"La edad madura es la clave de la docencia y la investigaci¨®n", seg¨²n los catedr¨¢ticos
Los jubilados, contra los vaivenes legislativos que provocaron su retiro a los 65 a?os
Los veteranos universitarios no vieron con buenos ojos que la Ley de la Funci¨®n P¨²blica de 1984 anticipara su edad de jubilaci¨®n obligatoria de los 70 a los 65 a?os. Desde entonces, m¨¢s de 2.000 docentes han tenido que acatarla. "Un error pol¨ªtico", aseguran, "porque la madurez es la clave para la docencia, la investigaci¨®n". El jueves pasado, el Pleno del Congreso aprob¨® un proyecto de ley que devuelve la actividad hasta los 70 a?os. Algunos profesores ya jubilados se encuentran entre los 65 y los 70 a?os y maldicen su suerte: no podr¨¢n beneficiarse de la nueva norma.
Algunos no ocultan la c¨®lera: "Fuimos estafados", dice Fernando D¨ªaz Esteban, de 69 a?os, catedr¨¢tico de hebreo sin posibilidades de volver a las aulas. "Una vida entera pensando en estar en servicio activo hasta los 70 y, de repente, nos dijeron: "Ahora te marchas". "Todas las cosas van fuera de tiempo", a?ade Ram¨®n Margalef, premio Ram¨®n y Cajal de investigaci¨®n cient¨ªfica y catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa de la Universidad de Barcelona, jubilado, 75 a?os, que no puede por menos que poner en tela de juicio los vaivenes legislativos. "Es una manera de tener siempre en vilo a la gente. Todo esto es una falta de respeto al ciudadano".La cr¨ªtica va m¨¢s lejos, Antonio Font¨¢n, catedr¨¢tico de Lat¨ªn, de 72 a?os, afirma: "No se puede estar sometiendo a instituciones como la Universidad a estos vaivenes, y tampoco me parece satisfactorio que se haya creado una especie de privilegio con los profesores universitarios; hay otros cuerpos de funcionarios igual de valiosos que est¨¢n obligados a jubilarse a los 65 a?os".
Terremoto
En el caso de la Universidad, se cre¨® una especie de peque?o terremoto que atac¨® a los cimientos de la investigaci¨®n a largo plazo, "quitaron al catedr¨¢tico, y llegaron otros con una l¨ªnea de trabajo nueva que elimin¨® la anterior", recuerda Antonio Font¨¢n. "Los perjudicados no han sido s¨®lo los catedr¨¢ticos, sino equipos completos de investigaci¨®n. Si lo hicieron por la movilidad de empleo, no lo han conseguido".
El sentimiento de haber perdido el tren se agrava en aquellos cuya situaci¨®n irreversible se produjo por cuesti¨®n de pocos meses. "Si yo hubiera nacido un 1 octubre y no un 7 de mayo, podr¨ªa acogerme a la nueva norma", dice Luis Gil Fern¨¢ndez, catedr¨¢tico de Griego. Tiene 67 a?os y se jubil¨® en junio 1992, con la edad l¨ªmite reci¨¦n cumplida.
Gil Fern¨¢ndez hubiera podido mantenerse en las aulas si, al comienzo del curso 1992/93 no hubiera tenido los 65 a?os, despu¨¦s, le habr¨ªa protegido un decreto ley de 1993 que daba a los profesores nacidos a partir de octubre de 1992 una pr¨®rroga de un a?o permiti¨¦ndoles acogerse, posteriormente, al proyecto de ley de Modificaci¨®n de la Edad de Jubilaci¨®n de los Funcionarios Docentes Universitarios, el recientemente aprobado en el Pleno del Congreso y que beneficiar¨¢ a m¨¢s de 400 profesores. "Tengo un compa?ero con mi misma edad pero con la suerte de haber nacido en octubre", a?ade.
Los 60 damnificados se encuentran ya en un punto de no retorno. S¨®lo les queda resignarse. Cobran por la jubilaci¨®n el 40% de su sueldo habitual. Les parece poco y, aunque algunos de ellos acuden a la Universidad en calidad de profesores em¨¦ritos, 1as 120.000 pesetas que nos dan de gratificaci¨®n se quedan en la mitad con los impuestos", protesta Luis Gil Fern¨¢ndez, al que sus antiguos alumnos, hoy profesores y catedr¨¢ticos, le han dejado "un rinconcito en un despacho".
