Pen¨²ltimo juicio popular a Parreira

Carlos Alberto Parreira afronta esta madrugada en el Rose Bowl de Pasadena el pen¨²ltimo juicio popular. Todo Brasil le apunta en el partido de semifinales contra Suecia: gana o nos quedaremos desnudos. Le acusan de europeizar una selecci¨®n exclusiva que se identificaba no ya por la zamarra sino por las botas de sus futbolistas Entiende la hinchada que ese equipo que siempre sobrevivi¨® a la estad¨ªstica ten¨ªa una vez m¨¢s argumentos suficientes para ser campe¨®n sin traicionarse, y que la derrota supondr¨ªa un suicidio. El t¨¦cnico, sin embargo, decidi¨® que un cuarto de siglo sin un trofeo que agregar a los tres t¨ªtulos mundiales ya reunidos (1958, 1962 y 1970) era demasiado tiempo, y, cualquier aspiraci¨®n pasaba por revisar el f¨²tbol brasile?o.Los n¨²meros avalan moment¨¢neamente a Parreira. Brasil vuelve a disputar una semifinal de la Copa del Mundo despu¨¦s de 16 a?os de ausencia. Desde Argentina-78, cuando Dirceu, Cerezo y Batista le ganaron a la incipiente Italia de Bearzot en la lucha por el tercer puesto, Brasil ha vivido del encanto. Enamor¨® en Espa?a-82 y, sin embargo, se qued¨® parada en la segunda fase a causa del ardor italiano. No desenton¨® en M¨¦xico-86 y no pas¨® de los cuartos, frenada por la Francia de Platini. Y mereci¨® ganar a Argentina en Italia-90 y resulta que cay¨® eliminada en octavos.

Hay una generaci¨®n de brasile?os que presumen de su f¨²tbol sin saber lo que es ganar. Son los que piden que Ronaldo, ese diablo de 17 a?os que los m¨¢s a?orados de f¨²tbol comparan a Pel¨¦, juegue al lado de Bebeto y Romario, porque Brasil siempre jug¨® con el frente de ataque muy abierto. Parreira responde a la. ofensiva de los nost¨¢lgicos cambiando a un tercer delantero por un medio. Es un viejo zorro. Lleva tres Mundiales a cuestas -uno con Kuwait y otro con los Emiratos ?rabes- y sabe de qu¨¦ va, el asunto.

No cree Parreira que su 4-4-2 sea similar al que pueda plantear el mejor de los equipos europeos. "Yo no juego con libre, ni marcamos al hombre ni tiramos el bal¨®n largo para atacar", apunta sin demasiado convencimiento. "Mi prop¨®sito es afinar una organizaci¨®n de juego, y para ello se necesita robar el bal¨®n cuando se ha perdido", prosigue. "Cualquiera que pretenda ganar un Mundial debe tener un equilibrio entre el juego de ataque y el de defensa. Lo dem¨¢s son tonter¨ªas". El discurso va subiendo de tono y concluye con una sentencia: "Cualquier otra selecci¨®n anterior a la nuestra se habr¨ªa ca¨ªdo si le empatan un 2-0 como nos ocurri¨® contra Holanda. Nosotros, en cambio, seguimos en Estados Unidos. Estamos donde debemos, pero no es suficiente".

El equipo de Tommy Svensson acaba de eliminar a Rumania en un partido ag¨®nico. No parecen estar en su mejor forma. Tiene, adem¨¢s, problemas en la medular. Schwarz es baja por sanci¨®n y Thern, el capit¨¢n, tiene algunas molestias en los ligamentos de una rodilla. Pero el t¨¦cnico anuncia: "Nuestro trabajo en Estados Unidos todav¨ªa no ha concluido". Svensson cuenta con un jugador de lujo como Brolin (Parma), capaz de orientar como nadie el juego de ataque, y dos delanteros que deciden por s¨ª solos: Dhalin (Borussia Moenchengladbach) y Kennet Andersson (Lille). Parreira, en cambio, podr¨¢ alinear el equipo habitual. Tiene una fe ciega en ¨¦l. "Nos quedan dos partidos para culminar nuestro trabajo", sentencia.