Desastre e impotencia en los altos de Giciye
ENVIADO ESPECIAL Es un ¨¦xodo inmenso, un oc¨¦ano de siluetas oscuras que se derrama sobre cientos de colinas. Seg¨²n el capit¨¢n Gabriel Niyitegeka, oficial de enlace de la Cruz Roja Internacional en la zona controlada por las fuerzas gubernamentales, m¨¢s de tres millones de ruandeses se han visto forzados a abandonar sus hogares y vagan por el pa¨ªs hasta instalarse en alg¨²n campo de refugiados."Estimamos que puede haber ahora mismo 3,5 millones de refugiados, entre hutus y tutsis. La Cruz Roja est¨¢ desbordada. Necesitamos con urgencia comida y medicamentos, y ayuda para distribuirlos", afirm¨® ayer el oficial ruand¨¦s de la organizaci¨®n internacional.
Si los refugiados fueran 3,5 millones, constituir¨ªan casi la mitad de la poblaci¨®n. Las estimaciones son muy dif¨ªciles, porque cada d¨ªa llegan miles de nuevos refugiados a campos como el cercano a Giciye, a unos cien kil¨®metros de la frontera con Zaire y a otros cien de Kigali, la capital del martirizado Estado de Ruanda.
La guerra sigue haciendo estragos, pero el mayor mal procede de las bandas de criminales civiles que pululan por el pa¨ªs, perpetrando un delirante genocidio. El odio ¨¦tnico est¨¢ ya tan enraizado que cualquier pac¨ªfico vecino puede convertirse en un instante en un asesino furioso.
Los hutus (85% de la poblaci¨®n) intentan exterminar a los tutsis (15%), y al rev¨¦s. Los helic¨®pteros del Ej¨¦rcito franc¨¦s han localizado varios escenarios de matanzas recient¨ªsimas alrededor de Kigali, seg¨²n fuentes de toda solvencia, pero esa informaci¨®n no ha sido oficialmente difundida por los militares.
Los mandos de las tropas franceses tampoco han querido organizar expediciones a campos como el de Giciye, en la provincia de Kabaya.
Los oficiales de prensa del Ej¨¦rcito franc¨¦s prefieren, obviamente, que la Operaci¨®n Turquesa sea identificada con esas im¨¢genes de televisi¨®n en las que se ve a la poblaci¨®n vitoreando a las tropas, y con actuaciones humanitarias que, por el momento, pueden contarse con los dedos de una mano.
Por eso facilitan al medio centenar de periodistas desplazados a su base de Goma (Zaire) informaciones cuidadosamente elegidas: un herido hacia el hospital o un grupo de religiosas trasladadas a lugar seguro, todo gracias a la Operaci¨®n Turquesa. Im¨¢genes positivas. No como el campo de Giciye, o el hospital de Mukororo, que s¨®lo hieden a desastre e impotencia.
En Giciye se hacinan 13.000 personas, todas de la etnia hutu, desplazadas de la regi¨®n fronteriza con Uganda (al norte de Ruanda) por las incursiones del Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (tutsis). Instaladas sobre las colinas de los alrededores, las barracas y la poblaci¨®n componen una fantasmag¨®rica cascada de harapos y figuras.
El encargado de la distribuci¨®n de alimentos, Pascal Edu, de la Cruz Roja, declar¨® ayer que se hab¨ªa conseguido organizar el campo por barrios, lo que permit¨ªa m¨¢s f¨¢cilmente la distribuci¨®n de alimentos sin desbordamientos graves ni escenas de p¨¢nico.
Hab¨ªa arroz, lentejas y aceite. Pero no suficientes para todos, y faltaban medicinas. "La higiene general es muy deficiente y tenemos problemas de malnutrici¨®n. La situaci¨®n es preepid¨¦mica", se?al¨® Edu. Las cosas no estaban mejor en el hospital militar de Giciye. Hasta 360 heridos de bala y machete, militares y civiles, se hacinaban en un edificio con capacidad para s¨®lo un centenar de pacientes. S¨®lo los heridos m¨¢s graves dispon¨ªan de cama individual.
Y segu¨ªan llegando heridos desde el hospital de Mukororo, cerca de Gitarama (30 kil¨®metros al suroeste de Kigali), donde el Ej¨¦rcito gubernamental ruand¨¦s y la Cruz Roja centralizan la evacuaci¨®n de heridos de la capital y del frente de guerra.
Los cinco m¨¦dicos presentes en el hospital de Giciye carecen del material m¨¢s b¨¢sico. Los guantes de goma se lavan y se tienden sobre la hierba, para ser reutilizados. Faltan jeringuillas y medicamentos contra el t¨¦tanos y la malaria. En el hospital militar se teme, como en el campo de refugiados, la eclosi¨®n de epidemias generalizadas.
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