Palomo admite que se equivoc¨® al pedir los toros de Atanasio
El regreso de Palomo Linares a Las Ventas no fue todo lo feliz que ¨¦l hab¨ªa so?ado, de lo que culpaba a los toros de Atanasio: "La corrida no fue buena en general, y los m¨ªos, menos; quiz¨¢s me equivoqu¨¦ al elegirlos para un compromiso tan importante, pero eso siempre se sabe despu¨¦s de lidiarlos". Pese a ello, el veterano diestro s¨ª estaba satisfecho de su actuaci¨®n: "En ese aspecto s¨ª me encuentro feliz, no tengo nada que reprocharme;. todo lo contrario, porque me entregu¨¦ y me la jugu¨¦".El jucio que le merec¨ªan cada uno de sus enemigos fue el siguiente: "El primero, muy incierto, fue el m¨¢s deslucido del encierro, porque adem¨¢s hab¨ªa que ir detr¨¢s de ¨¦l; el cuarto no humillaba, aunque por lo menos ¨¦ste dio sensaci¨®n de peligro y pude demostrar mis ganas qued¨¢ndome muy quieto entre sus enormes pitones". Despu¨¦s bromeaba sobre el famoso y pol¨¦mico rabo que cort¨® a un toro de esta divisa hace 22 a?os: "Desde luego a ¨¦stos era imposible cortarle ni un rabo ni una oreja".
El de Linares, que afirmaba tener cuerda a¨²n para rato, se ofrec¨ªa para volver a Las Ventas "siempre y cuando interese a la empresa y al p¨²blico; yo creo que hoy no me cerr¨¦ ninguna puerta", y conclu¨ªa de nuevo en tono humor¨ªstico: "De todas formas, tiempo habr¨¢, porque ahora que disfruto como nunca, igual sigo en esta maravillosa profesi¨®n hasta el a?o 2000".
Cerca de la puerta grande
El que tuvo una puerta casi abierta fue Enrique Ponce, que dec¨ªa haberse visto muy cerca de salir por ella: "El presidente decidi¨® que no y de nada sirve ahora quejarse". El valenciano no quer¨ªa polemizar con el tendido 7 y se limitaba a decir que estuvo injusto con ¨¦l.Con respecto a este primer compromiso en el abono, tambi¨¦n se mostraba contento de su actuaci¨®n, "porque estuve por encima de las condiciones de mis dos toros". El espada aprovechaba finalmente para animar a El Madrile?o: "Sus toros fueron m¨¢s complicados y resolvi¨® bien la papeleta pese a su escasa experiencia".
Sin embargo, ¨¦ste era la cara opuesta de la moneda y no ocultaba su tristeza: "Estoy decepcionado y fastidiado". Al preguntarle de qui¨¦n era la culpa, respond¨ªa que de los toros: "En general, a excepci¨®n de los de Ponce, mansos y complicados, tal y como me esperaba de esta ganader¨ªa actualmente".
Sus cr¨ªticas las acentuaba m¨¢s sobre el que cerr¨® plaza: "El de la alternativa era ins¨ªpido, sin fuerza ni clase; pero el ¨²ltimo se ven¨ªa con la cara arriba y midiendo mucho". Luego admit¨ªa que quiz¨¢s con m¨¢s experiencia le habr¨ªa podido sacar m¨¢s juego: "Habr¨¦ tenido mis errores, porque era mi primera corrida de toros, cosa que no s¨¦ si se supo valorar en los tendidos, pero desde luego no creo que nadie le hubiera sacado mayor lucimiento".
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