El 'no' serbio
NI S? ni?o, sino todo lo contrario. ?C¨®mo se hace para decir que no a un plan internacional, apoyado por todas las grandes potencias, y, al mismo tiempo, confundir el fondo del problema de manera que quien quiera pueda ver elementos positivos en la respuesta? Los serbios de Bosnia son, maestros en el arte de dar otra vuelta de tuerca a las infinitas posibilidades que median entre afirmaci¨®n y negaci¨®n. ?Se saldr¨¢n tambi¨¦n esta vez con la suya?El plan de paz para Bosnia, que contempla un reparto del pa¨ªs de un 51 % para la confederaci¨®n croata-musulmana y el 49% restante para los serbios, y un estatuto de tutela internacional de al menos dos a?os para la capital, Sarajevo, exigir¨ªa que los serbio-bosnios, constituidos en la autodenominada Rep¨²blica Sprska, abandonaran cerca del 40% del territorio que ahora controlan. Por a?adidura, les fuerza tambi¨¦n a reconocer la unidad, por te¨®rica que sea, del Estado de Bosnia-Herzegovina. Este plan remitir¨ªa ad calendas graecas su reconocida pasi¨®n por fusionarse con Serbia, capital Belgrado, y crear as¨ª la Gran Serbia, que es, por lo que desde hace tres a?os luchan y matan.
Despu¨¦s de que los croata-musulmanes dieran su aceptaci¨®n al plan -condicion¨¢ndolo a que hubiese igual respuesta por parte de los serbios-, el l¨ªder de Sprska, Radovan Karadzic, se ve¨ªa en la disyuntiva de aceptar el plan en su totalidad o exponerse a graves represalias occidentales. El plazo para decir s¨ª o no expiraba el pasado d¨ªa 20, y el Parlamento serbio de Pale ha respondido al texto del grupo de contacto con un documento ni de paz ni de guerra en el que, sustancialmente, se pide seguir negociando; es decir, formalmente, se da un quiz¨¢ rodeado de condiciones que significan su rechazo a este plan.
La actitud norteamericana parece no dejar lugar a dudas. La alambicada respuesta serbia ha sido juzgada en el Departamento de Estado como un no sin paliativos y se amenaza con el bloqueo total contra serbio-bosnios y serbios en general, con el levantamiento del embargo de armas a los musulmanes -lo que actualmente ya no tiene demasiada relevancia porque la restauraci¨®n de la alianza entre- el Gobierno bosnio y las fuerzas croatas ha abierto los caminos al flujo de armas- y, sobre todo, con acciones directas, presumiblemente a¨¦reas, contra la rep¨²blica serbiobosnia. La actitud rusa, por ¨¦l contrario, busca dar protecci¨®n a las demandas serbias y obstaculizar cualquier acci¨®n internacional contra Tale y Belgrado.
En la pr¨®xima reuni¨®n del grupo de contacto -EE UU y Rusia, junto con el Reino Unido, Francia y Alemania-, prevista para el d¨ªa 30, Rusia intentar¨¢ demorar la acci¨®n contra Sprska argumentando que los serbios tienen derecho a saber las interioridades- de un plan del que s¨®lo conocen las exigencias que les han sido presentadas. En definitiva, los serbios piensan que les conviene ganar tiempo y apostar por la ruptura del grupo de contacto.
Todas las maniobras dilatorias de Karadzic desde el comienzo de la guerra han tenido ¨¦xito. No hay ninguna raz¨®n para que no sigan jugando a un juego, peligroso sin duda, pero que dominan como nadie: torear a las potencias y ceder lo menos posible, lo m¨¢s tarde. Esta vez, sin embargo, parece razonable suponer que el presidente norteamericano, Bill Clinton, habr¨¢ de flexionar seriamente el m¨²sculo, por mucha Rusia que se le cruce, para no convertirse en el hazmerre¨ªr de la opini¨®n p¨²blica mundial. La Uni¨®n Europea ya lo es a ojos de los serbios.
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