Las memorias del C¨ªrculo
Un directivo recopila en un libro la historia de esta sociedad
Desde su orgullosa sede, situada en el mismo coraz¨®n de Madrid, el C¨ªrculo de Bellas Artes ha ejercido y ejerce una poderosa influencia sobre la vida cultural de la capital. Pero, por mor a ese desprecio que hasta hace poco se ten¨ªa a la memoria hist¨®rica -el af¨¢n por desprenderse de lo viejo-, muy pocos pod¨ªan aspirar a tratar de establecer la ordenada trayectoria en el tiempo de esta instituci¨®n.Jos¨¦ Luis Temes, vocal de la junta directiva del C¨ªrculo, se encuentra entregado en cuerpo y alma a la tarea de recuperar la memoria hist¨®rica de la m¨¢s castiza de las entidades culturales espa?olas. Para ello lleva m¨¢s de un a?o buceando minuciosamente en las hemerotecas y releyendo una y otra vez los 8.000 documentos de los archivos de la entidad, localizados el 9 de febrero de 1993. "En realidad, los archivos est¨¢n donde deb¨ªan estar, que es donde nadie los busc¨® nunca", explica Temes. "Al instalarse definitivamente el C¨ªrculo -el 8 de noviembre de 1926-, se colocaron en una esquina de la cuarta planta. Desde entonces no se han movido de all¨ª, aunque permanecieron ocultos por monta?as de legajos".
No obstante, al ser el antiguo palacio del marqu¨¦s de Casa Riera la novena sede, una porci¨®n de esos archivos se ha perdido definitivamente. Por ejemplo, de las 500 exposiciones celebradas en el C¨ªrculo en el periodo anterior a la guerra civil, s¨®lo se conservan los cat¨¢logos de 39 de ellas.
Sin embargo, seg¨²n Temes, ahora se pueden establecer datos como el orden de los presidentes, las fechas exactas de las elecciones, etc¨¦tera. Este hallazgo supone un importante punto de partida para aclarar aut¨¦nticas lagunas hist¨®ricas en la biograf¨ªa del ¨²ltimo de los c¨ªrculos y casinos art¨ªsticos y culturales del siglo XIX espa?oles que a¨²n subsiste".
El acta constitutiva habla del nacimiento del C¨ªrculo de Bellas Artes en la calle de Barquillo, n¨²mero 5, hoy esquina a San Marcos. De ah¨ª pasar¨ªa sucesivamente a Madera, 8; Lobo, 10 -hoy Echegaray-; Abada, 2; Barquillo, 11 -junto a Augusto Figueroa-; Libertad, 16; Alcal¨¢, 9 -ahora Ministerio de Econom¨ªa-, y el actual edificio de La Equitativa -calle de Sevilla-, para terminar en su localizaci¨®n actual.
En opini¨®n de Temes, Ia historia del C¨ªrculo es siempre la del balance entre socios ricos aficionados al arte y grupos de artistas con muy poco dinero. Es coherente que la lista de sus ilustres presidentes responda siempre a ese equilibrio. En esa lista figuran pol¨ªticos, como el conde de Romanones, el marqu¨¦s de Tovar, Alberto Aguilera, V¨ªctor Balaguer, Am¨®s Salvador, Francos Rodr¨ªguez, Alejandro Lerroux o el marqu¨¦s de Arg¨¹eso".
"En la n¨®mina de artistas podemos encontrar a Arniches, Rafael Altamira o Mu?oz Degra¨ªn. Este ¨²ltimo es el responsable de: la estancia de un joven Picasso en uno de los talleres de pintura, durante, aproximadamente, unos nueve meses. De la presencia del genio malague?o en estos talleres da fe un boceto, conservado en el Museo de Picasso, en el que se ve claramente dibujadas las aulas de talleres del C¨ªrculo".
