"No se debe nunca administrar justicia para la galer¨ªa"
Pascual Sala tiene sobre su mesa de noche El jard¨ªn de las dudas, de Fernando Savater, que terminar¨¢ de leer este verano, entre "ratos de playa y alg¨²n corto viaje". El presidente del Tribunal Supremo dedicar¨¢ tambi¨¦n sus vacaciones, "entre otras cosas", dice, "a escribir el discurso de apertura del a?o judicial", que pronunciar¨¢ ante el Rey el 12 de septiembre pr¨®ximo. Este a?o "quiz¨¢ aborde alguno de los problemas b¨¢sicos del desarrollo procesal". Uno de los que m¨¢s le preocupa es la delimitaci¨®n del papel del fiscal y el juez en la investigaci¨®n penal, que tiene mucho que ver con el protagonismo de los jueces para ordenar la prisi¨®n preventiva.Pregunta. ?Qu¨¦ le parece el decreto de ida y vuelta de Berlusconi?
Respuesta. Una imprudencia y una inoportunidad. La prisi¨®n preventiva o la libertad provisional no pueden legislarse con esa ligereza ni vincularlas a un delito del terminado. La ley exige generalidad. Hacerlo como pretend¨ªa Berlusconi habr¨ªa sido una barbaridad.
P. ?No le recuerda ese decreto las decisiones de algunos jueces espa?oles, que a los 15 d¨ªas de detener a una persona cambian de criterio sin que hayan cambiado las circunstancias?
R. Es un problema distinto, derivado de que aqu¨ª no est¨¢ definido el papel del fiscal y el del juez en la investigaci¨®n, por desconfianza, seg¨²n dicen, hacia la autonom¨ªa e independencia del ministerio fiscal. En Espa?a, el que investiga es el juez, que al mismo tiempo adopta medidas preventivas, entre otras la privaci¨®n de libertad. El fiscal s¨®lo interviene en la investigaci¨®n como un colaborador de segundo grado y un controlador, a trav¨¦s de los recursos, de la actividad investigadora del juez. En gran medida, los papeles est¨¢n cambiados.
P. El juez tiene la llave.
R. S¨ª, pero hasta el punto de que es el ¨²nico proceso penal del mundo en el que el fiscal es un espectador de la investigaci¨®n, m¨¢s que un protagonista, Si el juez que investiga no puede enjuiciar, ?por qu¨¦ s¨ª puede privar de libertad? Ser¨ªa conveniente arbitrar o bien un recurso r¨¢pido al ¨®rgano superior del juez instructor o, por el contrario, separar la funci¨®n de investigar y la de dictar medidas graves como la p¨¦rdida de la libertad.
P. Usted suele ser reacio a esas medidas ejemplarizantes...
R. Porque la justicia no debe ser ejemplar, que es tanto como desigual. La justicia es justicia, sin adjetivos, y no se debe nunca administrar para la galer¨ªa ni sometido a presiones sociales o ambientales. Esa es la independencia m¨¢s dif¨ªcil.
P. ?Con qu¨¦ frecuencia habla con el ministro Juan Alberto Belloch?
R. Menos de lo que ser¨ªa conveniente. Est¨¢ muy ocupado.
P. ?Con qu¨¦ parte de ¨¦l habla m¨¢s, con Justicia o Interior?
R. Con Interior no hablo nunca. Hablo con Justicia, en concreto con Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega [secretaria de Estado de Justicia].
P. ?Ha habido tensi¨®n con Belloch o alg¨²n alto cargo sobre los horarios judiciales?
R. Tensi¨®n no. Rectificaci¨®n. Lo que se pretende es que se cumpla el horario rigurosamente y no se eluda el control. El CGPJ se ha echado encima la carga del control, como un reto y una responsabilidad. Esperemos que ahora el Ministerio de Justicia e Interior, al que trasladaremos los incumplimientos, los asuma y sancione como corresponde.
