funci¨®n dramat¨²rgica y hasta coreogr¨¢fica. Lo que gusta y hace furor hoy no es precisamente la pastoral de Longo: ca?a y mucha ca?a necesita el p¨²blico para entrar en ciertos argumentos. La pieza de Carmen Werner recuerda en la distancia una obrita de Unamuno: El otro, y a trav¨¦s de un ¨²nico personaje de carne y hueso (muy bien llevado por Rodrigo Ja¨¦n) se pinta un fresco de sorda enso?acion, de pesadilla, donde no falta la intriga y la abulia de una larga escena social. J¨®venes ejecutivos que se sienten poderosos, de pronto ven c¨®mo se rompe una armnon¨ªa que no es tan real y s¨®lida como se cre¨ªan- Quiz¨¢ el nudo, la trama, no existi¨® mas que en la imaginaci¨®n. de ese personaje tangente que rompe sus cartas, una especie de mir¨®n que consigue transmitir fragilidad, duda y hasta ternura.Hay en la coreograf¨ªa enormes dosis de juego, buenos movimientos de grupo y una plantilla mayoritariamente joven, donde destacan los canarios Sonia Rodr¨ªguez y Jes¨²s de Vega; este ¨²ltimo poseedor de un movimiento natural que llegar¨¢ donde ¨¦l quiera. La banda sonora, irregular, no siempre ayuda a la core¨®grafa.