La lista Salieri
Poco importa que los historiadores de la m¨²sica nieguen la veracidad de la versi¨®n dada por el dramaturgo Peter Schaffer y el cineasta Milos Forman acerca de la personalidad de Antonio Salieri y sus relaciones con Wolfgang Amadeus Mozart. El ¨¦xito de taquilla de Amadeus ha condenado para siempre al piadoso maestro de la capilla imperial de Viena a la pena simb¨®lica de encarnar la figura del mediocre incapaz de aceptar la superioridad del genio. Desde que una lesi¨®n le obligara a cambiar la camiseta de jugador por el chandal de entrenador, Javier Clemente ofrece las m¨¢s perfecta manifestaci¨®n del s¨ªndrome Salieri en el mundo del f¨²tbol.Para el actual responsable de la selecci¨®n espa?ola, la creatividad y la imaginaci¨®n futbol¨ªsticas son el reverso pecaminoso del individualismo insolidario. Sarabia en el Athletic de Bilbao, Lauridsen en el Espa?ol y Baltazar en el Atl¨¦tico fueron las primeras v¨ªctimas de la intolerancia hacia la calidad de Clemente, que tomar¨ªa con gusto como modelo inspirador de sus equipos al disciplinado pelot¨®n de marines de La chaqueta met¨¢lica o a la esforzada cuadrilla de le?adores de Siete novios para siete hermanas.
La ejecutoria clementiana se inscribe en el sombr¨ªo linaje de entrenadores cainitas que subordinan el buen juego a un marcador favorable y que no desean tanto la victoria de su equipo como la derrota del adversario. Frente a la visi¨®n luminosa del f¨²tbol de Valdano y de Cruyff, herederos futbol¨ªsticos del optimismo hist¨®rico de la Ilustraci¨®n, Clemente y Bilardo plantean cada partido, dominados tal vez por el pesimismo antropol¨®gico del pensamiento contrarrevolucionario, como una triste par¨¢bola de la expulsi¨®n del Jard¨ªn del Ed¨¦n de nuestros primeros padres.
El esp¨ªritu sombr¨ªo de Salieri ha gu¨ªado la pol¨ªtica de Javier Clemente tambi¨¦n como seleccionador. Aunque su once ideal -su lista Salieri- estar¨ªa seguramente compuesta s¨®lo por tarugos y zoquetes dispuestos a sudar la camiseta hasta el empate final, el instinto de supervivencia profesional le ha obligado a incluir como coartadas a Guardiola, Guerrero, Caminero o Felipe. Pero la ausencia en Estados Unidos de Michel y Fran, las raciones de banquillo propinadas a otros grandes jugadores y la marginaci¨®n de Ca?izares denuncian el verdadero alcance de sus m¨¢s ¨ªntimos deseos.
Si bien el empate contra Corea mostr¨® las letales consecuencias de los planteamientos de Clemente, la suerte todav¨ªa no est¨¢ echada. Hoy la selecci¨®n espa?ola se juega su futuro mundialista contra Alemania: quieran los manes de Aitor que la fuerza inspiradora del equipo sea esta noche la risa clara de Mozart y no la mueca verde de Salieri.
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