Lo genuino o el suced¨¢neo

Lleva m¨¢s de 10 a?os con ellos pero es la primera vez que su compa?¨ªa le apoya en Espa?a. Hasta su reciente disco en castellano, hab¨ªan editado sus ¨¢lbumes como quien no quiere la cosa. Ahora, en cambio, radio, prensa, televisi¨®n y un concierto de presentaci¨®n. Por qu¨¦ las casas de discos no aplican la misma f¨®rmula a los artistas anglosajones contin¨²a siendo un misterio. Pod¨ªan decirle, por ejemplo, a Prince o a Sting que sin grabaci¨®n en espa?ol, ni una peseta en promoci¨®n. ?A que iba a resultar de lo m¨¢s interesante?Djavan empez¨® cantando una balada, De flor em flor, y sigui¨® con Meu bem querer, ¨¦l solo, sentado en un taburete, guitarra en ristre. Luego, A?a¨ª, a d¨²o con uno de los pianistas: un lujo. Su presencia esc¨¦nica no se correponde con su enorme talento musical aunque se le nota algo m¨¢s suelto.

En castellano

Y, desde el comienzo, qued¨® claro que ven¨ªa a cantar en portugu¨¦s. Hasta 13 canciones sonaron antes de que se decidiera a interpretar un primer tema en castellano; el brasile?o rescat¨® composiciones de los a?os setenta (Mar¨ªa das Mercedes) y ofreci¨® una muestra de su caracter¨ªstico pop-funk (Lil¨¢s ... ), apoyado por una banda excelente. La primera concesi¨®n a la presentaci¨®n discogr¨¢fica llegar¨ªa con P¨¦talo, que al igual que Esquinas, tuvo que leer con ayuda de un atril.

Con Samurai, puso en pie a la mitad de la sala, y ocurri¨® algo sintom¨¢tico: la inicio en castellano y fue pasando al idioma original a medida que se dejaba llevar por el entusiasmo del p¨²blico. Ya con Sina, que deber¨ªa haber reconvertido en Destino, se olvid¨® definitivamente de las exigencias del gui¨®n.

Djavan es una estrella y no deber¨ªa necesitar de cambalaches idiom¨¢ticos para triunfar por aqu¨ª.

?Por qu¨¦ raz¨®n inconfesable podemos permitirnos no entender una letra en ingl¨¦s y nos produce urticaria no comprender las canciones de un lap¨®n o de un argelino? El aut¨¦ntico Djavan habla portugu¨¦s.