Incendios forestales
Leo con agrado, y tambi¨¦n con pena, el art¨ªculo del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n, Luis Atienza, publicado en la secci¨®n de Opini¨®n de EL PA?S el d¨ªa de San Ferm¨ªn.Agrado, incluso alegr¨ªa, me produce saber que el Gobierno es sensible ante uno de los m¨¢s graves problemas que afectan al medio ambiente espa?ol, cual es el de los incendios forestales: p¨¦rdida de masa arb¨®rea, desertizaci¨®n, asedio a especies animales... y, sobre todo, dolorosas p¨¦rdidas humanas.
Sin embargo, me apena la parcialidad de la reflexi¨®n que hace el ministro. Las llamas las encienden pir¨®manos, irresponsables, desaprensivos y, en menor medida, las idiosincr¨¢ticas caracter¨ªsticas ambientales de, la piel de toro. Hasta ah¨ª, de acuerdo. Pero ?con qu¨¦ se alimentan esos fuegos? ?C¨®mo es posible que alcancen tales magnitudes? Gracias a unas especies arb¨®reas que tardan menos en arder que lo que dura un caramelo a la puerta de un colegio.
La existencia masiva de tales especies es responsabilidad de las distintas administraciones p¨²blicas habidas en esta tierra durante los ¨²ltimos 30 a?os.
Rebollos, melojos, quejigos, encinas, alcornoques, algarrobos, casta?os, abedules, hayas y, por supuesto, pinos eran los habitantes mayoritarios de la Pen¨ªnsula. Pero la pol¨ªtica del Icona -si es que podemos hablar de la existencia de alguna pol¨ªtica forestal- se ha empe?ado, desde su creaci¨®n, en repoblar los montes espa?oles con con¨ªferas, segregando otras especies aut¨®ctonas: ha olvidado que las caracter¨ªsticas ambientales de Iberia precisan de otros ¨¢rboles, mejor. adaptados a la climatolog¨ªa extrema de nuestros montes y m¨¢s fuertes frente al avance de las llamas.
No pido m¨¢s medios, econ¨®micos, materiales o humanos. Hablo de sensatez, de coherencia con nuestro medio. Hacer una carretera estrecha, llena de vueltas y revueltas, con curvas mal peraltadas, no ayuda a prevenir accidentes, por muy prudente que sea el conductor. Llevar a cabo actividades forestales que s¨®lo responden a criterios econ¨®micos, de rentabilidad inmediata, es "fuego -y dolor- para
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