P. En el informe sobre la ley del Aborto, que ha quedado para septiembre, ?prev¨¦ un debate moral o pol¨ªtico?
R. T¨¦cnico-jur¨ªdico, aunque en esta materia subyace un aspecto moral y subjetivo, que hay que respetar.
P. La llegada masiva de mujeres a la judicatura, ?qu¨¦ aportaci¨®n ha supuesto en la forma tradicionalmente masculina de administrar justicia?
R. Las mujeres aportan m¨¢s criterio. Dudan menos. Son m¨¢s r¨¢pidas y eficaces que los hombres. Estad¨ªsticamente, su llegada ha sido beneficiosa.
P. ?Qu¨¦ har¨¢n usted y el Consejo del Poder Judicial si en 1995, al terminar su mandato, el PSOE y el PP siguen sin ponerse de acuerdo para elegir uno nuevo?
R. Conf¨ªo en la responsabilidad y el buen juicio de las personas.
P. ?Qu¨¦ le parecer¨ªa la elecci¨®n popular directa y a fecha fija de los 12 vocales judiciales, a propuesta de las asociaciones de jueces y magistrados?
R. Ser¨ªa constitucional, pero de una complejidad excesiva. No s¨¦ hasta qu¨¦ punto concitar¨ªa el inter¨¦s popular.
P. ?Qu¨¦ aportaci¨®n a la democratizaci¨®n de la justicia ha hecho la elecci¨®n parlamentaria del Consejo, en relaci¨®n con el sistema anterior a 1985?
R. Es muy dif¨ªcil calibrarlo. Quiz¨¢ una mayor apertura o visi¨®n de los problemas externos de la justicia y una mayor conexi¨®n, con los intereses de los ciudadanos. El anterior sistema, llamado corporativo, daba la mayor¨ªa absoluta y, por lo tanto, todas las potestades del Consejo, a los 12 consejeros elegidos por los propios jueces.
P. Si se celebran pronto elecciones y gana el PP, ?qu¨¦ har¨ªa usted al frente de un CGPJ distinto al modelo del nuevo partido en el poder?
R. Lo mismo que he hecho cuando ha gobernado el PSOE, cumplir con mi obligaci¨®n.
P. ?No le preocupa el cambio de mayor¨ªa en el Consejo como consecuencia de la victoria del PP?
R. En absoluto. Nunca he necesitado mayor¨ªas. Siempre se han producido las votaciones con la aportaci¨®n de los supuestos -que yo nunca he cre¨ªdo que los haya- sectores del Consejo. Ya en este CGPJ me he quedado a veces en minor¨ªa.
P. La proliferaci¨®n de noticias judiciales, ?le agrada o le preocupa?
R. Normalmente, no me agrada.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque la mejor justicia siempre es la discreta y el mejor juez el discreto. Un juez discreto siempre sabe imprimir discreci¨®n a cualquier investigaci¨®n, embridarla y que no se le escape de las manos. Eso no quiere decir que el juez no tenga conexi¨®n con los medios de comunicaci¨®n social, pero no debe buscarlos. Es el per¨ªodista el que cumple con su deber buscando al juez, no al rev¨¦s.
P. ?Cree correcto el tercer grado penitenciario para los polic¨ªas Amedo y Dom¨ªnguez?
R. No he estudiado el caso, pero las leyes est¨¢n para aplicarlas a todas las personas y si la ley general penitenciaria lo permite, me parece correcto.
P. ?En qu¨¦ se parece el caso Filesa a un procedimiento abreviado?
R. Desde luego, no en la brevedad.
P. Ha pasado m¨¢s de medio a?o desde que un grupo de magistrados del Tribunal Supremo quiso quejarse al Rey por una sentencia del Tribunal Constitucional. ?Ve usted indicios de que el gesto se repita?
R. No, pero sigue candente el problema y sin resolver. Es necesario delimitar los ¨¢mbitos de las jurisdicciones ordinaria y constitucional. Est¨¢ sin desarrollar un mandato constitucional, que da car¨¢cter preferente al recurso judicial ordinario en defensa de derechos fundamentales, y subsidiario al constitucional.
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