Cada a?o se hacen 5.000 millones de fotocopias de libros, seg¨²n los editores espa?oles

Una oferta excesiva de t¨ªtulos en el mercado, unos 170.000 en 1992, y la competencia que representan las publicaciones institucionales, que en comunidades como La Rioja alcanzan el 85%, son las principales dificultades que gravan el mundo editorial espa?ol. Otra no menor preocupaci¨®n son los 5.000 millones de fotocopias de libros que se hacen anualmente, y que suponen p¨¦rdidas superiores a los 45.000 millones de pesetas sobre derechos de autor y edici¨®n. En este sentido, el centro de control la reprograf¨ªa amenaz¨® ayer en Granada, durante el primer congreso de editores, con recurrir a la v¨ªa penal para que las copister¨ªas paguen un canon anual compensatorio.

Ferm¨ªn Vargas, presidente de los editores espa?oles, admiti¨® que hay un exceso de oferta de t¨ªtulos que no puede ser absorbida por los canales de comercializaci¨®n ordinarios. Esta circunstancia ha obligado a los editores a buscar sus propios huecos o nichos a trav¨¦s de los cuales promocionar sus publicaciones. Sin embargo, en el curso de las intervenciones, el asunto que m¨¢s inter¨¦s suscit¨® fue el relativo a las publicaciones institucionales.Mientras que los editores mostraron su disgusto por la "competencia an¨®mala" que supone ese 20% o 25% que acaparan las ediciones de la Administraci¨®n, los representantes institucionales aseguraron que se limitaban a cubrir un vac¨ªo que no llena la iniciativa privada a causa, casi siempre, de las pocas expectativas de ganancia. Durante la intervenci¨®n de los consejeros de Cultura de algunas comunidades aut¨®nomas qued¨® patente que la actividad editorial p¨²blica es mayor en aquellas regiones con menos editoriales o territorialmente m¨¢s peque?as.

El papel del Estado

El consejero de Cultura de La Rioja, Miguel ?ngel Ropero, admiti¨® que las publicaciones oficiales suponen un 85% del total. "Si la comunidad no fuera la principal editora, no se cubrir¨ªan determinados huecos que para la iniciativa privada no generan beneficios", dijo. Un invitado del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) defendi¨® la colaboraci¨®n institucional en las publicaciones y asegur¨® que la reducci¨®n del papel inversor del Estado podr¨ªa ser una experiencia peligrosa.

El director general del Libro, Francisco Bobillo, centr¨® u intervenci¨®n en el papel del Gobierno para formar a futuros lectores y como difusor del libro espa?ol en el extranjero, sobre todo en los pa¨ªses hispanohablantes. Bobillo, sin embargo, admiti¨® que hay serias dificultades para celebrar una conferencia iberoamericana de editores debido a que Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs dispuesto a colaborar econ¨®micamente en u organizaci¨®n.

Ferm¨ªn Vargas mostr¨® en nombre de los editores su preocupaci¨®n por el mayor decremento de las ayudas gubernamentales a la promoci¨®n del libro respecto a las que distribuye el Estado a otros sectores como el teatro, la m¨²sica y el cine. En 1994, las ayudas al libro significaron, respecto al a?o anterior, un descenso del 23,5%, en concreto 703 millones de pesetas menos. Frente a ello, la subvenci¨®n para la m¨²sica se elev¨® en un 20%, y en sectores como el teatral y el cinematogr¨¢fico el descenso fue m¨¢s suave.

Francisco Bobillo admiti¨® que para el a?o que viene las previsiones indican que a lo sumo se mantendr¨¢ la subvenci¨®n en la misma cifra de 1994. Bobillo reconoci¨® tambi¨¦n, a propuesta de los editores, la falta de un plan efectivo de bibliotecas escolares, y trat¨® de revertir la responsabilidad sobre las comunidades aut¨®nomas, sobre todo las que a¨²nan en un mismo gabinete cultura y educaci¨®n. Al hilo de esta intervenci¨®n, los editores exigieron una comisi¨®n interministerial a la que recurrir para la comercializaci¨®n del libro.

Fracaso de la recaudaci¨®n

Por su lado, Miguel Mangada, director del Centro Espa?ol de Reprograf¨ªa, valor¨® en 5.000 millones las p¨¦rdidas que sufren los derechos de autores y editores debido a la reproducci¨®n mediante fotocopias de los libros. Mangada admiti¨® que la recaudaci¨®n anual del canon compensatorio impuesto a los negocios de copister¨ªa ha sido un fracaso. S¨®lo un porcentaje m¨ªnimo ha accedido a pagar dicha tasa, por la que apenas se han recaudado 25 millones anuales. Mangada se mostr¨® dispuesto a promover judicialmente embargos contra aquellas empresas que se resisten a pagar el canon, que supone un 2% de las p¨¦rdidas reales por reproducci¨®n indiscriminada de originales impresos. "Hay una falta dram¨¢tica de sensibilizaci¨®n social. La Administraci¨®n tampoco ha rematado el derecho de autor enunciado en la ley de propiedad intelectual". El centro, que agrupa al 95% de los editores y a m¨¢s de mil autores, pretende tambi¨¦n que no se permita fotocopiar m¨¢s de un 10% de los impresos.