Libertad de amortizacion e inter¨¦s general
El autor defiende la libre amortizaci¨®n de las inversiones que generan empleo como una de la soluciones para a poyar al sector productivo
El Consejo de Ministros ha aprobado el real decreto por el que se autoriza la libertad de amortizaci¨®n de1as inversiones generadoras de empleo. Dicho real decreto ha sido fruto de la proposici¨®n no de ley que a iniciativa del Grupo Parlamentario Catal¨¢n aprob¨® el Congreso de los Diputados el pasado 17 de mayo y cuya defensa tuve el honor de efectuar ante el Pleno.Dos son las reflexiones a que puede conducirnos dicha medida: la primera, m¨¢s concreta, ata?e a su propia finalidad, que no es otra que estimular la inversi¨®n empresarial y la creaci¨®n de empleo; la segunda, m¨¢s general, radica en la necesidad de que las instituciones generen el preciso clima de confianza para hacer posible la recuperaci¨®n econ¨®mica.
Algunos indicadores apuntan que nos hallamos ya en el buen camino: el descenso de los tipos de inter¨¦s, que ha mejorado las expectativas de los agentes econ¨®micos, los sucesivos descensos de la tasa de desempleo, o la existencia de centenares de miles de nuevos empleos en los pasados meses de marzo, abril y mayo, todo ello confirma que el negro t¨²nel de la recesi¨®n puede estar llegando a su fin.
Sin embargo, el Banco de Espa?a, en su ¨²ltimo informe trimestral, ha resaltado la debilidad de dos indicadores econ¨®micos de suma importancia y notoriamente relacionados: la demanda interna y la inversi¨®n de bienes de equipo, cuya recuperaci¨®n se est¨¢ retrasando a la espera de signos m¨¢s firmes de reactivaci¨®n interna y externa.
Pero no s¨®lo el Banco de Espa?a mantiene esta tesis. El Comisario Europeo responsable, de Asuntos Econ¨®micos y Financieros, se?or Christophersen, justifico el pasado mes de mayo que las previsiones econ¨®micas de la Comisi¨®n resultasen menos favorables para Espafia que para otros pa¨ªses de la Uni¨®n en la escasa actividad inversora de nuestro pa¨ªs. As¨ª, mientras que la Comisi¨®n prev¨¦ que la formaci¨®n bruta de capital crecer¨¢ el 116% este a?o y el 4,9% en el ano pr¨®ximo en el conjunto de la Uni¨®n Europea, en Espa?a sus previsiones se cifran respectivamente en un des censo del 1,3 y un posterior aumento del 2,6 para los a?os indicados.
A todo,ello viene a dar respuesta la proposici¨®n no de ley de libertad de amortizaci¨®n de inversiones generadoras de empleo y el subsiguiente real decreto aprobado la semana pasada. Una de las mayores preocupaciones de las empresas radica, como es l¨®gico, en optimizar su capacidad de inversi¨®n mediante el mayor uso posible de recursos propios y evitar as¨ª la necesidad de, recurrir a financi¨®n externa, normalmente demasiado gravosa.
La medida ahora regulada permite a las empresas adquirir activos fijos productivos en 1994 y adelantar las previsiones de amortizaci¨®n de los mismos, de tal manera que, al aumentar ¨¦stas, puedan rebajar su base imponible del impuesto de sociedades o de la renta y desplazar hacia per¨ªodos futuros el pago de impuestos, con lo que una mayor parte de los, recursos generados pueden destinarse al, pago de las inversiones efectuadas.
Es cierto que ello redunda en perjuicio de la recaudaci¨®n fiscal inmediata, pero la mayor productividad de, las empresas, la generaci¨®n de mayor actividad y las contrataciones laborales derivadas constituyen alicientes de, no poca importancia. No hace falta recurrir a complicados y discutidos multiplicadores keynesianos para deducir los efectos, siempre beneficiosos y tonificantes, del aumento de la inversi¨®n respecto de? crecimiento.
No conviene limitar los efectos de la libertad de amortizaci¨®n a meros aspectos fiscales. T¨¦ngase en cuenta que la elevaci¨®n de las cantidades destinadas a amortizaci¨®n comporta facilitar a nuestras empresas una mejor adaptaci¨®n a los grandes y r¨¢pidos avances tecnol¨®gicos que se producen en la actualidad. Regular y coartar con criterios obsoletos la capacidad de adaptaci¨®n de nuestras empresas supone hipotecar no s¨®lo su competitividad futura, sino la de todo el conjunto nacional. Tratamientos inform¨¢ticos, bienes de equipo de tecnolog¨ªa avanzada son s¨®lo algunos ejemplos de inversiones cuya amortizaci¨®n real ha de efectuarse con mayor rapidez que la prevista en las anquilosadas tablas del Impuesto de Sociedades, si se desea pertenecer a una econom¨ªa competitiva y avanzada.
