Construir soberan¨ªa.
EL PRESIDENTE Arafat dio ayer por conclu¨ªdo un exilio de 27 a?os para regresar, esta vez definitivamente a Palestina. Desde hoy residir¨¢ en Gaza. Su retorno significa algo as¨ª como la inauguraci¨®n pr¨¢ctica de la autonom¨ªa de Palestina. Y coincide con un nuevo impulso al proceso de paz en Oriente Pr¨®ximo. El anuncio oficial de un encuentro entre los ministros de Asuntos Exteriores de Israel y Jordania y de la invitaci¨®n del rey hachem¨ª al primer ministro israel¨ª Rab¨ªn son un salto cualitativo en este proceso. Son los primeros encuentros entre l¨ªderes de dos naciones formalmente en guerra desde la creaci¨®n del estado de Israel. Tambi¨¦n ayer, negociadores israel¨ªes y palestinos reanudaron el di¨¢logo en el Cairo para ampliar el control palestino m¨¢s all¨¢ de Gaza y Jeric¨®.La pacificaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo, cuya apertura simboliz¨® en su d¨ªa el apret¨®n de manos entre Arafat y Rabin, se mueve con avances espectaculares, pese a sus muchos enemigos declarados. El pueblo palestino cuenta ya con un gobierno propio casi enteramente formado, que, a¨²n sin participaci¨®n de representantes del movimiento extremista Ham¨¢s, ha comenzado a actuar en esos primeros territorios liberados de la ocupaci¨®n israel¨ª.
Arafat no ha visitado a¨²n Jerusal¨¦n este, que los palestinos pretenden ver un d¨ªa convertida en la capital de su Estado. Ahora, el l¨ªder palestino abre un nuevo cap¨ªtulo en la lucha de su pueblo. Estar¨¢ marcado por el desarrollo de esa soberan¨ªa. Y esto no ser¨¢ f¨¢cil . Porque la autonom¨ªa podr¨ªa degenerar en entelequ¨ªa si no se consiguen los fondos para que la reconstrucci¨®n del pa¨ªs sea un ¨¦xito.
El nuevo Estado necesita urgnete apoyo econ¨®mico y un desarrollo que sea visible y palpable para sus ciudadanos y que vac¨ªe de contenido las apelaciones a la guerra y las acusaciones contra los dirigentes palestinos de dejaci¨®n de los intereses de su pueblo que hacen los violentos. Arafat ha visitado Arabia Saud¨ª para tratar de reconstruir los lazos con Riad, cortados cuando la OLP se puso de lado de Irak en la guerra del Golfo en 1991.
Pero, al mismo tiempo, tan necesarias o m¨¢s son las concesiones pol¨ªticas de Israel. Parece ya acordado que de una manera progresiva y en plazo relativamente breve comenzar¨¢ a extenderse el hecho auton¨®mico al resto de los territorios ocupados, lo que dar¨ªa profundidad pol¨ªtica y viabilidad econ¨®mica al estado palestino. No hay de momento indicios de que el Gobierno israel¨ª pueda o quiera hacer otro tanto con la parte ¨¢rabe de jerusal¨¦n. Israel, en definitiva, no ha dejado nunca de mantener oficialmente la posici¨®n de que la ciudad santa no volver¨¢ a dividirse de nuevo y jam¨¢s dejar¨¢ de ser en su integridad la capital del Estado.
Frente a todo ello, el propio Arafat ha afirmado, sin entrar en demasiadas concreciones, que ha recibido garant¨ªas del ministro de Exteriores israel¨ª, Sim¨®n Peres, en el sentido de que Israel est¨¢ dispuesto a concesiones sobre Jerusal¨¦n. Paralelamente, las autoridades palestinas podr¨ªan estar estudiando la modificaci¨®n de la Carta Nacional, especie de constituci¨®n hist¨®rica del pueblo guerrillero. En esta carta se declara con toda crudeza que uno de los objetivos de la revoluci¨®n palestina es la destrucci¨®n del Estado de Israel. Y entre las pocas concesiones, siquiera un tanto ret¨®ricas, como la presente, que Arafat puede hacer hoy a los israel¨ªes, se halla la supresi¨®n de lo que fue en su tiempo m¨¢s un col¨¦rico deseo que una amenaza con posibilidades de hacerse realidad.
Parece hoy necesario que ambas partes logren avanzar en esa doble v¨ªa de realidades y aspiraciones. Garant¨ªas para los palestinos en torno al objetivo de las futuras negociaciones sobre Jerusal¨¦n y declaraciones para los israel¨ªes como la eliminaci¨®n de prop¨®sitos tan fuera de lugar hoy como los citados de la Carta Nacional de sus antiguos enemigos. El pueblo palestino s¨®lo podr¨¢ creer plenamente que ¨¦ste es el verdadero camino de la paz cuando alguna de esas posibles concesiones hayan despejado otras de las inc¨®gnitas seguras.
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