Colombia traduce su Constituci¨®n a siete lenguas ind¨ªgenas

En lengua kubea, que es la que hablan unos 5.000 ind¨ªgenas de la regi¨®n del Vaup¨¦s, en el sureste de Colombia, Constituci¨®n se dice "?rbol de alimento para la vida", y Derecho, "vivir con rectitud". ?sa fue la traducci¨®n a la que llegaron, despu¨¦s de a?o y medio de trabajo, un ling¨¹ista aborigen y un abogado que convocaron a los ancianos de la tribu, maestros, mujeres, j¨®venes y ni?os para discutir de filosof¨ªa pol¨ªtica y adaptar a su lengua la Constituci¨®n colombiana de 1991. La traducci¨®n se ha hecho a siete lenguas ind¨ªgenas; en la operaci¨®n ha participado econ¨®micamente Espa?a.

El texto legislativo que reconoce la diversidad ¨¦tnica y el pluralismo cultural se ha redactado en wayunaiki, nasa yuwe, guambiano, arhuaco, camentsa, inga y kubeo. En total se han editado 8.000 cartillas, ilustradas con dibujos alusivos a la mitolog¨ªa y cosmogon¨ªa de cada comunidad, as¨ª como 1. 300 casetes con la versi¨®n oral. El proyecto ha sido realizado por el Centro Colombiano de Estudios de Lenguas Abor¨ªgenes de la Universidad de Los Andes, de Bogot¨¢.A la mayor¨ªa de los kubeos, organizados en una sociedad totalmente jerarquizada -creen que quien nace de la cabeza de la anaconda es superior al que nace de la cola-, pero completamente solidaria en la vida cotidiana, les result¨® parad¨®jico que los blancos escriban que todos los hombres son iguales y luego no act¨²en en consecuencia.

Pero no en todas las comunidades la labor result¨® tan estimulante como entre los kubeos, donde, incluso despu¨¦s de concluido el trabajo de traducci¨®n, los ancianos y los ni?os se siguen reuniendo para discutir sobre la ley. En la comunidad camentsa, de la Amazonia, la propuesta caus¨® verdadera conmoci¨®n, y los capitanes, jefes m¨¢ximos, sintieron que el trabajo desbordaba su capacidad y responsabilidad.

En la Sierra Nevada de Santa Marta, tierra ancestral de los arhuacos, quienes se consideran el centro y origen del mundo, optaron por la tolerancia. Ellos se rigen por leyes divinas casi inamovibles. Sus sacerdotes aclararon que esa Constituci¨®n s¨®lo es la ley que ahora tienen los blancos.