Culebra
Las serpientes de verano son las inocentadas del calor. Y es una pena que a la vez que el h¨¢bito de colgar mu?ecos de papel en la espalda de los se?ores va desapareciendo, y los peri¨®dicos progre como ¨¦ste consideren rancio tomar el pelo a sus lectores el 28 de diciembre, la querida serpiente de verano sea una especie informativa en extinci¨®n. ?O es que el fondo de reptiles de nuestra realidad ofrece tanto material de primera p¨¢gina que ya ni en verano hay que hinchar la noticia intrascendente que antes serpenteaba en d¨ªas c¨¢lidos?Anteayer cac¨¦ una, pero estoy algo mosca: ?ser¨¢n tambi¨¦n las serpientes de verano, como las inocentadas navide?as, pasto de la derecha, que va segando, sin que nos demos cuenta, la yerba bajo los pies de todos? En la ¨¦poca de las serpientes gordas, los titulares no ten¨ªan ideolog¨ªa: la en¨¦sima aparici¨®n del monstruo del lago Ness, la boda de un cantante muy femenino con una se?orita que llevaba pantalones. Mi serpiente de este verano informaba de la creaci¨®n de una plataforma que, bajo el nombre de Familia Humana, va contra el "imperialismo demogr¨¢fico" de la ONU y sus "infiltrados antivida", empe?ados en controlar la natalidad de los pa¨ªses pobres. Sostienen esta plataforma 400 nombres, y a los m¨¢s populares los conocer¨¦is por sus obras: el alcalde de Madrid, se?or Manzano (famoso por no dejar que los inmigrantes se arrimen a su ¨¢rbol), y tres firmas m¨¢s: Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, Encama S¨¢nchez y Juanito Valderrama. Estas luminarias de la vida intelectual y ardientes defensores del derecho de difamar hablan ahora de "libertad demogr¨¢fica", y lo hacen desde su rico Occidente, sus muelles poltronas radiof¨®nicas, sus est¨®magos agradecidos. Nada extra?o en el pa¨ªs en el que los curas nos gu¨ªan en el sexo, las cabezas est¨¦riles critican el aborto y los reyes del culebr¨®n tocan canciones de libertad. ?Culebra, culebra!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.