La ira de los em¨¦ritos
Los catedr¨¢ticos que se han mantenido como em¨¦ritos, dan cursos de doctorado, dirigen tesis doctorales, publican libros y art¨ªculos. Y, aunque intentan no dejarse llevar por la ira, algunos no pueden omitir frases ir¨®nicas como "les tengo presentes en mis oraciones", refiri¨¦ndose a los miembros del Gobierno; u otras m¨¢s duras: "Una desverg¨¹enza. Quisieron deshacerse de una serie de personas y, ahora que ellos se acercan a la edad, ampl¨ªan el plazo", afirma sin rodeos Fernando D¨ªaz Esteban.
Elena Catena, catedr¨¢tica de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica, se llev¨® un disgusto terrible cuando tuvo que jubilarse. "Me nombraron em¨¦rita y me sent¨ª felic¨ªsima. Ahora acabo de recibir una carta del rector que, implacable, le comunica que no podr¨¢ prorrogar su categor¨ªa de em¨¦rita. "En este ¨²ltimo ano, he fundado una revista, he dirigido ocho tesis doctorales, me encuentro mejor que nunca. La vida es as¨ª...".
Sin marcha atr¨¢s
Las leyes no tienen efecto retroactivo. No habr¨¢ marcha atr¨¢s para los profesores ya jubilados menores de 70 a?os aunque haya sido aprobado por el Congreso el nuevo proyecto de ley que alarga la edad de jubilaci¨®n de los funcionarios universitarios hasta los 70 a?os.El ministro de Educaci¨®n, Gustavo Su¨¢rez Pertierra, argumenta para apoyar la nueva normativa que la edad lleva aparejada una mayor madurez para la docencia y la actividad investigadora", aspecto que fue defendido desde el principio por los afectados por la ley de 1984.
Finalizados todos los tr¨¢mites parlamentarios, la nueva normativa se aplicar¨¢ a partir del pr¨®ximo octubre y tuvo sus or¨ªgenes el a?o pasado con un proyecto de ley que fue aprobado en el Congreso y que se estanc¨® en el Senado debido a la disoluci¨®n de las c¨¢maras por la convocatoria de elecciones generales.
A los 80 profesores titulares y catedr¨¢ticos que les correspond¨ªa jubilarse en junio de 1993, se les dio un a?o de pr¨®rroga en el ejercicio de sus actividades por decreto ley con el fin de que pudieran beneficiarse de los efectos de la nueva normativa cuando fuera aprobada este a?o. De ellos, 17 se acogieron a la jubilaci¨®n voluntaria a los 65 a?os.
Cuando en 1984 la Ley de la Funci¨®n P¨²blica oblig¨® a todos los funcionarios a adelantar la edad de jubilaci¨®n de los 70 a los 65 a?os, se arm¨® un gran revuelo en la Universidad.
Los afectados protestaron y los profesores no numerarios (PNN, contratados) vieron con agrado la medida: supon¨ªa renovar la Universidad y eliminar ciertos privilegios y pol¨ªticas de reinos de taifas que estimulaban al tr¨¢fico de influencias.
Algunos de esos PNN, profesores titulares (funcionarios) hoy, afirman que las cosas no han cambiado tanto: `permanecen la endogamia y el tr¨¢fico de influencias en los departamentos universitarios. En la mayor¨ªa de los casos", afirma Fernando ?lvarez Ur¨ªa, soci¨®logo de la Complutense.
"El sistema de concursos de acceso al profesorado", a?ade Ur¨ªa, "permite que las plazas se sigan dando pr¨¢cticamente a dedo porque favorecen siempre al profesor de la casa".
En el ¨²ltimo pleno del Congreso s¨®lo Izquierda Unida (IU) vot¨® en contra del nuevo proyecto, mientras el Partido Popular (PP) propuso una enmienda, rechazada, que permitiera a todos los catedr¨¢ticos jubilados pasar a ser em¨¦ritos cobrando la totalidad de su sueldo.
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