Pero no se trata de una mera liberalizaci¨®n de amortizaciones similar a la aprobada en 1985 siendo Miguel Boyer ministro de Econom¨ªa y que tan beneficiosos efectos comport¨®. En el presente supuesto., la libertad de amortizaci¨®n se restringe y condiciona a la cifra de 15.000.000 de pesetas por cada empleo nuevo que la empresa genere y mantenga durante dos a?os en relaci¨®n a la plantilla media de los 12 meses anteriores. Esta vinculaci¨®n entre mayor capacidad de amortizaci¨®n y generaci¨®n de nuevos empleos tiene su innegable raz¨®n de ser en el hecho de que, en hip¨®tesis, una mayor inversi¨®n podr¨ªa repercutir en la sustituci¨®n de puestos de trabajo por capital y conllevar efectos nefastos en la pol¨ªtica de empleo. La necesaria relaci¨®n entre la cantidad susceptible de ser amortizada y la creaci¨®n efectiva de nuevos puestos de trabajo comporta, en s¨ªntesis, que a mayor creaci¨®n de empleo, mayor capacidad para amortizar fisicamente los activos adquiridos.
Una medida as¨ª, como de una manera u otra se reconoci¨® por parte de todos los grupos pol¨ªticos en el Congreso, s¨®lo puede comportar una anticipaci¨®n de las inversiones que hasta este momento no se han producido por las dudas e inseguridad de nuestros agentes econ¨®micos, y, consecuentemente, un aumento de la inversi¨®n y del empleo, es decir, una sustancial mejora de los indicadores que hasta la fecha m¨¢s se resisten a abandonar la situaci¨®n de recesi¨®n econ¨®mica.
La OCDE acaba de publicar un informe relativo al desempleo en el que urge a los gobiernos a buscar nuevos empleos a trav¨¦s de una reactivaci¨®n de la econom¨ªa. Entre otras medidas, se aconseja fomentar la investigaci¨®n cient¨ªfica y crear un entorno favorable para atraer a las peque?as y medianas empresas. Con la libertad de amortizaci¨®n aprobada se emprende un camino conducente a dichos objetivos.
He indicado antes la existencia de una segunda cuesti¨®n digna de comentario: en determina das ocasiones, algunos medios de comunicacion han pretendido crear la falaz opini¨®n de que el soporte parlamentario al Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez por parte de CiU se deb¨ªa a la existencia de acuerdos y medidas que pod¨ªan resultar discriminatorios para el conjunto nacional. Y, sin e mbargo, no han considerado que la premisa b¨¢sica y el leitmotif de los acuerdos puntuales alcanzados no eran otros que la inmediata adopci¨®n de medidas en favor de la econom¨ªa productiva. Un buen ejemplo de ello lo ha sido precisa mente la proposici¨®n no de ley de libertad de amortizaci¨®n presentada por CiU, y que fue en su d¨ªa objeto de acuerdo entre el Gob¨ªerno y el Grupo Catal¨¢n. ?Su pone dicha medida un impresentable concili¨¢bulo catal¨¢n y un chantaje al Gobierno? ?Redunda acaso en perjuicio de la econom¨ªa espa?ola?
Es de suponer que cada grupo parlamentario dispone de sus propios programas de pol¨ªtica econ¨®mica. El de CiU no persigue otro objetivo que la salida de la crisis, la recuperaci¨®n econ¨®mica y el fomento del tejido productivo. Y por ello se han propuesto diversas medidas al Gobierno que, por existir acuerdo, han dado lugar a su tramitaci¨®n y aprobaci¨®n.
Es l¨ªcito que otros partidos ofrezcan su apoyo si existe respaldo a sus iniciativas pol¨ªticas. Los resultados electorales andaluces proporcionar¨¢n tal vez un buen ejemplo de negociaci¨®n entre formaciones ahora divergentes. Pero lo que ha de quedar claro es que el apoyo parlamentario no se ofrece a un partido o a un gobierno, sino que se destina a determinadas pol¨ªticas.
Una de las medidas que en su d¨ªa reivindicamos desde Uni¨® Democr¨¢tica de Catalunya fue la libertad de amortizaci¨®n de las inversiones generadoras de empleo. Ahora es una realidad. Existen otros objetivos, siempre en la misma l¨ªnea de claro soporte a la actividad productiva, cuales son, entre otros, la pr¨®rroga a sucesivos ejercicios de la libertad de amortizaci¨®n ahora aprobada para 1994 e incluso, con mayor ambici¨®n, la regularizaci¨®n de balances y la eliminaci¨®n de la doble imposici¨®n.
Es deseable que no contin¨²e la actual ceremonia de confusi¨®n; es conveniente que se examinen los hechos antes de avivar la demagogia y la pol¨¦mica. Y, por encima de intereses par tidistas, es necesario, en pro de la estabilidad y la credibilidad, que los pol¨ªticos demostremos ser capaces de trabajar en pro del inter¨¦s general Inter¨¦s general que, aqu¨ª y ahora, tiene en la superaci¨®n de la crisis uno de sus principales objetivos
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