Hacia una nueva arquitectura mediterr¨¢nea
El Mediterr¨¢neo ocupa un lugar de privilegio en el horizonte de prioridades de la pol¨ªtica exterior espa?ola. A lo largo de los ¨²ltimos a?os, la diplomacia espa?ola se ha esforzado por consolidar la dimensi¨®n mediterr¨¢nea de nuestra pol¨ªtica-exterior en respuesta a los grandes desaf¨ªos que se plantean en la regi¨®n y que afectan a los intereses y al destino mismo de nuestra naci¨®n. Espa?a no se ha limitado a reaccionar pasivamente ante los acontecimientos, sino que ha llevado la iniciativa en la presentaci¨®n de propuestas y en la realizaci¨®n de gestiones para fomentar el di¨¢logo y la cooperaci¨®n en el ¨¢rea mediterr¨¢nea.Sin ¨¢nimo exhaustivo, y dejando a un lado los innumerables viajes ministeriales y reuniones bilaterales, merece la pena apuntar que Espa?a ha jugado un papel relevante para la puesta en marcha de la Iniciativa del Mediterr¨¢neo Occidental (Foro 5+5), y ha sido pionera en la propuesta de celebraci¨®n de una Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n en el Mediterr¨¢neo (CSCM). Asimismo, el Gobierno espa?ol ha trabajado activamente para enriquecer la dimensi¨®n mediterr¨¢nea de los distintos foros europeos de seguridad (CSCE, UEO, OTAN). Hace tan s¨®lo unos d¨ªas Espa?a ha participado se?aladamente en el Foro Mediterr¨¢neo, que reuni¨® el 4 de julio en Alejandr¨ªa a los ministros de Asuntos Exteriores de 10 pa¨ªses ribere?os.
El Mediterr¨¢neo es una regi¨®n marcada por unas disparidades que no cesan de aumentar y que inciden negativamente en los problemas pol¨ªticos presentes en la mente de todos, tanto en la cuenca oriental como la occidental. La primera es de naturaleza demogr¨¢fica: en el a?o 2025 la poblaci¨®n de su cuenca se elevar¨¢ a 600 millones de habitantes, de los que dos terceras partes habitar¨¢n la orilla sur. Aumentar¨¢, por tanto , la presi¨®n migratoria de los pa¨ªses del norte de ?frica hacia la Uni¨®n Europea, en la que ya residen cinco millones de personas originarias del Magreb.
Otra diferencia preocupante es la econ¨®mica: los pa¨ªses de la milla sur no logran un crecimiento capaz de reducir el paro hacer frente con ¨¦xito a la deuda exterior, que sobrepasa globalmente los 190.000 millones de d¨®lares. No es menos importante la disparidad cultural: en el Mediterr¨¢neo, cuna de civilizaciones, se est¨¢ levantando un muro de incomprensi¨®n entre cultura y religiones.
Por ¨²ltimo, es la propia supervivencia biol¨®gica del mar com¨²n la que est¨¢ en juego. Por poner s¨®lo un ejemplo, al Mediterr¨¢neo van a parar anualmente m¨¢s de 500.000 metros c¨²bicos de residuos s¨®lidos.
La diversidad mediterr¨¢nea es un vivero de fuerzas centr¨ªfugas que dificulta la soluci¨®n e incluso el simple encauzamiento de los problemas. Pero junto a esta diversidad existe un sentimiento de unidad que responde no s¨®lo a una larga historia de coexistencia e interrelaci¨®n, sino tambi¨¦n a una aspiraci¨®n de futuro en com¨²n.
