Periodismo de trinchera
El 'Ya' cumple su primer a?o en los quioscos tras la suspensi¨®n de pagos
Ma?ana tambi¨¦n estar¨¢ a la venta; 59 a?os despu¨¦s de su nacimiento, el diario Ya sigue fiel a la cita. La suspensi¨®n de pagos presentada hace un a?o. por Edica, la empresa editora, condenaba aparentemente al despido a sus 300 trabajadores. Una f¨¦rrea econom¨ªa de guerra y una sobredosis de energ¨ªa han hecho posible que la plantilla cumpla el aniversario de aquella fat¨ªdica fecha con el peri¨®dico en los quioscos.No todos lo han resistido. Cuando la sombra del cierre definitivo se asom¨® al Ya, hace ahora un a?o, 24 periodistas -la mayor¨ªa, del equipo directivo- y las firmas m¨¢s conocidas abandonaron el barco. El resto mantiene la aventura de publicar un diario sin capital en suspensi¨®n de pagos y con ¨®rdenes de embargo.
"Esto ha sido como un peri¨®dico de Bosnia, pero sin obuses", explica Carlos Cernuda, jefe de informaci¨®n internacional del Ya. "Hemos pasado de tener una red regular de corresponsales a esperar que alg¨²n alma caritativa nos env¨ªe un fax desde alg¨²n lugar del mundo. No hay dinero para cr¨®nicas". Cernuda es hijo de un oficinista que dedic¨® toda su vida a la administraci¨®n del Ya. Afortunadamente, su padre se jubil¨® antes del toque de queda.
El milagro de la subsistencia es posible gracias a la solidaridad y el sacrificio colectivos. Desde el mismo d¨ªa en que decidieron resistir, los empleados apostaron por mantener el organigrama de la empresa. Rogelio Rodr¨ªguez y Francisco Valtue?a, que cinco d¨ªas antes de la suspensi¨®n de pagos hab¨ªan sido nombrados director del diario y director general, respectivamente, aceptaron continuar. Un administrador judicial impuesto por el juzgado n¨²mero 5 de Alcobendas, que lleva el caso, supervisa las actividades econ¨®micas que se desarrollan en el edificio.
100 millones al mes
El ingreso sostenido durante un a?o de unos 100 millones de pesetas mensuales y una f¨¦rrea restricci¨®n de todo tipo de gastos han permitido publicar el peri¨®dico y mantener unos salarios m¨ªnimos para toda la plantilla. El Ya paga 125.000 pesetas a cada uno de los 270 empleados, lo cual implica una n¨®mina de casi 35 millones mensuales. Aproximadamente 12 millones se van en materias primas (papel, tinta), y tambi¨¦n hay que pagar gastos de informaci¨®n (agencias, fotos) y de mantenimiento de las instalaciones (luz, agua, comunicaciones), por restringidos que sean.
Durante el a?o que lleva en suspensi¨®n de pagos, no se han abonado las cantidades correspondientes a la Seguridad Social de los empleados, ni tampoco se ha pagado a Hacienda. Mazog, la empresa propietaria del actual edificio, tampoco est¨¢ cobrando los ocho millones de pesetas mensuales estipulados por el alquiler del inmueble. Un acuerdo firmado hace cinco a?os entre esta empresa y los entonces propietarios obligaba a estos ¨²ltimos a comprar o abandonar el edificio en un plazo de cuatro a?os. La coincidencia de la fecha de vencimiento del contrato con la suspensi¨®n de pagos precipit¨® una demanda de Mazog. La sentencia, que condena a los anteriores due?os al pago del importe del edificio, se encuentra recurrida ante el Tribunal Supremo.
"El taxi es duro, pero peor es que te embarguen el piso. ?no?". Manuel Benito, salmantino de 52 a?os, empez¨® en 1967 en el Ya como teclista. Dos meses antes de la suspensi¨®n de pagos, una fuerte hipoteca pesaba sobre el domicilio familiar que comparte con su esposa e hijos. "El sueldo del Ya se lo lleva cada mes la hipoteca, as¨ª que dedico las ma?anas al taxi y las tardes al peri¨®dico".
En un a?o de desesperaci¨®n, el Ya ha reducido su tama?o entre 8 y 12 p¨¢ginas, pese a lo cual los trabajadores dicen que venden una media de 30.000 ejemplares diarios. Plumas conocidas que sosten¨ªan el estandarte editorial de la cabecera, como Emilio Romero, Ram¨®n Pi o Manuel Alc¨¢ntara, han desaparecido de sus p¨¢ginas, lo mismo que cay¨® en saco roto el fichaje estrella de Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa. Uno de los ¨²ltimos directores del Ya, Manuel Marlasca, les hace ahora la competencia desde La Informaci¨®n de Madrid.
No es el caso de la reportera de local Maite Cabrerizo, de 26 a?os, que en los primeros momentos de la gran crisis rechaz¨® una oferta de Telemadrid. "Nadie lo entend¨ªa, ni siquiera en el Ya", explica. "Me he quedado porque soy joven y creo que ya tendr¨¦ tiempo de hacer cosas que no me gustan".
Los 13 miembros del comit¨¦ de empresa han convertido su peque?a oficina en el cuartel general de. operaciones, entre cuatro paredes forradas con fotos de actos solidarios. El ¨²ltimo de ellos se celebr¨® ayer mismo, en la sede de UGT de Madrid.
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