El ¨¦xodo de centenares de miles de hutus de Ruanda aterroriza a los tutsis refugiados en Zaire

El jefe militar del Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (FPR), Paul Kagam¨¦, declar¨® ayer que "la guerra ha terminado", tras asegurar que sus hombres controlan todo el pa¨ªs excepto la zona de seguridad creada por Francia. La huida de miles de hutus que escapan de este avance ha llevado el temor a los refugiados tutsis que se hallan en Zaire. Dos granadas causaron la muerte de al menos 100 personas en Goma. La mayor¨ªa perdieron la vida aplastadas por el p¨¢nico.

Millares de refugiados ruandeses en Zaire est¨¢n en peligro de morir de hambre y sed a menos que la comunidad internacional acuda inmediatamente en su socorro, advirtieron ayer organizaciones humanitarias en Nairobi (Kenia). Entre 800.000 y un mill¨®n de ruandeses, en su mayor¨ªa miembros de la mayoritaria etnia hutu, han cruzado a Zaire en los ¨²ltimos cinco d¨ªas, lo que representa el mayor ¨¦xodo registrado jam¨¢s en el mundo en tan corto espacio de tiempo.Cerca del aeropuerto de Goma, el estallido el domingo de dos morteros provoc¨® varios muertos, que se multiplicaron por los aplastamientos provocados por el movimiento de p¨¢nico que se desat¨®. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas fueron ni?os. El FPR ha negado cualquier relaci¨®n con los hechos.

Las tropas francesas de la Operaci¨®n Turquesa, completamente desbordadas por el flujo constante de refugiados, pidieron ayer a las autoridades zaire?as que reabrieran el aeropuerto cercano a la frontera para permitir la llegada de ayuda humanitaria. Un avi¨®n alem¨¢n emprendi¨® ayer vuelo desde Bonn para sumarse a la tareas de ayuda.

Avalancha mortal

La avalancha de refugiados, mayoritariamente hutus, atemoriza a los tutsis que les precedieron en la huida. "Si hubiera una forma de salir de aqu¨ª la tomar¨ªamos, pero es demasiado peligroso. La situaci¨®n es grave. Nuestra ¨²nica esperanza es volver a Ruanda", asegura Elie Niyongira, refugiado en un campo instalado junto al lago Kivu, al sur de Goma. A su alrededor se sientan, apesadumbrados, los tutsis que consiguieron salvarse de la oleada de represi¨®n lanzada por la guardia presidencial y las milicias hutus tras el asesinato, el 6 de abril, del presidente de Ruanda, Juvenal Habyarimana.

Varios refugiados aseguraron que hab¨ªan sido lanzadas varias granadas de mano dentro de su campamento la noche del pasado s¨¢bado. Afortunadamente, no hubo v¨ªctimas. Los refugiados creen que el ataque fue obra de hutus, la etnia mayoritaria en Ruanda. Muchos de los refugiados muestran sus extremidas amputadas por machetazos. Niyongira dice que hab¨ªan logrado salvar la vida tras escapar de Gisenyi hasta Zaire.