La dial¨¦ctica entre la unidad y la diversidad en el Mediterr¨¢neo es tan antigua como nuestros pueblos. No obstante, estoy convencido de que se puede construir una nueva arquitectura mediterr¨¢nea que incorpore ambos factores. El edificio mediterr¨¢neo deber¨ªa sustentarse en dos pilares, correspondientes a las cuencas oriental y occidental de nuestro mar com¨²n, y coronarse mediante una especie de b¨®veda unificadora que acompa?e estos esfuerzos y aborde con flexibilidad y gradualidad las cuestiones que afectan al conjunto mediterr¨¢neo. Ser¨ªa la mejor manera de resolver la ecuaci¨®n de la diversidad y de la unidad. En concreto, este proyecto exigir¨ªa actuar de la forma siguiente.
En el Mediterr¨¢neo occidental conviene aprovechar la valiosa experiencia del Foro 5+5, y seguir perfeccionando el esquema de relaciones entre la Uni¨®n Europea y los pa¨ªses magreb¨ªes. La pol¨ªtica mediterr¨¢nea renovada de la Uni¨®n Europea ha permitido que se tejiese una red de convenios que corresponde ahora ir sustituyendo por una nueva generaci¨®n de acuerdos de asociaci¨®n, m¨¢s acordes con la filosof¨ªa de la responsabilidad compartida.
En el Mediterr¨¢neo oriental es preciso consolidar el marco de cooperacion y di¨¢logo que representan el plan de paz de Oriente Pr¨®ximo y las estructuras creadas en su banda multilateral. Tambi¨¦n hemos de prestar una atenci¨®n especial al paulatino refuerzo de los lazos de la Uni¨®n Europea con los pa¨ªses de esta zona, mediante la firma de nuevos acuerdos y el desarrollo de iniciativas conjuntas.
Sin embargo, un enfoque subregional -centrado en las cuencas oriental y occidental del Mediterr¨¢neo- no por necesario es suficiente para abordar con eficacia las grandes cuestiones que afectan al ¨¢rea mediterr¨¢nea en su conjunto.
Conscientes de esta realidad, los jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea, reunidos recientemente en la isla de Corf¨², han decidido emprender una amplia reflexi¨®n sobre las relaciones con sus socios mediterr¨¢neos, como paso previo a la convocatoria de una conferencia que re¨²na a estos pa¨ªses y a los Estados miembros de la Uni¨®n Europea.
Como he se?alado en las l¨ªneas precedentes, se impone cerrar la b¨®veda del edificio mediterr¨¢neo. Han transcurr¨ª o ya cuatro a?os desde que naci¨® la idea de la CSCM y sigo pensando que se trata de una idea ¨²til a medio plazo. En cualquier caso, y con independencia de su denominaci¨®n, lo esencial es que se inicie el proceso de creaci¨®n de una estructura global y, al mismo tiempo, flexible, que sea capaz de dar un sentido unitario a los esfuerzos de di¨¢logo y cooperaci¨®n que se desarrollan en las dos cuencas de nuestro mar com¨²n.
En la reuni¨®n ministerial de Alejandr¨ªa se han dado pasos prometedores en este sentido. Por primera vez, 10 pa¨ªses mediterr¨¢neos se han reunido para abordar informalmente las grandes cuestiones que afectan al porvenir com¨²n de la regi¨®n. Las conclusiones alcanzadas abren la puerta a la esperanza.
Creo que ha llegado el momento de buscar la convergencia de los dos caminos emprendidos. En otras palabras, que se desarrollen en profundidad tanto el compromiso de la Uni¨®n Europea en Corf¨² como el Foro Mediterr¨¢neo. De hecho, este ¨²ltimo podr¨ªa actuar como una suerte de grupo de presi¨®n y de vanguardia mediterr¨¢nea para la definici¨®n de los grandes rasgos de una eventual acci¨®n com¨²n de la UE, que podr¨ªa desembocar en una conferencia de la Uni¨®n Europea con los pa¨ªses mediterr¨¢neos.
La actual presidencia alemana y las futuras y sucesivas presidencias francesa, espa?ola e italiana constituyen una oportunidad ¨²nica para construir el ¨¢gora com¨²n mediterr¨¢nea. No podemos desaprovecharla.
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