La problem¨¢tica del tomate
El candidato Matutes transmite solvencia cuando habla de econom¨ªa, de negocios, de comercio. Se nota que sabe de lo que dice por su doble condici¨®n de pol¨ªtico y de empresario, actividades ambas en las que ha tenido un ¨¦xito sin alharacas de papel couch¨¦ o de mes¨ªas de la derecha. El candidato Matutes es discreto, consistente y algo an¨®nimo, con esa distancia amable y un punto ir¨®nica que da el mediterr¨¢neo insular y sus nueve a?os en el Gobierno europeo. Y si no se afeitara dos veces al d¨ªa, surg¨ª r¨ªa la imagen de ese alcalde de pueblo rico que lleva dentro, acostumbrado a negociar con los pies en el barro. Tal vez por todo ello, para, el candidato del Partido Popular, reunirse con un grupo de agricultores de Almer¨ªa para hablar de los problemas reales de una econom¨ªa en expansi¨®n sea una oportunidad de lucimiento. La problem¨¢tica del tomate, del albaricoque, la berenjena, el mel¨®n, la sand¨ªa o la fresa no es una broma para esta tierra calcinada que ha construido un inmenso invernadero de pl¨¢stico en medio del secarral y se ha puesto a la cabeza de Andaluc¨ªa.
La Almer¨ªa de los spaghetti-westerns, la de las dunas de Lawrence de Arabia, exporta ya algo m¨¢s que im¨¢genes desoladas y des¨¦rticas. Y los agricultores fueron a contarle al candidato Matutes que no quieren que Europa les subvencione para dejar de producir, que quieren que ,Espa?a les defienda en Bruselas frente a la competencia de los productos marroqu¨ªes; que impida que las multinacionales empleen a ni?os en la otra orilla de Mediterr¨¢neo para producir m¨¢s barato y luego apelar a la solidaridad europea, con los pa¨ªses m¨¢s pobres. El candidato Matutes les ha ofrecido garant¨ªas de que su partido defender¨¢ sus intereses, que Espa?a debe renegociar la situaci¨®n de los productos; hortofrut¨ªculas en el mercado europeo, pero el ex comisario europeo Matutes tambi¨¦n les ha explicado la dif¨ªcil situaci¨®n que atraviesan los pa¨ªses del Magreb. Del riesgo que para la seguridad europea en general, y para la de Espa?a en particular, representa el avance de un integrismo que crece a la sombra de la crisis y cuya victoria insurreccional puede volcar miles de pateras en costas espa?olas.
Del tomate se pasaba a la pol¨ªtica de seguridad con una naturalidad impensable en los discursos de plaza de toros. El candidato Matutes les dec¨ªa a los agricultores-cooperativistas, a los sindicalistas, que tambi¨¦n hay un conflicto norte-sur en Europa, y que en esa pelea Espa?a es la que est¨¢ debajo. A Abel Matutes se le ve c¨®modo en estas conversaciones que le alejan de la pelea dial¨¦ctica con los socialistas, el obligado peaje de la refriega diaria que es toda campa?a. Y el di¨¢logo tal vez era m¨¢s amable porque se celebraba en un hotel rosa y playero, con cascada de agua y ascensores exteriores de cristal, en esta costa de Roquetas de Mar llena de turistas n¨®rdicos que alimentan esa otra industria sin chimeneas del milagro almeriense.
El sol, el mar y la dieta mediterr¨¢nea son la tecnolog¨ªa espa?ola. Matutes, ibicenco, empresario tur¨ªstico, pol¨ªtico europeo, sabe mucho de eso y pod¨ªa ofrecer a los agricultores que le escuchaban la mejor cara posible que puede mostrar un candidato: la de saber de lo que est¨¢ hablando.
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