M¨¢s de 1.600.000 estudiantes entran en la recta final de la angustia de los ex¨¢menes finales
Los estimulantes y los malos h¨¢bitos amenazan la salud de bachilleres y universitarios
La semana pasada se acabaron las clases. 370.000 alumnos de COU y nuevo bachillerato, y 1.300.000 universitarios se enfrentan al mes de los ex¨¢menes finales. La angustia que les produce es tal que ya se han creado asociaciones para encauzar sus nervios y evitar sus excesos. "Cada hora que paso estudiando estoy m¨¢s convencido de que no me lo s¨¦". "Tomo pastillas para rendir m¨¢s y para evitar el baj¨®n", reconoce un estudiante de Derecho. Hasta las familias llega el eco de la tensi¨®n. Padres, alumnos y psic¨®logos ven una sola soluci¨®n: la evaluaci¨®n continua que permite evitar el trance del examen.
"Lo que m¨¢s me preocupa es el estado de ¨¢nimo de mi hija B¨¢r bara", dice Mar¨ªa ?ngeles Ruiz. "Pierde el apetito y adelgaza por que dice que no le entra la comida". Mar¨ªa ?ngeles es una madre de familia m¨¢s. Desde la Federaci¨®n de Padres de Granada que preside ha vivido numerosos casos de familias que cambian completamente de vida al llegar el periodo de los ex¨¢menes finales de sus hijos.Esta madre cuenta que afloran muchos problemas familiares durante esta ¨¦poca y considera que, a la hora de evaluar, se deber¨ªa tener m¨¢s en cuenta el rendimiento de cada alumno durante el curso. Jacinto Lasheras, padre de cuatro hijos que estudian en la universidad y ennse?anzas medias y vicepresidente de la Confederaci¨®n de Asociaciones de Padres de Alumnos, piensa que el sistema del examen final tiene muy poco sentido. "La angustia que viven los hijos que estudian en la universidad o cursan el COU tiene incidencia en muchos padres, que llegan a perder el sue?o". Como Lasheras, los padres de esta con federaci¨®n no dejan de insistir en "la necesidad de que se ponga en pr¨¢ctica una evaluaci¨®n continua que evite que se concentren todos los ex¨¢menes finales en s¨®lo dos semanas al terminar el curso".
Y es que la entrada del mes de junio marca la recta final. Los alumnos son los primeros en ase gurar que son "momentos dif¨ªciles" y que comenten aut¨¦nticas locuras para rendir al m¨¢ximo. Se atiborran de caf¨¦, de complejos vitam¨ªnicos o estimulantes; cambian el ciclo del sue?o, comen menos y, los fumadores, aumentan de forma desorbidada el consumo de tabaco.
En estas condiciones no viven precisamente un buen comienzo del verano. Estos j¨®venes se quejan de que muchas veces el ambiente familiar no es el adecuado para el estudio y de la presi¨®n que reciben para aprobar tanto de sus padres como de la sociedad. "Yo tomo unas vitaminas que me sientan fenomenal, aguanto muchas m¨¢s horas estudiando por la noche".
Cristina tiene 21 a?os, estudia Ingenier¨ªa industrial y ha padecido problemas de angustia ante los ex¨¢menes. Reconoce que alguna vez no se ha presentado en el ¨²ltimo momento a estas pruebas, aunque no se lo ha dicho a sus padres. "Lo que le importa a mi padre es que apruebe y se enfrenta con mi madre porque ella valora m¨¢s el esfuerzo que hago y no tanto las notas", explica.
Los psic¨®logos especializados en h¨¢bitos de estudio conocen perfectamente este problema. La angustia ante los ex¨¢menes no afecta a todos los estudiantes, aunque s¨ª a un n¨²mero suficiente como para que se hayan creado programas de ayuda en diversas universidades del pa¨ªs.
Jos¨¦ Manuel Hern¨¢ndez es profesor de Psicolog¨ªa de la Personalidad y coordinador del programa para reducir la ansiedad ante los ex¨¢menes de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Opina que la tensi¨®n de los ex¨¢menes finales provoca irascibilidad y fatiga a la mayor¨ªa de los alumnos. "En este periodo, los estudiantes aumentan el nivel de activaci¨®n, intentan rendir mucho m¨¢s en menos tiempo".
Seg¨²n Hern¨¢ndez, el encierro, el sedentarismo y la falta de equilibrio entre los momentos de expansi¨®n y de trabajo son otras de las cuestiones que les conducen a la ansiedad. "La mayor¨ªa descansa mal", explica, "como cuando recurren a la televisi¨®n para distraerse un rato, lo que les causa una mayor fatiga".
Un par de termos de caf¨¦
"Sin un par de termos de caf¨¦ diarios y un complejo de vitaminas soy incapaz de estudiar los finales", cuenta Laura Mu?oz, una alumna de Derecho. "Mi madre intenta hacerme la vida m¨¢s f¨¢cil durante estos d¨ªas, pero me incomoda que me traten como si me fuera la vida en lo que estoy haciendo".El recurso de las vitaminas es uno de los m¨¢s utilizados por los alumnos. Sin embargo, los profesionales de la medicina insisten en que, en estos casos, no sirven para nada. Las vitaminas tienen una indicaci¨®n precisa y limitada y no producen ni muchos menos un efecto m¨¢gico. "Muchos de los complejos vitam¨ªnicos que consumen los estudiantes con la idea de mejorar su rendimiento llevan alg¨²n tipo de estimulante", explica el doctor Gerardo Le¨®n, del servicio de psiquiatr¨ªa del hospital La Paz de Madrid.
Este m¨¦dico alude al sentido com¨²n al preguntarle sobre si es recomendable tomar cualquier tipo de medicinas. "Este consumo supone una mala administraci¨®n de los recursos, cuando lo sensato es que cada uno se habit¨²e a los recursos ordinarios". Le¨®n cuenta adem¨¢s que los estimulantes "estrujan los recursos del sujeto, impidiendo que se realice siguiendo el ritmo natural, y el riesgo de dependencia puede ser importante". "Al tomar estos medicamentos, el individuo hace una falsa autocr¨ªtica, se cree que estudia m¨¢s de lo que verdaderamente estudia y que sabe m¨¢s de lo que sabe".
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