Rigoberta Mench¨² re¨²ne a cientos de fieles en una iglesia madrile?a
La Nobel de la Paz celebr¨® un Pentecost¨¦s reivindicativo
Lleg¨®, apenas visible entre la multitud que aplaud¨ªa en pie, con dos rosas rojas en la mano. Cientos de personas se congregaron ayer, en la iglesia del Perpetuo Socorro, para escuchar a la dirigente indigenista Rigoberta Mench¨², premio Nobel de la Paz 1992. Universitarios, adolescentes, integrantes de ONG y de cristianos de base, y de numerosos grupos parroquiales de Madrid, hab¨ªan ido agolp¨¢ndose desde dos horas antes.
El encuentro estaba organizado por el grupo juvenil de esta parroquia de padres redentoristas y de la Asociaci¨®n para la Solidaridad, coincidiendo con el lunes de Pentecost¨¦s."Tengo un defecto: nac¨ª en verano y soy chaparra...", dijo al empezar provocando las risas de los presentes, mientras el sacerdote le colocaba el micr¨®fono ante un altar inundado de flores y presidido por una enorme cruz de madera de colores vivos.
Con voz suave, sin solemnidad, pero con contundencia, Rigoberta Mench¨², de 35 a?os, hija y hermana de campesinos asesinados por el Ej¨¦rcito guatemalteco, habl¨® durante m¨¢s de 40 minutos en la iglesia abarrotada sobre la vida cotidiana de su pueblo perseguido, as¨ª como de la necesidad de dejar de considerar a los indios "un objeto de estudio" y del compromiso entendido como solidaridad activa y no como simple caridad.
Fuera, varios altavoces llevaban sus palabras a los que no habr¨ªan logrado sitio en la iglesia.
"Regalo de la vida"
"Es un gran regalo de la vida que esta juventud est¨¦ comprometida con su pueblo", continu¨® Mench¨². "Pero, ojal¨¢ que el cari?o a Rigoberta Mench¨² no sea un obst¨¢culo para que tambi¨¦n vengan otros l¨ªderes ind¨ªgenas, como esas madres que dan de comer a sus cinco o seis hijos, a¨²n sin trabajo y sin profesi¨®n".En varias ocasiones las expresiones y el estilo de hablar de Mench¨² arrancaron las risas y los aplausos del auditorio. "Ya no quiero cansarles, porque s¨¦ que les duele la espalda de estar ah¨ª en el suelo sentados", dijo al despedirse despu¨¦s de recordar a los ni?os de la calle.
En el interior de la iglesia se hab¨ªan retirado todos los bancos de la nave y la gente se fue sentando como pudo en el suelo, "un poco como s¨ªmbolo de la cultura ind¨ªgena", tal como explic¨® el sacerdote Jos¨¦ Miguel de Haro.
En los bancos que hab¨ªan quedado en los laterales, se instalaron las se?oras m¨¢s mayores junto a algunos grupos en sillas de ruedas. Varios estandartes de colores recordaban decenas de nombres de desaparecidos y enumeraban los pueblos ind¨ªgenas de Latinoam¨¦rica.
La gente tambi¨¦n ri¨® cuando dijo: "A veces pensamos que ser solidarios es regalar ropas o dulces y cuando nos sentimos generosos hasta una vaca, pero eso no es suficiente, y no es que no me gusten las vacas".
En el encuentro se recogieron fondos para la Fundaci¨®n Vicente Mench¨², padre de Rigoberta, en favor de la justicia social y los derechos humanos en Guatemala. La instituci¨®n fue creada con parte del Premio Nobel que recibi¨® hace dos a?os.
Carisma
"Lo que m¨¢s me ha llamado la atenci¨®n de ella es su carisma dec¨ªa emocionada una mujer de mediana edad, perteneciente al grupo de catequistas de la parroquia. "Desde luego, no se corta, dice las cosas bien claras", afirmaba un chaval de 16 a?os a la salida. "Sobre todo, es que no busca venganza despu¨¦s de todo lo que le ha pasado", corroboraba un compa?ero de su grupo de confirmaci¨®n. "Bueno, est¨¢ bien este entusiasmo, pero ?qui¨¦n vino a verla hace cuatro a?os cuando estuvo en Madrid, antes de recibir el Nobel?", se preguntaba un poco esc¨¦ptico un hombre de unos 50 a?os, que hab¨ªa acudido a la iglesia madrile?a con su esposa, integrante de un grupo de cristianos de base.Tras los c¨¢nticos y la ofrenda de los donativos, las oraciones fueron para los ind¨ªgenas de Latinoam¨¦rica, para las v¨ªctimas de los sucesos del Estado mexicano de Chiapas, "que sufren tortura y persecuci¨®n", y asimismo en solidaridad con las ONG y las peticiones del 0,7% del presupuesto para este tipo de fines.
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