El machete gob¨ªerna al oeste de Ruanda
Hastiada de sangre, la poblaci¨®n convierte a las tropas francesas en la ¨²nica autoridad pol¨ªtica
ENVIADO ESPECIAL Los militares franceses esperaban encontrar un campo de refugiados con al menos 8.000 hutus. Pero en Mutura no hab¨ªa ya nada de eso. Todos hab¨ªan sido realojados "gracias a la gran solidaridad de los vecinos", seg¨²n la declaraci¨®n solemne que hizo el alcalde. Al margen de la posible solidaridad, las casas de los tutsis hab¨ªan encontrado nuevos propietarios. Y los tutsis hab¨ªan huido o reposaban para siempre en el fondo del lago Kivu. Las operaciones de limpieza ¨¦tnica a machetazos y pedradas est¨¢n pr¨¢cticamente concluidas en el noroeste de Ruanda. Aqu¨ª s¨®lo quedan hutus. Las autoridades de Mutura afirman que hay tambi¨¦n tutsis. Pero nadie consigue encontrarlos.La expedici¨®n hacia Mutura era la m¨¢s ambiciosa efectuada hasta el momento por el destacamento franc¨¦s estacionado en Goma (Zaire), pie de la frontera ruandesa. Hab¨ªa que adentrarse unos 40 kil¨®metros en territorio de Ruanda y estaba previsto localizar un inmenso campo de refugiados. No se transportaban medicinas ni ayuda de ning¨²n tipo: la misi¨®n era localizar e identificar necesidades exclusivamente.
La columna militar, con 30 soldados y un pu?ado de periodistas, recibi¨® los ya habituales v¨ªtores en cuanto cruz¨® la frontera. "Queridos franceses, gracias por salvar Ruanda", dec¨ªa una pancarta sobre el camino. La bandera tricolor francesa ondeaba sobre cada aldea y las barreras de control (una p¨¦rtiga y un grupo de milicianos cada 50 metros, aproximadamente) se levantaban con todos los honores al paso de la columna. El noroeste de Ruanda, sin otro gobierno que el del machete, parece haber conferido a las tropas francesas el rango de ¨²nica autoridad pol¨ªtica. Y eso, en una situaci¨®n tan espesa y cargada de odio como la de Ruanda, podr¨ªa acabar convirti¨¦ndose en un problema.A lo largo de la ruta se ve¨ªan nutrid¨ªsimos grupos de milicianos ejercit¨¢ndose con machetes y fusiles de madera. "No son milicias, son las futuras fuerzas del Ej¨¦rcito regular ruand¨¦s, que se preparan para luchar contra la subversi¨®n cuando llegue por aqu¨ª", afirm¨® el alcalde de Ruerere, una de las aldeas del camino. Podr¨ªa ser, pero de momento eran milicias civiles, cantando himnos de odio eterno a la "traidora" etnia tutsi.Un crimen tal vez pospuesto
El estado de ¨¢nimo en la zona qued¨® perfectamente claro el domingo, durante la anterior expedici¨®n de los franceses. Un ciudadano zaire?o, a bordo de un taxi, se hab¨ªa pegado a la columna para pasar la frontera. No se hab¨ªan adentrado m¨¢s que unos pocos kil¨®metros cuando alguien identific¨® al zaire?o como tutsi. Cientos de manos furiosas le sacaron del coche y, entre pu?etazos y patadas, el infeliz fue arrastrado hasta detr¨¢s de un muro. Ya reluc¨ªan los machetes cuando un capit¨¢n franc¨¦s logr¨® detener el asesinato y transportar al zaire?o hacia un puesto del Ej¨¦rcito ruand¨¦s. Tal vez el crimen fue simplemente pospuesto. La columna francesa sigui¨® su camino, y el hombre se qued¨® all¨ª. Seg¨²n uno de los enfurecidos hutus, el presunto tutsi hab¨ªa participado en las matanzas de febrero. Qui¨¦n sabe.
El caso, ayer, era alcanzar Mutura. A base de preguntar a los aldeanos y de rectificar a l¨¢piz sobre sus mapas, el destacamento franc¨¦s se orient¨® sin gran dificultad entre pistas forestales y alcanz¨® su objetivo. Pero no encontr¨® lo que buscaba. En Mutura, una poblaci¨®n con cierta riqueza agr¨ªcola y ganadera, favorecida por los programas de desarrollo del Banco Mundial, rodeada de monta?as neblinosas y selv¨¢ticas donde habitan las ¨²ltimas grandes colonias de gorilas, esperaba una multitud no tan entusiasta. M¨¢s bien al contrario, eran unos 150 o 200 hombres con una hostilidad callada. El oficial franc¨¦s acept¨® las explicaciones del alcalde sobre la solidaridad vecinal y la soluci¨®n del problema de los refugiados hutus procedentes del Este de Ruanda y, tras pedir instrucciones por radio, abandon¨® la localidad.
Los lugare?os tem¨ªan, al parecer, que los militares franceses hicieran preguntas inc¨®modas sobre la minor¨ªa tutsi. Pero eso no entraba dentro del mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. Los periodistas s¨ª preguntaron, y se les respondi¨® que estaban "por ah¨ª". En realidad, gran parte de los tutsis de Mutura estaban bajo el lago Kivu. Los otros huyeron hacia el norte, a Uganda, o hacia el sur, al inmenso bosque de Nyungue, donde seg¨²n los c¨¢lculos de los oficiales franceses se ocultan unos 3.000 tutsis.
Un vecino explic¨® a los periodistas, con orgullo insano, que en Mutura se las hab¨ªan arreglado para ahorrarse la fatiga de cavar fosas comunes. Como ten¨ªan un gran embalse de riego, hab¨ªan arrojado los cad¨¢veres ah¨ª. Cuando el agua empez¨® a azuzar, abrieron la compuerta y vertieron agua y cuerpos en el lago Kivu. Ya eran cad¨¢veres viejos, hinchados y putrefactos. Por su aspecto, pod¨ªan llegar desde cualquier localidad ribere?a y llevar mucho tiempo en el lago. La operaci¨®n se repiti¨®, seg¨²n el mismo testimonio, varias veces. Imposible determinar el n¨²mero de v¨ªctimas o la verosimilitud del relato.
[Mientras, en Madrid, el ministro de Exteriores, Javier Solana, dijo en el Congreso que Espa?a colaborar¨¢ en la segunda fase de la Operaci¨®n Turquesa. Actualmente, Francia interviene en Ruanda con tropas ya desplegadas en ?frica, por lo que no precisa el apoyo de otros pa¨ªses. En esa segunda etapa, para la que no se ha dado fecha, Francia deber¨¢ trasladar a la zona fuerzas desde Europa. Ser¨¢ entonces cuando Espa?a, como otros socios de la UEO, preste apoyo log¨ªstico, previsiblemente dos aviones de transporte H¨¦rcules.]
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