Las chicas son guerreras

Eso coment¨® Carmen Alborch, que las chicas son guerreras, despu¨¦s de la rueda de prensa que un grupo de mujeres de tron¨ªo protagoniz¨® el lunes en Sevilla, en apoyo de las candidatas del PSOE a las elecciones del d¨ªa 12. La ministra de Cultura, tan jacarandosa como siempre, lleg¨® des(le Madrid con un paquete que inclu¨ªa a la ministra de Sanidad, ?ngeles Amador, y a Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, secretaria de Estado de Justicia, y las tres se sentaron en la tarima, arropando a Carmen Hermos¨ªn, secretaria del partido en Sevilla y candidata n¨²mero 1 al Parlamento andaluz. En las primeras filas, como de apoyo en sordina, la diputada por C¨¢diz Carmen Romero, con ese aire sencillo y algo desvalido que tiene, y la delegada del Gobierno, Amparo Rubiales, con su voz de leona.La rueda de prensa fue s¨®lo el descorche de una intensa agenda dedicada a la mujer: a continuaci¨®n hubo un acto en la sala de conferencias del hotel Macarena, en donde todas ellas hablaron de la conveniencia de votar al PSOE, luego la secretaria de Estado de Justicia habl¨® en la Biblioteca Municipal sobre la ley del aborto, y un poco m¨¢s lejos, en Utrera, Alborch y Hermos¨ªn participaron en un mitin.La conclusi¨®n l¨®gica es que alguna importancia deben de tener las mujeres andaluzas en el resultado de las elecciones: porque se encuentren en un alto porcentaje entre las indecisas o porque, a la vieja usanza, puedan influir en las dudas de sus hombres a la hora del voto. El caso es que, ya desde C¨®rdoba, Manuel Chaves realiz¨® en su discurso fuertes alusiones a las mejoras que su programa introduce de cara al futuro en lo que respecta a este colectivo, as¨ª como numerosas referencias a los beneficios obtenidos en el pasado. La co?a marinera de las vacaciones pagadas para amas de casa va en este sentido, as¨ª como el permanente recordatorio a cu¨¢ntas han tenido acceso a la educaci¨®n, tanto j¨®venes como adultas.

Vi¨¦ndolas desarrollarse, de un sitio a otro, y al margen de ideolog¨ªas, una no pod¨ªa dejar de sentirse orgullosa de estas se?oras. Ser¨¢ pasi¨®n de mujer lo que me hace opinar as¨ª, pero ni siquiera Carmen Hermos¨ªn, la m¨¢s pol¨ªtica, tiene ese toque plasta que la mayor¨ªa de los hombres exhiben. La candidata sevillana, de ojosvivaces y melena corta, es entusiasta y se cree lo que dice: parece buena gente. A su lado, cada una de las otras ten¨ªa su estilo. Alborch, como siempre, algo entrecortada y con la persona puesta a salvo por debajo del cargo; Fern¨¢ndez de la Vega, discret¨ªsima, suave y muy clara en la exposici¨®n de las ideas; y Amador, pausada en el hablar, pero muy firme, y con una sonrisa a lo Ann Brancroft que la hace bastante m¨¢s atractiva de lo que aparece en las fotos. El caso es que los hombres que una est¨¢ viendo en la campa?a parecen haber ido todos a la misma escuela, y las mujeres no. Las mujeres, como suele ocurrir, se han formado por su cuenta, e incluso cuando defienden algo, sobre el papel, tan discutible, como la famosa cuota, lo hacen con el sentido com¨²n de las hormiguitas que han ido acumulando ¨¦xitos a base de esforzarse mucho. "Hay muchos sectores en donde la mujer est¨¢ muy presente, pero a la hora del poder son los hombres los que se reparten los cargos".

Qu¨¦ nos va usted a decir, ministra.