Clamor contra el fuego y la muerte
El pueblo valenciano de Millares llora la p¨¦rdida de sus montes y de seis de sus vecinos
Rodeado todav¨ªa por el fuego Millares lloraba ayer la p¨¦rdida de sus montes y, sobre todo, la muerte de seis de sus vecinos acaecida durante el intento de extinci¨®n del incendio que desde el lunes ha asolado el t¨¦rmino municipal. Enmudecidos por la tragedia humana y el desastre natural, los vecinos de esta localidad de 756 habitantes intentaban recuperarse ayer de la dura jornada del lunes y de la amarga madrugada del martes Incomunicados por carretera y con las l¨ªneas telef¨®nicas y el suministro el¨¦ctrico cortados, los vecinos de Millares estuvieron a punto de ser evacuados el lunes.Ayer, el calor, el humo y el dolor dejaron desiertas las calles mientras el fuego segu¨ªa comiendo el monte, o lo que quedaba de ¨¦l despu¨¦s del gran incendio de 1979 y de varios m¨¢s que en los ¨²ltimos a?os han devastado la zona. El pueblo, situado en una hondonada entre monta?as, est¨¢ rodeado ahora por un paisaje lunar de ¨¢rboles y piedras quemadas. El color ha de saparecido. Todo es gris.
"Todo el mundo ha estado despierto, esperando a que se hiciera de d¨ªa para ir a buscar a Luis" coment¨® en la ma?ana de ayer un vecino de Millares La muerte de cinco vecinos -cuatro miembros de una brigada forestal y un voluntarioera conocida desde la media tarde del lunes. Pero faltaba Luis. Se tem¨ªa por la suerte de ?ngel Luis P¨¦rez S¨¢ez, concejal del Partido Popular, que hab¨ªa salido con los dem¨¢s y no hab¨ªa regresado. Fue dado por muerto a primeras horas de la noche, pero posteriormente la noticia fue rectificada. De todas formas, casi todos en el pueblo pensaban en lo peor. Era muy dif¨ªcil que el edil hubiera podido salir indemne del infierno en el que qued¨® atrapado. Los malos augurios se confirmaron cuando, con el alba, las patrullas reanudaron la b¨²squeda.
Los seis fallecidos llevaban el apellido S¨¢ez en primer o segundo lugar y, como es natural en un pueblo peque?o, todos guardaban parentesco m¨¢s o menos directo. Una de las calles est¨¢ pomposamente bautizada como avenida de S¨¢ez Merino, en honor a la familia natural del lugar que construy¨® el imperio Lois de pantalones vaqueros. La tardanza, ayer, en la devoluci¨®n de los cuerpos -a sus familiares -porque el forense que deb¨ªa practicar las autopsias no lleg¨® hasta el mediod¨ªa- aument¨® el dolor de la tragedia.
El alcalde, Jes¨²s Lluch Gald¨®n, de Esquerra Unida, apenas pod¨ªa articular palabra, abatido por el dolor y el cansancio. No estaba para hablar, no quer¨ªa recordar unos hechos tan dolorosos y tan cercanos. S¨ª acert¨® a mostrar su comprensi¨®n por la escasez de medios de extinci¨®n desplegados. "Hab¨ªa muchos focos de fuego en la provincia", balbuce¨®, "y comprendo que no se pod¨ªa atender todos los frentes". Los vecinos s¨ª mostraban su ira por la falta de medios: "Los helic¨®pteros no han venido" y "han dejado que se quemara todo el t¨¦rmino" eran comentarios que repet¨ªan unos vecinos que clamaban contra el fuego y, sobre todo, contra la p¨¦rdida de vidas.
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