Los socios n¨²mero 1 y 2 fueron, respectivamente, el pintor Madrazo y el m¨²sico Arrieta. Despu¨¦s, infinidad de hombres ilustres han engrosado las filas de esta sociedad, que, en un principio y como era habitual, estaba compuesta exclusivamente por hombres. Temes aclara al respecto que "la primera socia, que a¨²n sigue viniendo mucho por aqu¨ª, es Mar¨ªa Elvira de Salazar. Su ingreso data de octubre del 54, aunque ella, junto a otras cinco mujeres, ya solicit¨® la entrada en el 52. Hubo entonces una gran pol¨¦mica e intentaron echarlas. Pero no se consigui¨®, ya que en los estatutos no figuraba espec¨ªficamente ninguna prohibici¨®n al respecto". En 1974, Joaqu¨ªn Calvo Sotelo habr¨ªa de dar por zanjada la cuesti¨®n, al abrir el acceso alas f¨¦minas.
La obra de Temes tratar¨¢ de establecer una cr¨®nica ordenada de aspectos tan conocidos como el tradicional baile de disfraces de Carnaval , los 189 conciertos populares que el C¨ªrculo de Bellas Artes program¨® durante 14 temporadas, y el enorme bagaje de numerosas exposiciones art¨ªsticas en su sede instaladas.
EIn el cap¨ªtulo de las exposiciones cabe destacar especialmente la celebrada en 1896 en los pa¨ªses escandinavos , como muestra antol¨®gica de la pintura espa?ola de la ¨¦poca. Temes explica: "El C¨ªrculo se meti¨® en un berenjenal como ¨¦se en uno de los momentos en los que su econom¨ªa era menos boyante". En cuanto a lo de trabajar sin medios, Temes relata: "Es una constante en una instituci¨®n como ¨¦sta, en la que s¨®lo se han vivido dos, momentos econ¨®micos inmejorables. En ambos result¨® que: el la actividad del juego se hallaba prohibida".
Con respecto al oscuro periodo de la guerra civil, Temes se niega a "revelar qu¨¦ sucedi¨® en la sede del C¨ªrculo. No servir¨ªa de nada, hasta que no se deje de vivir aquella ¨¦poca hist¨®rica con algo menos de pasi¨®n".
Finalmente, Jos¨¦ Luis Temes se?ala que "el C¨ªrculo de Bellas Artes es el reflejo art¨ªstico y social del Madrid de cada ¨¦poca. Desde su nacimiento hasta ahora y con todo lo que eso implica".
Arte tirado por burros
Los cuadros se transportaban en carromatos tirados por burros. En el archivo del C¨ªrculo de Bellas Artes todav¨ªa queda constancia de estos viajes tirados por animales y cargados de objetos de arte.En el reglamento de esta instituci¨®n se detalla, en el art¨ªculo 2, que el objeto de la sociedad es promover el adelanto y difusi¨®n de las Bellas Artes: 'Tara conseguir dicho objeto, ofrece a sus asociados salas de recreo, suscripci¨®n a peri¨®dicos -nacionales y extranjeros-, biblioteca, clases de acuarela y dibujos del natural, dep¨®sito permanente de obras de arte, una exposici¨®n trimestral y otra general cada a?o".
Este reglamento inicial no s¨®lo se mantiene hoy en d¨ªa, sino que con el paso de los a?os ha aumentado y el n¨²mero de exposiciones, talleres y salas de recreo se ha multiplicado. Otra de las cosas que se mantienen es el tradicional baile de m¨¢scaras, aunque, eso s¨ª, han variado los precios.
Por ejemplo, en el carnaval de 1911, una caja de pastillas de caf¨¦ con leche costaba una peseta. Una medianoche de jam¨®n o pavo trufado, 30 c¨¦ntimos, y una botella de cerveza El ?guila, dos reales.
Tambi¨¦n se vend¨ªa un ramo de flores sin bouquet a 10 c¨¦ntimos, y una bolsa de confeti unicolor, para animar la fiesta de carnaval, por el m¨®dico precio de 75 c¨¦ntimos.
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