Droga blanda, dura pol¨¦mica
La despenalizacion del consumo de drogas en Colombia enfrenta a la sociedad
ENVIADO ESPECIALSon las doce de la noche en Bogot¨¢ y Marco cabecea poco despu¨¦s del segundo caf¨¦ de sobremesa. Contrariado por la modorra, saca de la billetera un sobrecito con coca¨ªna y reduce a polvo varios grumos de primera calidad con el canto de una tarjeta de cr¨¦dito. A continuaci¨®n lo esnifa con un billete de mil pesos enrollado. "Aqu¨ª es mucho m¨¢s pura que en Europa, barat¨ªsima y f¨¢cil de conseguir. La encargo por tel¨¦fono y me la traen directamente a casa", dice. De esa comodidad saben tambi¨¦n los dos candidatos a la presidencia de Colombia, el liberal Ernesto Samper y el conservador Andr¨¦s Pastrana, que comenzaron la campa?a previa a la segunda vuelta reafirm¨¢ndose en su lucha contra la despenalizaci¨®n de la dosis personal,. acordada el 5 de mayo por el Tribunal Constitucional. La ofensiva prosigue acompa?ada por una de las pol¨¦micas m¨¢s importantes de los ¨²ltimos tiempos.
A los traficantes, consumidores, rateros o agitadores libertarios de la calle de El Cartucho, el mayor centro de venta al por menor en la capital de este pa¨ªs productor de coca¨ªna, no parece importarles mucho las airadas declaraciones del presidente del Gobierno, el liberal C¨¦sar Gavir¨ªa, la decisi¨®n del tribunal, apoyadas por la Iglesia cat¨®lica, el procurador general, la mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica y medios de comunicaci¨®n. "Ojal¨¢ Dios nos los castigue con un hijo drogadicto que les robe, les pegue, les insulte, como sucede en millares de hogares aqu¨ª y en el exterior", advierte Leonor Uribe."La droga es violencia y corrupci¨®n", agregan las juventudes pastranistas y samperist¨¢s, mientras el diario El Tiempo subraya en un editorial que el tribunal ha incurrido en una "una tremenda equivocaci¨®n cuyos efectos los ilustres guardianes de la Constituci¨®n no han medido ni previsto". La medida deja sin efecto multas o penas de prisi¨®n mientras la tenencia no sea superior a un gramo de coca¨ªna, 10 de hach¨ªs y 30 de marihuana. Como era de esperar, una decisi¨®n de este tipo ha tenido consecuencias, y el presidente de esta alta instancia, Jorge Arango, ha de nunciado que los cinco jueces favorables a la liberalizaci¨®n reciben amenazas de muerte "de elementos fan¨¢ticos". Contin¨²a prohibido, sin embargo, procesar, vender y exportar coca¨ªna u otras sustancias. La situaci¨®n en Colombia no parece cambiar mucho, porque el uso y consumo personal era. pr¨¢cticamente libre antes de la sentencia. La penas impuestas no pasaban de dos d¨ªas de arresto y 10.000 pesetas de multa."Yo por esa calle no entro", se resiste el taxista. "Se?or, no salimos vivos", exagera. Las trazas de muchos de los transe¨²ntes por El Cartucho, ubicada a dos manzanas del Batall¨®n de la Guardia Presidencial, son en verdad patibularias.
Ignacio G¨®mez, periodista del rotativo El Espectador, destaca que a poca distancia del edificio del Tribunal Constitucional ,est¨¢ la Zona Rosa, dentro de la cual varios bares ofrecen cajetillas de Marlboro de 4.000 o 5.000 pesos (unas 1.000 pesetas) que son en realidad dosis personales de coca¨ªna".
El director nacional de Estupefacientes, Gabriel Vega, declar¨® recientemente que en muchas ciudades se sufre esta situaci¨®n. "En un parque de Viena, frente a la sede de la Junta Internacional de Fiscalizaci¨®n de Estupefacientes de la ONU, los heroin¨®manos mueren con las jeringas pegadas a la frente".
El presidente Gaviria, que promueve un refer¨¦ndum con la recogida de las 800.000 firmas necesarias para su convocatoria, no descarta la eventual modificaci¨®n de la Carta Magna, ya que no est¨¢ de acuerdo en que cinco magistrados del Tribunal Constitucional puedan decidir por 34 millones de colombianos.
Gustavo de Greiff, fiscal general, apoya la despenalizaci¨®n como uno de los enfoques positivos con vistas a la soluci¨®n del problema, critica el moralismo del Gobierno y el ambiente "hist¨¦rico" en torno al asunto. La demanda disminuir¨¢, insiste, con una intensa campa?a de educaci¨®n.
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