Del uso del tiempo
El diagn¨®stico superficial es f¨¢cil: ha ganado el PP, ha incrementado muy mucho su voto IU, ha perdido el PSOE. Tampoco caben muchas dudas sobre las causas del cambio en la orientaci¨®n del voto: los socialistas han pagado las consecuencias de la usura del tiempo, de la crisis econ¨®mica, del abuso del poder, de la gesti¨®n ineficaz, de la par¨¢lisis estrat¨¦gica.Si el an¨¢lisis se toma m¨¢s profundo, es preciso constatar, adem¨¢s, que han triunfado dos partidos, a la derecha y a la izquierda, m¨¢s radicales ambos que el gobernante, y que ese triunfo ha consagrado el estilo interno (unanimidad frente a diversidad) ¨²ltimamente cultivado por el PP e IU. Tras este aval del electorado, s¨®lo la decisi¨®n del caudillaje interno ser¨¢ capaz de modificar la combatividad externa.
Y, ?qui¨¦nes son los derrotados? El sector reformista del PSOE, de lo cual, indirectamente, se deduce que existe un posible tercer triunfador dentro del propio socialismo: su izquierda.
A partir de este breve an¨¢lisis, ?cu¨¢l puede ser el futuro? A mi juicio es posible un giro a la izquierda de la pol¨ªtica espa?ola, y no faltar¨¢ quien lo propugne desde dentro del socialismo. Sin elecciones inmediatas, porque la dependencia socialista respecto de IU en Andaluc¨ªa puede tener, desde ya, reflejos en Madrid, si bien esta posibilidad est¨¢ dificultada por la actitud, tanto del presidente del Gobierno como de Minor¨ªa Catalana, una fuerza cuya conciencia de Estado han confirmado sus votantes.
Pero el giro a babor es a¨²n m¨¢s posible en el supuesto de elecciones generales, porque la abstenci¨®n del 12 de junio es mayoritariamente de izquierdas y puede movilizarse; porque no necesariamente tiene que ir al PSOE, sino a IU; porque puede aumentar la fuga de votos socialistas hacia esta formaci¨®n pol¨ªtica; porque pueden imperar en el PSOE tendencias m¨¢s radicales; y todo ello hace que, para la izquierda, la posibilidad de cambio no sea exclusivamente, como ha dicho Damborenea, el PP. Hay quien objeta a esta interpretaci¨®n que el voto moderado del PSOE huir¨ªa de una opci¨®n que apuntara a la izquierda. Pero en ese caso m¨¢s bien incrementar¨ªa la abstenci¨®n, y cualesquiera que fueran las mayor¨ªas resultantes, el reflejo parlamentario del socialismo habr¨ªa girado hacia IU.
En una situaci¨®n tal, la interpretaci¨®n optimista tiende a ver una mayor¨ªa popular capaz de ocupar el centro, como en 1979. Una interpretaci¨®n m¨¢s realista podr¨ªa sospechar que no faltar¨ªan ataques contra el PP, y no precisamente de la izquierda, para pescar mejor en r¨ªo revuelto. El "polo de la libertad" triunfante en Italia no ha triunfado a partir de la Democracia Cristiana ni de quien, como Segni, propugnara su regeneraci¨®n, sino de quien se present¨® como tabla salvadora frente al peligro de una izquierda capaz de triunfar.
En lo que ocurra, el tiempo ser¨¢ decisivo, por s¨ª mismo y por el uso que de ¨¦l se haga. A Izquierda Unida, deseosa de convertirse en fuerza hegem¨®nica de la izquierda, le interesa acelerar los plazos para provocar el giro gauchista del PSOE antes o despu¨¦s de su derrota. Y con esta estrategia pueden coincidir quienes en el Partido Popular deseen ocupar r¨¢pidamente el centro pol¨ªtico, necesariamente abandonado por un PSOE izquierdizado. Eso ser¨ªa jugar con fuego. El largo plazo, por el contrario, favorece a quienes, dentro o fuera del socialismo, se opongan a este giro, porque la recuperaci¨®n econ¨®mica, la depuraci¨®n de los esc¨¢ndalos y, eventualmente, la moderaci¨®n de los interlocutores externos a la izquierda y a la derecha, puede favorecer no s¨®lo la recuperaci¨®n socialista, buena para la moderaci¨®n de la izquierda que la derecha moderada debe apoyar, sino la de todo lo que no es radicalidad en una u otra direcci¨®n. Pero el tiempo s¨®lo es ¨²til si se llena. La sola espera no es fecunda.
De ah¨ª la responsabilidad de quienes pueden estirar el tiempo y de quienes deben emplearlo.
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