Trabajar a 40?
Conductores, taxistas, carteros y obreros, los mas sufridos del calor
El Lorenzo es un s¨¢dico y pega en Madrid que da gusto. Para miles de personas, el calor del verano es la temperatura ambiente de sus centros de trabajo. Su jornada laboral transcurre mientras el asfalto recalentado consigue derretir el juanete m¨¢s salvaje.Lo sufren los conductores. de la flotilla de autobuses de la EMT que todav¨ªa no han sido renovados por modelos nuevos con aire acondicionado. Con las manos sobre el volante de un autob¨²s modelo jur¨¢sico, con el estilo del comandante de un avi¨®n Concorde, Antol¨ªn Jim¨¦nez avisa: "Aqu¨ª vamos al natural". Al mando de un artilugio cuya temperatura media es de 35', Antol¨ªn explica que ¨¦l tiene suerte. "Estoy acostumbrado al calor desde peque?ito porque soy de La Mancha". Tras ¨¦l, un mont¨®n de pasajeros sudorosos mira con envidia un ejemplar nuevecito de autob¨²s ecol¨®gico de la EMT, tambi¨¦n de la l¨ªnea que acaba donde empieza, en Cuatro Caminos.
Muy cerca de esa parada del autob¨²s, en la esquina de Bravo Murillo con Reina Victoria, tiene Cipriano S¨¢nchez, de 49 a?os, un puesto donde hace copias de llaves. El tenderete, instalado sobre el asfalto, es de hierro. "F¨ªjate si tengo yo calor que,hay horas en que llega a 44?". ?Por qu¨¦ no eligi¨® otro material m¨¢s aislante para su minitienda? "Porque el hierro es lo ¨²nico que resiste a los ladrones", explica.
En la acera de enfrente, Jos¨¦ Ram¨®n M¨¦ndez vende chucher¨ªas y refrescos, tambi¨¦n a pie de calle. Un gorrito blanco pone a salvo sus canas del sol. No le importa la lluvia de calor que cae en Madrid. "El calor es bueno, se toman refrescos. Me gusta el verano, pero en invierno se gana m¨¢s dinero".
Reina Victoria abajo, Jos¨¦ ?ngel Navarro y ?ngel V¨ªctor Minguill¨®n, de 30 y 32 a?os respectivamente, descargan de su cami¨®n de reparto cajas de bebidas para el ultramarinos cercano. El term¨®metro marca 38` y sobre la cabina del cami¨®n se puede fre¨ªr un huevo. Sus caras est¨¢n desencajadas de calor. "Esto es muy fuerte, y eso que hoy corre un poco de aire", explican. "Son muchas calor¨ªas las que llevamos en el cuerpo". Pero hay algo m¨¢s. temible para ellos: la lluvia. "Las cajas de cart¨®n se deshacen, las botellas se caen, el cliente te echa la bronca, en la f¨¢brica te rega?an, se mojan las facturas y el dinero". Aun as¨ª, ?ngel prefiere este trabajo al. que ten¨ªa hace a?os en un aserradero en Fuenlabrada. "Estaba encerrado en una nave con los techos de uralita, nos coc¨ªamos", recuerda.
Muy cerca del cami¨®n de bebidas pasa un taxi, en cuyo interior el term¨®metro marca 45'. Fructuoso Hern¨¢ndez, de 63 a?os, ha pensado que no espera para cambiar el coche hasta enero, mes en que el auto cumple 10 a?os. "Desde la pasada semana sue?o con uno con aire acondicionado", comenta Fructuoso, quien no ve bien que algunos de sus compa?eros usen ropas playeras para conducir el taxi. "Yo no me pongo pantal¨®n corto porque creo que ser¨ªa absurdo que usted viniera en bikini. No estamos en la playa".
Al que le gustar¨ªa estar en la arena es al t¨ªmido cartero de Correos. "Soy de Zamora y esto me cogi¨® de sorpresa". "Esto es agobiante. El calor no viene del sol, sale de los coches, del asfalto, de la contaminaci¨®n. He pasado calor en muchos sitios, pero nunca este tipo de calor", explica.
Y para calor, el de la m¨¢quina que vierte asfalto sobre la carretera de Colmenar a 180? de temperatura. Los 10 empleados de la empresa Elsan mitigan su sed con el botijo que llevan en la furgoneta. Jos¨¦ Luis Hern¨¢ndez recuerda que hay algo peor que el calor: el peligro de los coches que pasan junto a sus cuerpos sin respetar las se?ales de precauci¨®n. En esa misma carretera, le arroll¨® un autom¨®vil el a?o pasado mientras trabajaba.
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