La Ca?ada recibe un cami¨®n de alimentos, pero no tiene frigor¨ªficos para guardarlos
"?T¨² crees en los milagros?" pregunt¨® una voz al otro lado del tel¨¦fono. "No, s¨®lo en el trabajo diario" fue la respuesta. "Pues a partir de ahora vas a creer en ellos". ?sta fue la conversaci¨®n telef¨®nica entre un dirigente de Cruz Roja de Madrid y un trabajador del Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid (22.000 habitantes) que no desea ser identificado. Ese di¨¢logo concluy¨® con el anuncio del representante de Cruz Roja de que las familias gitanas de la Ca?ada Real iban a recibir ayer un cami¨®n cargado con 1.500 kilos de alimentos. Y lo recibieron, pero ahora falta otro milagro: proporcionar a los chabolistas frigor¨ªficos donde evitar su descomposici¨®n.. La situaci¨®n infrahumana en, que se encuentran m¨¢s de 300 personas en un campo de trigo a orillas del vertedero de Valdeming¨®mez, donde el 9 de mayo les realoj¨® el Ayuntamiento de Madrid, ha calado en la poblaci¨®n de Rivas, el n¨²cleo urbano m¨¢s cercano. La sensibilizaci¨®n entre los trabajadores municipales de este municipio es muy grande, y en especial en uno de ellos, que por su tipo de trabajo tiene que acudir frecuentemente a la zona del asentamiento.
Cuando se enter¨® de que los servicios sociales del Ayuntamiento hab¨ªan recibido alimentos de la Cruz Roja para las familias necesitadas de Rivas, les pidi¨® una parte para entregarlos a los realojados. "Pero no me los pod¨ªan dar porque ten¨ªan las cantidades justas", cuenta el trabajador. Esto no le fue suficiente, por lo que llam¨® directamente a la Cruz Roja.
"La suerte fue que una carga de alimentos, destinada en principio a otra poblaci¨®n, ya no era necesario enviarla". Los alimentos segu¨ªan disponibles -ah¨ª el "milagro"- y s¨®lo era cuesti¨®n de encontrar un veh¨ªculo para transportarlos.
150 kilos de queso,
Hac¨ªa falta un cami¨®n con cabida para 150 kilos de queso, 100 kilos de embutidos, 120 kilos de salchichas y 1.200 litros de leche. Al d¨ªa siguiente, el cami¨®n estaba disponible. Ven¨ªa del propio Ayuntamiento de Rivas, que hab¨ªa facilitado uno del servicio de mantenimiento y tres empleados m¨¢s para carga y descarga.
La llegada de los alimentos fue recibida con un agradecimiento sincero.
Y en este punto comienza la segunda parte de la historia. En el poblado no hay ni agua corriente ni luz el¨¦ctrica, ni un lugar sombreado o ventilado. Se apa?an con s¨®lo dos fuentes, que se estropean frecuentemente. La conexi¨®n de la luz el¨¦ctrica desde hace un mes se les est¨¢ prometiendo por parte del Ayuntamiento de Madrid, sin que se haya llegado a cumplir. En las chabolas -cinco paneles de conglomerado y una chapa de uralita por tejado- se alcanzan hasta 50 grados de temperatura. Los alimentos empezaron a deteriorarse enseguida.
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