Periodismo cutre
Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez escribi¨® su Relato de un n¨¢ufrago en menos de dos semanas. Cada d¨ªa que el hombre pas¨¦ en el mar se merec¨ªa un reportaje en el peri¨®dico. Cuenta el Nobel que el n¨¢ufrago al principio s¨®lo hablaba de sus grandes virtudes, las gestas de una persona que sobrevive sin comer ni beber contra todos los elementos. "Pero al tercer o cuarto d¨ªa ya aprendi¨® el oficio de periodista", porque comenz¨® a contar c¨®mo se las arreglaba para orinar, describ¨ªa las nimiedades y miserias imprescindibles de cualquier historia. El n¨¢ufrago se convirti¨® as¨ª en un buen profesional. Aqu¨ª cualquiera se trastoca en periodista en menos de una hora, todo est¨¢ impregnado de periodismo, pero a veces, de periodismo cutre.Enrique Tierno Galv¨¢n quedaba con un fot¨®grafo en la plaza de Espa?a para someterse a una sesi¨®n y le ped¨ªa por favor que fingiera, que hiciese como que lo encontraba por casualidad. Qu¨¦ natural, qu¨¦ campechano y humilde el viejo profesor, c¨®mo se dejaba entrevistar. Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n habr¨ªa sido feliz viviendo al margen de su diestra. Se hubiera desprendido de cinco dedos en cualquier inauguraci¨®n de t¨²neles o en una recepci¨®n de pensionistas, y habr¨ªa regresado a casa para deleitarse con sus cuadros si su mano pudiera esmerarse por s¨ª sola en estrechar la de todo el mundo. Al alcalde ?lvarez del Manzano va y se le ocurre, en un alarde de sutileza pol¨ªtica, inaugurar la apertura de la calle del Marqu¨¦s de Corbera hasta la de Hermanos Garc¨ªa Noblejas justo en la semana en que se celebran las elecciones europeas, despu¨¦s de tenerla empantanada nueve meses. Y el subterr¨¢neo de la cuesta de San Vicente lo abre justo el viernes, el ¨²ltimo d¨ªa de campa?a electoral, tras m¨¢s de un a?o en obras. Lo peor es que el hombre se creer¨¢ un espl¨¦ndido estratega y que en G¨¦nova le dar¨ªan palmaditas en la espalda. De verg¨¹enza ajena.
Joaqu¨ªn Leguina, como no dispone de t¨²neles para cortar la cintita, se va a Par¨ªs para presentar el Madrid capital cultural del 92, y lo hace en noviembre de 1992, cuando ya terminaba el a?o. Grotesco.
Algunas asociaciones ecologistas preparan el comunicado de prensa de cualquier manifestaci¨®n dominguera en protesta por el abondono del pen¨²ltimo arroyo de la Casa de Campo, o por el estercolero de Valdeming¨®mez a sabiendas de que s¨®lo reunir¨¢n quince manifestantes. Pero da igual, saben que un domingo impera la escasez de noticias, y a buen seguro, con quince mendas, una pancarta y diez periodistas, media columnita seguro que cuela. Penoso.El Partido Popular de la Asamblea de Madrid no se corta un pelo los fines de semana, consciente tambi¨¦n de la escasez de noticias. A todas las redacciones env¨ªa desde hace a?os unos teletipos impresentables sobre cualquier pregunta, sugerencia o reflexi¨®n, sin el m¨ªnimo sentido de la actualidad, que cualquiera de sus destacados. miembros plantea al Gobierno de Leguina. Lo peor es que algunos lunes, y m¨¢s en verano, llegan a publicarse. Deprimente.
La portera de uno de los muchachos asesinos de los juegos de rol convierte r¨¢pidamente su habit¨¢culo de trabajo en un as¨¦ptico n¨®dulo donde despachar con las huestes de Tele 5, EL PA?S, Antena 3 y todo lo que lleve cables y suelte flashes. Hablas con los amigos de la v¨ªctima o de los asesinos y en una hora se convierten en consumados comunicadores. Asimilan con tres entrevistas lo que hay que contar y lo que es necesario callar aunque te tuerzan el brazo. Admirable.Carlos Sotos, el ex gerente de PSV, intu¨ªa que atendiendo cort¨¦smente a los periodistas lograba mejor imagen que los que se escudan en secretarias y gabinetes de prensa. Apenas hab¨ªa construido cien casas- pero raro era el d¨ªa en que no sal¨ªa en prensa como un encomiable gestor. Ahora, algunas de sus v¨ªctimas han aprendido que pint¨¢ndole el chal¨¦, taponando la M-30 o grit¨¢ndole chorizo a Nicol¨¢s consiguen m¨¢s cr¨¦ditos millonarios del Gobierno que interponiendo una querella. Pat¨¦tico.
La Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid manda a diario una rese?a donde los delincuentes aparecen como individuos a quienes la polic¨ªa siempre procede a detener. Pero nunca, o casi nunca, porque igual ma?ana lo hacen, informan cuando un polic¨ªa borracho esgrime la pistola en un local p¨²blico sin venir a cuento o cuando un agente se queda con el dinero de un registro. Todo eso ocurre, lo hemos publicado en alguna ocasi¨®n, lo que pasa es que tenemos que enteramos por otras fuentes. Mosqueante. De la Guardia Civil, para qu¨¦ hablar.
Los sindicatos siempre hablan de que "no descartan" una huelga. Las huelgas o se convocan o no se convocan, pero no se mendiga as¨ª med¨ªa columna o medio minuto en las radios. Lamentable.
Lo que ocurre con todo eso es que el maltratado subconsciente del lector puede pensar que los chicos del PP aparecen demasiados lunes diciendo demasiadas tonter¨ªas, que los ecologistas se han convertido en medio pol¨ªticos, medio periodistas, y que, como hacen las dos tareas tarde y malamente, no pintan nada porque la ambici¨®n de poder les roe, que la polic¨ªa sale demasiado bien parada en casi todas las pel¨ªculas, que los alcaldes chocan demasiadas manos y sonr¨ªen en tantas fotos, que apenas tienen tiempo para escapar de su egotismo y que los periodistas apenas sabemos qu¨¦ contar. No es cierto.
En cualquier medio hay buenos profesionales que analizan, contrastan y valoran cualquier informaci¨®n. Verdaderos expertos en desechar motos y burras inservibles. Tambi¨¦n hay en Madrid vecinos, sindicalistas, ecologistas, polic¨ªas, pol¨ªticos y amigos de asesinos que practican periodismo del bueno. Gente que relata sus experiencias, sus ¨¦xitos o sus fracasos de la mejor forma posible, vendi¨¦ndose lo mejor que pueden, pero intuyendo siempre que, adem¨¢s de las grandes gestas, la orina de un n¨¢ufrago es un elemento imprescindible en cualquier relato. Esos excelentes periodistas no abundan, y en verano, menos.
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