Clinton despide su gira europea con un doctorado de sabor amargo en Oxford
La hist¨®rica universidad brit¨¢nica de Oxford convirti¨® ayer a Bill Clinton, un ambicioso joven de Arkansas, en el doctor William Jefferson Clinton. La entrega del preciado t¨ªtulo honor¨ªfico se llev¨® a cabo en medio de una pol¨¦mica sobre los m¨¦ritos acumulados por el presidente de Estados Unidos para obtener una distinci¨®n acad¨¦mica que se le neg¨® en 1985 a la ex primera ministra brit¨¢nica Margaret Thatcher.Oxford no fue precisamente una dulce culminaci¨®n de una semana de gira por Europa para conmemorar el 500 aniversario del desembarco aliado en Normand¨ªa. El regreso a esta ciudad, donde Clinton estudi¨® Derecho entre octubre de 1968 y junio de 1970, fue una oportunidad para recordar algunos de los episodios m¨¢s pol¨¦micos del pasado del presidente, vividos en esa etapa. Tantos parec¨ªan ser los trapos sucios dejados por Clinton aqu¨ª que, durante las pasadas elecciones, sus rivales republicanos pasaron semanas de investigaci¨®n en Oxford en busca de elementos de ataque pol¨ªtico para la c¨¢mpa?a. Encontraron varios: su oposici¨®n a Vietnam, la recomendaci¨®n de su amigo el coronel Eugene Holmes para librarse de esa guerra, sus primeros pitillos de marihuana y su viaje a Mosc¨².
A ello se surnati5n estos d¨ªas las quejas de algunos catedr¨¢ticos y estudiantes de la universidad de Oxford que, como recoge la prensa brit¨¢nica, consideran que Clinton, quien ni siquiera termin¨® su doctorado -posteriormente lo, completar¨ªa en Yale-, no re¨²ne las cualidades que se precisan para el t¨ªtulo de Doctor en Derecho Civil con Diploma, una distinci¨®n honor¨ªfica que por primera vez se otorga en mano a un presidente de Estados Unidos, y que muy pocos jefes de Estado poseen en la actualidad, entre ellos el rey Juan Carlos, en 1986, y la reina Isabel II.
Algunos asesores de Clinton hab¨ªan recomendado eliminar esta escala en Oxford, precisamente para evitar esa pol¨¦mica y la resurrecci¨®n de los viejos fantasmas. Pero Clinton se empe?¨® en venir.Vestido con la toga y el birrete universitarios, de color rojo, Bill Clinton se hizo eco en su discurso de aceptaci¨®n del t¨ªtulo de la manifestaci¨®n que en es? momento se desarrollaba en las puertas del teatro, donde un centenar de j¨®venes desplegaron pancartas contra el resurgimiento del nazismo, la guerra de Bosnia y en protesta por la entrevista, la pasada semana, entre Clinton y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, presidente de ¨²n Gobierno con ministros neofascistas. "Este es el centro de la investigaci¨®n y el debate", dijo Clinton. "S¨®lo tienen que escuchar ah¨ª afuera; todo, desde la naturaleza del Gobierno italiano hasta el car¨¢cter de los cabezas rapadas se debate aqu¨ª".
El presidente no tuvo inconveniente en bromear en su discurso con su supuesta torpeza y con las dotes excepcionales de su esposa Hillary: "Yo no pude conseguir este t¨ªtulo por m¨ª ni¨ªsmo".
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