El desaf¨ªo del a?o 2000
El mercado de las telecomunicaciones crecer¨¢ anualmente hasta fin de siglo el 7,2%, m¨¢s del doble del conjunto de laeconom¨ªa
Durante los a?os cincuenta, Estados Unidos experiment¨® una gran transformaci¨®n econ¨®mica gracias a la modernizaci¨®n de su red de transportes. A mediados de esa d¨¦cada, el presidente Dwight D. Elsenhower firm¨® la Interstate Highways Act, que impuls¨® la construcci¨®n de una impresionante red de autopistas que permiti¨® conectar todo el pa¨ªs. Las autopistas actuaron como un verdadero lubricante del crecimiento econ¨®mico. En todo este proceso Albert Gore jug¨® un papel clave.Cuarenta a?os despu¨¦s, su hijo, Al Gore, vicepresidente de Estados Unidos, quiere repetir la apuesta. Pero en 40 a?os Am¨¦rica ha cambiado mucho. Ahora ya no es la industria el motor de la econom¨ªa. La fuerza reside en las telecomunicaciones y en la informaci¨®n. Es un fen¨®meno que tambi¨¦n se registra en ciertos pa¨ªses de Europa y Asia. Un estudio de Banque Indosuez estimaba el mercado mundial de telecomunicaciones en 514.000 millones de d¨®lares -unos 70 billones de pesetas- en 1991. Para el a?o 2000 se prev¨¦ un volumen de 776.000 millones de d¨®lares -104 billones de pesetas-, lo que supone un crecimiento anual del 7,2%, m¨¢s del doble que el conjunto de la econom¨ªa.
Pero esta revoluci¨®n se ha atascado en los ¨²ltimos a?os. Las grandes innovaciones tecnol¨®gicas han multiplicado los servicios: telefon¨ªa m¨®vil, videoconferencia, televisi¨®n por cable, televisi¨®n interactiva, telecompra, video on demand, prensa electr¨®nica, telemedicina y educaci¨®n a. distancia.
En Estados Unidos, esta eclosi¨®n tecnol¨®gica ha tropezado condos tipos de obst¨¢culos: los l¨ªmites legales que impiden a las compa?¨ªas telef¨®nicas acceder a la televisi¨®n por cable y la entrada de las empresas de este sector en el negocio telef¨®nico. Este cors¨¦ legal y la crisis de algunas empresas de inform¨¢tica han forzado la b¨²squeda de soluciones imaginativas Contra la crisis. El vicepresidente Gore ha aceptado el reto. En enero pasado, present¨® en Los ?ngeles su proyecto de autopistas de la informaci¨®n. Se trata de suprimir las barreras legales, fomentar la inversi¨®n privada y garantizar la competencia. Hay tambi¨¦n un'componente pol¨ªtico importante: "Llevar la revoluci¨®n de la informaci¨®n a cada aula, hospital y biblioteca antes de fin de siglo". ,
Grandes redes
Los avances en la fabricaci¨®n de fibra ¨®ptica han aumentado espectacularmente la capacidad de transmisi¨®n. La ATT est¨¢ haciendo experimentos que permiten la transmisi¨®n simult¨¢nea de 4.000 textos del Quijote ¨ªntegro por segundo a 13.000 kil¨®metros de distancia. Para dar salida a este potencial se precisan grandes redes que permitan su uso generalizado y a bajo precio.
Para algunos analistas, es la versi¨®n actual del keynesianismo. Sigue siendo determinante la voluntad del Estado de interve nir y estimular la econom¨ªa. Pero ahora se trata de quitar trabas legales con una mano y estimular la industria con ayudas p¨²blicas con la otra. La National Infor mation Infrastructure de Esta dos Unidos ya consign¨® ayudas a la industria por valor de 75 mi llones de d¨®lares en 1993, y de entre 180 y 250 millones para los a?os siguientes. M¨¢s de 200 grandes empresas utilizan ya las autopistas de informaci¨®n.
En Europa, con m¨¢s desempleo, mayores trabas legales y, lo que es peor, fronteras m¨¢s restrictivas, y con los nacionalismos rampantes, el reto es m¨¢s dif¨ªcil. Espa?a y Portugal, por ejemplo, s¨¢nimo pol¨ªtico proceso de unificomo el presidente ¨®n Europea, Jaca tomado concienalidad. Delors es ulsando un modeen Europa. Las redes est¨¢n plasmadas europeas y des¨¢nimo pol¨ªtico para acelerar el proceso de unificaci¨®n. Nadie como el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, ha tomado conciencia de esta realidad. Delors es quien est¨¢ impulsando un modelo keynesiano en Europa. Las ideas de Delors est¨¢n plasmadas en el Libro Blanco del Crecimiento, la Competitividad y el Empleo, aprobado el pasado diciembre. Es un plan que persigue la creaci¨®n de 15 millones de empleos entre 1994 y 1999. Se apoya especialmente en el desarrollo de las infraestructuras. Para redes de transporte y energ¨ªa que prev¨¦n unas inversiones de 250.000 millones de ecus. En medio ambiente, ascienden a 174.000 millones de ecus. En las autopistas de la informaci¨®n, son de 150.000 millones de ecus. Pero este ambicioso plan se enfrenta a serios problemas financieros. Para su ejecuci¨®n, la Comisi¨®n previ¨® una aportaci¨®n privada de unos 20.000 millones de ecus anuales procedentes de tres fuentes: 5.300 millones del presupuesto comunitario; 6.700 del Banco Europeo de Inversiones, y 8.000 millones en emisiones de la Uni¨®n Europea. Pero, tras la oposici¨®n de los ministros de Econom¨ªa, la Comisi¨®n opt¨® el pasado mes de abril por renunciar al endeudamiento como v¨ªa de financiaci¨®n.
?Pero es ¨¦ste, realmente, el problema? Muchos analistas consideran que plantear el problema de financiaci¨®n es un error. Sostienen que la verdadera inc¨®gnita es la demanda. Si hay demanda saldr¨¢ el dinero. Hay que ir adelante, pero todo depende de encontrar clientes que quieran pagar.
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