M¨¢s de 250 muertos por avalanchas de piedras y lodo tras un terremoto en el sur de Colombia
"Primero fue un sacud¨®n brutal y despu¨¦s la monta?a se vino encima. Todo se desplom¨® y al pueblo lo sepult¨® la avalancha", record¨® el sacerdote Jorge Garc¨ªa, director del seminario ind¨ªgena de Irlanda, uno de los tres poblados que el lunes desaparecieron de la geograf¨ªa colombiana en la regi¨®n selv¨¢tica y monta?osa de la Bota Caucana, al sur del pa¨ªs, como consecuencia de un terremoto que alcanz¨® los seis grados en la escala de Richter. Al menos 250 personas han muerto bajo una avalancha de piedras y de lodo, seg¨²n los primeros informes, y otro medio minar de desaparecidos dibujan una de las mayores cat¨¢strofes de los ¨²ltimos a?os de la historia de Colombia.
Bajo un sol de 30 grados, pero tiritando del fr¨ªo que le qued¨® de la pavorosa noche anterior, el sacerdote confes¨® a la cadena de Radio Caracol: "Tenemos mucho miedo de que otra vez se nos venga la monta?a y tambi¨¦n de subirnos a la colina porque se puede caer con nosotros; la tierra qued¨® completamente rajada". Tal es el dilema de los supervivientes de una tragedia que inicialmente deja al menos unos 250 muertos y m¨¢s de 500 desaparecidos. La cat¨¢strofe comenz¨® con el descongelamiento de placas de hielo del volc¨¢n nevado del Huila que desbordaron el caudal del r¨ªo Paez, que nace en su cima.Todo era desolaci¨®n y tragedia en la tarde de ayer, 24 horas despu¨¦s de que un se¨ªsmo de seis grados de intensidad en la escala de Richter y 30 segundos de duraci¨®n sacudiera las entra?as de la tierra ancestral de los ind¨ªgenas paeses.
Adem¨¢s de Irlanda, que los socorristas que llegaron hasta el lugar describieron como "una inmensa meseta de lodo viscoso y maloliente" tambi¨¦n desaparecieron los poblados de Toes y Yusay¨². Desde lo que fue este ¨²ltimo poblado, un campesino que perdi¨® a su mujer dijo: "Faltaba como un cuarto de hora para las cuatro de la tarde del lunes cuando empez¨® el temblor que a¨²n no cesa. Como a los 20 minutos se vio una humareda y de la boca del volc¨¢n empez¨® a salir lodo y piedra. Todos corr¨ªamos despavoridos, sin concierto".
"La noche fue espantosa. Bajo un torrencial aguacero la gente gem¨ªa y corr¨ªa de un lado para otro buscando protecci¨®n sin hallarla; unos cantaban para espantar el miedo y otros oraban pidiendo ayuda de lo alto", narr¨® otro superviviente.
Dicen que las olas de barro caliente alcanzaron hasta 30 metros y que cuando ca¨ªan lo derret¨ªan todo. Bajo esa masa que desdibuj¨® el paisaje del parque nacional natural Los Nevados, una reserva del ecosistema altoandino, compuesta por robles, encenillos y palmas de cera, se presume que se encuentran centenares de cad¨¢veres que tal vez nunca vuelvan a salir a la superficie.
En Belalc¨¢zar, poblaci¨®n del departamento de Cauca, desde donde las autoridades y cuerpos de socorro de la Cruz Roja coordinan las operaciones de rescate, hay 1.500 damnificados que claman por ayuda para sus parientes, vivos o muertos, desperdigados en la monta?a.
"Que vengan los aviones y me traigan el cuerpo de mi abuela que se muri¨® en la avalancha", pidi¨® un ni?o, entre sollozos, como implorando el milagro de un p¨¢jaro apocal¨ªptico. "Todos quedamos en la ruina", se lament¨® un campesino que en un instante de reflexi¨®n declar¨® a una emisora de radio: "Antes no ten¨ªamos nada y ahora lo perdimos todo".
Esta regi¨®n olvidada de los planes oficiales est¨¢ ahora tambi¨¦n desconectada fisicamente del resto del pa¨ªs porque 50 de los 65 kil¨®metros de carretera que la un¨ªan a la ciudad de Neiva, se desplomaron llev¨¢ndose tres puentes.
La oficina de emergencias de la Presidencia de la Rep¨²blica declar¨® en alerta las poblaciones de la ribera del r¨ªo Paez; todo es expectativa entre los miembros de los comit¨¦s locales de prevenci¨®n de desastres, creados hace una d¨¦cada.
Tanto los Reyes de Espa?a como el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, enviaron ayer mensajes de condolencia al presidente de Colombia, C¨¦sar Gaviria, que hoy visitar¨¢ la zona del siniestro.
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